La búsqueda de la felicidad es el motor de la mayoría de los actos de las personas. El bienestar emocional es la meta a alcanzar de todos, pero no es tarea fácil. Y para llegar a ese estado, se requiere de una mente enfocada.
"El problema es que la mente no suele acompañarnos en ese enfoque, suele distraerse", advirtió la psicóloga y escritora Celia Antonini en diálogo con Infobae. "Lo qué hace, cómo lo hace y cuanto lo hace por su cabeza, es lo que le va a permitir lograr aquello que desea", agregó.
Por eso, es importante tener presente algunos conceptos que nos pueden ayudar a lograr los objetivos que nos proponemos y por sobre todo, a cuidar de nuestra cabeza.
"Se realizaron estudios con atletas olímpicos y se pudo determinar que la diferencia entre ganadores y perdedores no está dada por la resistencia física. De hecho, dice el estudio, hay muy poca diferencia entre quien gana el oro y el resto de los competidores. La diferencia fundamental, que provoca un salto cualitativo, está dada por saber utilizar la información. Cuanto mejor utilizamos la información, mejores decisiones tomamos", explicó Antonini.
Pero informarnos no significa cambiar. Para hacer modificaciones, tanto a nuestra conducta como a nuestras emociones y pensamientos, necesitamos de una actitud proactiva y de una decisión que la sostenga. "Hoy se sabe que ni siquiera es cuestión de habilidad natural. La diferencia está dada en cómo organizamos y utilizamos la información y no el talento natural que tenemos para determina disciplina", aseguró la especialista.
Para eso, Antonini propone un singular método: "Imagínese que una parte de usted es un drone que ronda encima de su cabeza. Obsérvese desde ahí. Mire su producción mental, sus emociones y observe la conducta que realiza".
La mente no solo tiene la capacidad de observarse a sí misma, sino que a la vez puede autorregularse, modificar pensamientos, reducir o anular emociones y modificar conductas, pero si no se regula y se entrena a sí misma, puede terminar por quedar presa del sistema emocional y perder el mando.
"Su cabeza es la torre de control de su vida. Si no toma decisiones, si no marca su propio camino su vida se quedará librada a los designios o antojos de sus emociones", afirmó.
Muchas veces nuestra mente sale a dar un paseo, sin rumbo. En cuántas ocasiones nos habremos encontrado tomando un café en un bar, mirando por la ventada y dejando nuestra mente vagar de un lugar a otro. Los especialistas llaman a eso "mente errante". Estudios realizados en Harvard concluyeron que una mente errante es una mente infeliz y que pasamos más del 46% del tiempo pensando en cosas que no estamos haciendo y que este "soñar despierto" no nos hace felices.
"Pagamos un alto costo emocional si no tenemos a raya a nuestros pensamientos, y cuando no estamos observando el curso que toman, se van de paseo y caen en circuitos y recorridos preestablecidos", destacó Antonini.
"Tomar conciencia sobre la importancia de protegerse a uno mismo, sobre lo fundamental que es estar atento a cómo estamos pensando es lo que hace la diferencia. Hay que mirar por donde vamos pensando, por el camino que estamos recorriendo y por el curso que han tomado nuestros pensamientos, como un drone", finalizó.
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