Por Daniela Hacker
Cada vez es más frecuente escuchar a los chicos quejarse por dolores de espalda, de cuello y de cabeza. Y no sólo se escucha el reclamo a la salida de la escuela, como producto de largas jornadas frente al pizarrón o por la cantidad de apuntes que debieron tomar de sus maestros; sino que se suman las posturas estrambóticas que instaló el uso cotidiano de la tecnología y de mochilas con un tamaño desmedido, que no están acorde al peso y a la talla del niño.
Muchas horas con la cabeza inclinada hacia abajo para jugar con los celulares, o tirados en el piso o en sus camas con pantallas y consolas, serían algunas de las motivos de este malestar cada vez más común. "Las contracturas en los chicos tienen muchas causas; las más frecuentes son tensionales por las mochilas pesadas y malas posturas", explicó a Infobae Verónica Gleich, médica especialista en ortopedia y traumatología infantil (MN 95154).
Y agregó: "Las consultas por este síntoma están en aumento. Una de las causas es el sedentarismo causado por el uso de tecnología. Generalmente, cuando juegan con las tablets o consolas, los chicos están muy mal sentados, y la posición de la columna cervical no es la ideal. Sumado a la falta de tono muscular por poca o nula actividad física da como resultado la alta probabilidad de que los niños se contracturen".
Gabriela Urman (MN 105.105), miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría y coordinadora docente del departamento de salud materno infantil de la Universidad Maimónides afirmó que no se debe naturalizar situaciones en los niños que están más relacionadas a la vida adulta. "Que los chicos estén estresados, nerviosos o contracturados no son situaciones habituales que uno quiere para la infancia de un niño. Los dolores se pueden convertir en crónicos y muchas veces esta situación es mal manejada por los padres que ofrecen anti inflamatorios a sus hijos, sin estar indicados por un médico", aseguró la médica y destacó la importancia de hacer actividad física.
"El ejercicio (incluso por fuera de las actividades físicas escolares) es necesario y no solo es recreativo. El chico necesita hacer deporte para el buen desarrollo de su cuerpo, y la elongación posterior es fundamental para evitar las contracturas", explicó Urman.
El peso de las mochilas y el calzado equivocado
El peso de las mochilas es un tema habitual entre los padres. El día a día de llevar y traer libros pesados sobre la espalda muchas veces es perjudicial para la salud de los chicos. Las mochilas con rueditas son una buena opción pero no todos los chicos las usan. "Lo ideal, es que las mochilas no lleven más del 7% del peso corporal de los niños. En mi consultorio he recibido chicos con mochilas de hasta 17kg" , afirmó la médica Verónica Gleich.
"Los adolescentes, por ejemplo, llevan sus mochilas muy cargadas y no siempre eligen las más adecuadas. Le dan prioridad a las que tienen "onda", y no siempre son las más convenientes. Además, las usan colgadas de un solo hombro. A los adolescentes no les gusta para nada usar mochilas con rueditas. Por eso, una de las recomendaciones para evitar futuros dolores, es que traten de usar lockers o simplemente evitar cargar tanto peso", agregó Urman.
“Lo ideal, es que las mochilas no lleven más del 7% del peso corporal de los niños”
Otro punto fundamental es el calzado. Muchas veces se eligen opciones de moda que no son las adecuadas. El calzado adecuado a las diferentes actividades también es fundamental, sobre todo, en el momento de realizar actividad física. "Las pequeñas molestias o contracturas que no son corregidas en la infancia después se transforman en otras patologías más importantes cuando son adultos. La consulta con el pediatra es fundamental para identificar si ante dolores o contracturas es necesario que lo vea un especialista o hacer algún tipo de estudio", afirmó la médica Urman.
Consejos para el descanso
El kinesiólogo y terapista físico Harry Bachmann explicó a Infobae algunos aspectos importantes del descanso. "Es importante que los niños tengan espacio para poder moverse en la cama, ya que al soñar se suelen mover mucho. En cuanto al colchón, lo preferible es que sea duro para que no se hunda. Yo suelo recomendar entre 20 y 24 de densidad". Y agregó: "Aconsejo que los chicos se acostumbren a dormir sin almohada porque mantienen el cuello con más libertad de movimiento. La almohada es una cuestión de costumbre inducida".
Pero si hay almohada, en lo preferible, que no sea de goma espuma. Por último, aconsejo los acolchados de pluma porque generan una capa aisladora en verano e invierno y no pesan. Cuando hay muchas capas de frazadas en invierno se frena la movilidad de los niños".
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