Aunque a veces, en caso de enfermedades o lesiones, una experiencia sexual completa no es posible en el matrimonio, una vida sexual activa es necesaria para mantener en marcha esa energía vital que caracteriza a una relación que atraviesa los primeros meses y aumentar el encanto.
En los primeros momentos de una relación de pareja, durante la fase de enamoramiento, la pasión brota de los protagonistas de manera espontánea, pero cuando la relación se acomoda, el quehacer diario se adueña de sus vidas y aparece la temida rutina.
Según los expertos, las relaciones modernas se "oxidan" antes de lo que solían hacerlo las parejas, porque sus vidas se interponen en el camino de la relación cotidiana, y es más probable que las parejas se asienten más pronto de lo que lo hicieron alguna vez. "La diferencia es que antes si se 'oxidaban' continuaban con sus relaciones en vez de terminarlas o hacer algo al respecto", explicó a Infobae Santiago Gómez, psicólogo del Centro de Psicología Cognitiva.
Si bien no siempre será posible recrear el volumen erótico de los primeros meses de enamoramiento, para los expertos tampoco es necesario. Cada pareja deberá respetar las condiciones sexuales de cada etapa de la relación, que no siempre es lineal ni mantiene la misma intensidad.
"El estrés, las responsabilidades de la vida cotidiana y el influjo tecnológico son factores que hay que tener muy en cuenta por el impacto que tienen sobre la comunicación y la vida sexual", advirtió en diálogo con Infobae Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Sin embargo, Diego Luparello, psicoanalista y ex-presidente del Claustro de analistas en formación de la APA, explicó: "La sexualidad en sí, constituye un escenario mayor y más complejo que el ejercicio sexual mismo".
Es difícil precisar cuándo puede darse un distanciamiento sexual, ya que las causas o coyunturas que pueden promover este fenómeno son múltiples. "Quizás existan motivos estadísticamente más comunes como el desgaste por conflictos, el nacimiento de los hijos o cierta pérdida de sincronía sexual", agregó Luparello.
Luna de miel para siempre
Si bien la mayoría de los individuos está familiarizada únicamente con las primeras, las relaciones se desarrollan siempre en etapas. Extender la fase de luna de miel de manera indefinida es lo que la gente define como "felices para siempre". Sin embargo, la vida real no es tan romántica como el noviazgo y la luna de miel.
Con el desarrollo de la intimidad, el amor madura y la magia se desvanece. La pareja comienza a relajarse y a mostrar sus "yo" más íntimos y menos perfectos.
"Lo más importante es que el amor por el otro continúe, junto con las ganas de poder implementar nuevas conductas para mejorar la relación de pareja, y recuperar la etapa inicial", agregó Gómez.
Cuáles son las situaciones que privilegian la disminución sexual
"No existe un motivo único por el cual una relación puede comenzar a desvanecerse en términos de lo sexual. Muchas veces la escena sexual parece ser una escena privilegiada para que los conflictos ajenos se reflejen en la intimidad", advirtió en diálogo con Infobae Cecilia Moia, psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y experta en consulta de parejas.
Sin embargo, los expertos reflexionan acerca de elementos comunes a los que suelen insistir las parejas en sus consultas: la llegada de los hijos, la rutina, el exceso de trabajo y las rivalidades. Todos elementos significantes en otros ámbitos pero trasladados a la escena sexual.
Una relación de pareja puede convertirse en una relación fraternal donde el compañerismo, el miedo a la soledad y el miedo de perder al otro pasan a ser elementos esenciales que acompañan la vida de los protagonistas. Las relaciones se van desexualizando, es decir que aquello que se perdió se ve reemplazado por la dimensión de compañerismo y amistad.
"Una vez que una pareja deja de tener relaciones sexuales o, lo que es más importante, deja de valorar el sexo como parte importante del mantenimiento de la relación, se convierte en una vertiente rápida y resbaladiza hacia el olvido sexual", explicó en diálogo con The Huffington Post Resnick Anderson, profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de UCLA.
Sin embargo, existe siempre un motivo latente detrás del motivo aparente, es decir que siempre hay que hacer un esfuerzo por desentrañar qué es lo que esa distancia significa.
"La falta de interés sexual por el otro, la desaparición de la seducción y el erotismo, el rechazo frente a los encuentros sexuales, la falta de tiempo, el diálogo pobre y superficial y la ausencia de contacto físico son algunos de los signos de una vida sexual decreciente", explicó Gómez.
Aunque pueda parecer obvio, muchas parejas, especialmente las que tienen niños, pueden estar tan inmersas en las cuestiones cotidianas de la vida que se olvidan de tomarse el tiempo para estar juntas.
Cómo recuperar la pasión según los expertos en parejas
Las relaciones sexuales, el mejor afrodisíaco
Ciertas miradas y complicidades, conversaciones o momentos compartidos en una pareja pueden indicar que aún existe una conexión sexual erótica, a pesar de que se encuentre atravesando una disminución en la práctica sexual genital.
Mantener relaciones sexuales de manera habitual naturalmente aumentará el deseo sexual. "De la misma manera, lo mismo sucede al revés, cuando la frecuencia es escasa, el deseo sexual baja y la persona tiene menos ganas", expresó Gómez.
