La historia de muchos hombres que atraviesan problemas de fertilidad y no pueden llegar a una concepción tradicional, demuestran que los trastornos reproductivos del varón tienen un derrotero propio y merecen ser encarados e interpretados – como en el caso de las mujeres – en el marco de los complejos altibajos que desata el deseo irrefrenable de ser padre y en consecuencia, de lograrlo. Pasando incluso por todos los estadios: el tabú del tema, la vergüenza social y los complejos con la pareja; hasta llegar a la motorización que provocan las decisiones de encarar métodos o técnicas varias de reproducción asistida, donación o preservación de esperma.
Cuando una pareja llega a un consultorio, casi siempre se hace foco primero en la mujer. Se indican estudios de todo tipo y, sólo cuando se descarta el factor femenino, se pasa a analizar la salud reproductiva del hombre.
Además de determinadas condiciones genéticas, existen factores vinculados al estilo de vida que pueden disminuir la cantidad y calidad del esperma, dificultando la concepción, como el tabaquismo, el estrés y enfermedades de transmisión sexual. La edad del varón también es un factor condicionante, contrario a lo que se cree habitualmente.
Existen determinadas condiciones genéticas que impactan en la fertilidad masculina, pero hoy se sabe que también juegan un rol importante algunos factores vinculados al estilo de vida, como el tabaquismo, el estrés, enfermedades de transmisión sexual y la edad. Según el Registro Argentino de Fertilización Asistida, el 30% de los tratamientos se realiza por trastornos reproductivos del varón.
Durante junio, la efeméride que conmemora el Mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad, la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR) y la Asociación Civil Concebir se unieron para concientizar sobre este tema.
"El 27% de los varones con problemas de fertilidad fuma, y el tabaco atenta contra la calidad espermática, al igual que el estrés: contamos con estudios en nuestro país que señalan que el estrés se relaciona a la infertilidad en un 20% de los pacientes. Otro factor son las infecciones: hay enfermedades de transmisión sexual que afectan la fertilidad y representan un 8%, es decir, casi 1 de cada 10 pacientes. Dentro de las infecciones se destacan las paperas y las infecciones de los conductos seminales", advirtió Stella Lancuba, médica especialista en Salud Reproductiva, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva.
"Las infecciones que se transmiten por vía sexual son prevenibles a través del uso del preservativo y, algunas, con vacunas. Para las paperas, también existen vacunas. En el caso de la alteración en el descenso testicular, la intervención del pediatra es fundamental, porque en muchos casos se puede resolver. Contamos con diversas herramientas para resolver a tiempo los trastornos en la fertilidad del varón, por eso es tan relevante que se hable al respecto", agregó la especialista.
Para Gisela de Antón, presidenta de la Asociación Civil Concebir, hoy los tratamientos de fertilidad se conocen bastante, pero habría que dar más información para propiciar la consulta médica temprana y que los hombres sepan cómo está su esperma, su salud reproductiva, para llegar antes de que surja la dificultad para embarazarse. Hay que apuntar a los jóvenes para que se hagan más chequeos de rutina. Con más información se previene más y mejor".
En los últimos años, se han identificado numerosos genes que codifican la función espermática y testicular. La alteración en cantidad y calidad del esperma se encuentra entre las principales causas de infertilidad masculina, con un 50,8% de incidencia. Le siguen el varicocele, que es la presencia de várices a nivel del aparato genital masculino, con un 15%, las causas de origen infeccioso con un 8% y en el 19% de los casos no hay un motivo aparente.
"Si bien no sucede como con las mujeres, que pierden súbitamente su reserva de óvulos, los espermatozoides empiezan a presentar mucha patología. Aunque el varón puede ser fértil hasta los 90, algunos estudios sugieren también que habría un mayor índice de autismo en el bebé a partir de los 42 años del papá. Además, se asocia con más riesgo de complicaciones psiquiátricas y del embarazo", manifestó Lancuba.
Otro aspecto de la infertilidad masculina es la falta de una consulta oportuna. Años atrás, los varones demoraban 3 años en realizar la primera consulta y hoy lo hacen a los 2.
Para de Antón, de Concebir, debería hablarse más sobre el tema de la infertilidad masculina.
Lancuba puntualizó que hay que prestar atención a la edad en la que el hombre consulta con un especialista en reproducción asistida. Se estima que el 3% de los hombres lo hace antes de los 24 años, un 64% entre los 24 y 34 años, un 22% entre los 35 y los 40 y un 12% luego de los 40 años. "Estas proporciones guardan relación con las edades en las que, presumiblemente, el hombre busca ser padre. Sería deseable estar un paso adelante y poder estar al tanto de cualquier irregularidad antes de intentar la concepción".
Para detectar problemas de fertilidad en los hombres, el estudio básico es el espermograma, aunque también se realizan otros complementarios, como los hormonales o estudios funcionales. También están aquellos que detectan la morfología espermática, la fragmentación del ADN y, en casos particulares donde está muy disminuida la concentración espermática, los estudios genéticos cobran relevancia en el diagnóstico.
Procedimientos y tratamientos
Entre los tratamientos para tratar la infertilidad masculina, se destaca la inyección intracitoplasmática de espermatozoides, ICSI, algo que en palabras de la doctora Lancuba "revolucionó el tratamiento de la infertilidad masculina, porque en casos que antes eran impensados, hoy se puede lograr el embarazo sano".
Además, se puede llevar adelante un estudio genético pre-implantatorio, que analiza la calidad de los embriones para seleccionar y colocar en el útero, un embrión en el que se descartan errores en los cromosomas.
Cuando hay concentraciones muy bajas de espermatozoides y el método ICSI no dio resultados, o cuando el organismo no produce espermatozoides o no se pueden obtener gametos masculinos mediante biopsia testicular, se puede recurrir a la donación de esperma.
"Los pacientes prefieren como primera opción utilizar gametos propios, pero luego, cuando no se logró el embarazo tras realizar todos los esfuerzos posibles, entienden que el banco de esperma se convierte en una opción. Además, hoy se puede acceder a más de una muestra para distintos embriones que provengan del mismo donante, para que los hermanos compartan el mismo material genético", manifestó Lancuba.
De acuerdo con la especialista Lancuba, entre quienes utilizan el banco de semen, se observa que 6 de cada 10 pacientes son mujeres solas; y que 4 de cada 10 son pacientes varones que agotaron la propia potencialidad reproductiva.
"El banco de semen es una herramienta muy valiosa, con una tasa de embarazo exitoso de alrededor del 40% por ciclo en mujeres menores de 35 y sólo se utilizan muestras de semen que fueron investigadas exhaustivamente", indicó Lancuba.
Cómo preservar la fertilidad masculina
En los casos en que los pacientes sufren una enfermedad que pone en riesgo sus espermatozoides – como una patología oncológica- una de las opciones es guardar gametos antes de someterse a un tratamiento con quimioterapia o rayos. "Lo que se hace es 'criopreservar' los espermatozoides, que consiste en guardarlos en nitrógeno líquido a menos 196 grados. Es un procedimiento simple, efectivo y que se hace en edad pos puberal. Los resultados son excelentes, es un tratamiento preventivo, la tecnología es sencilla y el costo es bajo.
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