Tener relaciones sexuales puede reactivar los motores, permitiendo que el cuerpo comience a producir más hormonas sexuales que les recuerden que les agrada, disfrutan haciendo el amor y querrán hacerlo con más frecuencia.
Mantener una conexión con la pareja es tan importante como mantener viva la pasión en la cama
Un estudio de 40 años publicado por la Sociedad de Personalidad y Psicología Social en 2015 encontró que las parejas que tenían relaciones sexuales una vez a la semana eran las más felices, lo que fue una sorpresa para muchos.
Aunque el sexo más frecuente se asocia con una mayor felicidad, el estudio descubrió que este vínculo ya no era significativo a una frecuencia de más de una vez a la semana.
La investigadora principal Amy Muise explicó: "Nuestros hallazgos sugieren que es importante mantener una relación íntima con la pareja, pero no es necesario tener relaciones sexuales todos los días, siempre y cuando se mantenga esa conexión".
Independientemente de la frecuencia de las relaciones sexuales, es importante que las parejas discutan si se satisfacen sus necesidades sexuales. Para eso, es fundamental mantener una conexión íntima sin ejercer demasiada presión para tener relaciones sexuales con tanta frecuencia como posible.
Por lo tanto, es bueno recordar que no existe lo "normal" y que muchos estereotipos de una vida sexual saludable son poco realistas, especialmente en el agitado mundo de hoy.
Intervenir antes de que el problema cobre vida propia y evitar las excusas
Cuanto antes surja el tema de conversación, mejor. Algunas parejas deciden que es más fácil no tener sexo en absoluto que lidiar con los sentimientos heridos y las emociones impredecibles, como la culpa o la ira.
“Es preferible saber tomar una difícil decisión a tiempo que seguir insistiendo en algo que ya no tiene sentido”, advirtió Moia.
A la hora de comenzar con la dieta o la actividad física, las excusas están a la orden del día. Con los objetivos sexuales sucede lo mismo. Las parejas asexuadas utilizan como coartada el cansancio y la falta de "humor" a la hora de ir a la cama. Tener en cuenta que el deseo es más receptivo que espontáneo contribuye a dar un pequeño paso hacia ser más sexual todos los días.
También suele ser el caso de las parejas que carecen de contacto en absoluto. Los besos activan los mismos centros de placer en el cerebro que la actividad sexual. De hecho, es una de las actividades sensuales más importantes para la intimidad y la cercanía de una pareja, y las bocas son órganos sexuales subestimados.
La variedad, la clave del éxito
La mayoría de las parejas tiene dificultades para desear un cierto tipo de sexo, pero está dispuesta a participar eróticamente con su pareja de otras maneras. El sexo es como la comida, si se tiene la misma todo el tiempo, se pierde la motivación y el ansia por tenerla.
La variedad convierte la vida sexual en emocionante y gratificante. Una de las principales razones por las cuales las parejas dejan de tener sexo es porque se vuelve rutinario, aburrido y predecible. Lo individuos necesitan de la emoción, la diversión y un toque de misterio para activar su deseo.
Planear una noche de cita para para dos, olvidarse de los platos para lavar, de la pila de ropa sucia, de los problemas de los niños y del trabajo es posible. Tal vez tomar un baño juntos o compartir unas copas para ponerse de humor funcionan como encendedores de pasión.
Hablar de sexo a menudo puede impulsar el deseo y contribuir a la conexión de pareja. Darse permiso para comenzar despacio es clave para sentirse cómodo nuevamente, y compartir al final de la semana lo que más disfrutó cada uno de la aventura erótica es un gran disparador de conversaciones.
La comunicación y el trabajo terapéutico como herramientas para descubrir motivos ocultos
Abordar el tema con la pareja puede ser intimidante y vergonzoso, especialmente para aquellas parejas que no se han sentido particularmente conectados, ya sea sexualmente o de otra manera. La ayuda de un profesional o terapeuta sexual puede beneficiar las formas de discutir estos temas abiertamente para reparar una relación y, en el proceso, la vida sexual.
"Es fundamental que la pareja pueda tener la lucidez y el coraje de cuestionarse lo que le sucede. El primer consejo sería poder poner el tema sobre la mesa y conversarlo", advirtió Luparello.
Algunas parejas no pueden hacerlo solas, y es sugerente la indicación terapéutica de un abordaje de pareja. "Aunque sea algunas entrevistas que marquen las temáticas en juego y reconozcan dónde está el conflicto", agregó Moia.
Los expertos coinciden en que el consejo de un profesional siempre será de ayuda para conversar sobre el tema, y en ese trabajo terapéutico poder descubrir cuáles motivos ocultos, no aparentes, causan el fenómeno sintomático.
“Si ningún socio de la pareja encuentra la valentía para conversar acerca de lo que sucede, no será posible intentar encontrar una solución”, agregó el experto.
Según Ghedin, las terapias sexuales ayudan a resolver las problemáticas que surgen en el marco del encuentro erótico: las conflictivas vinculares, la dificultad para encontrar recursos y el desarrollo de habilidades eróticas.
"Son muchas las parejas que se acercan por una disminución del deseo sexual y las dificultades que encuentran para 'encenderlo' nuevamente", concluyó el experto.
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