¿Quién no sintió alguna vez que las peleas, la falta de dinero o la desmotivación en el trabajo se convertían en problemas sin solución? Por eso, cada vez son más las personas que buscan un cable a tierra.
Según la psicoanalista Adriana Guraieb, "esta búsqueda de una razón se ha convertido en una necesidad en los tiempos que corren, y a muchos les hace bien desconectarse y generar paz interior, creando una tregua entre la mente y el hombre. No necesitamos tener una casa en el campo o alejarnos de la ciudad, sólo hay que concentrarse de manera profunda, aprender a mover los elementos interiores que nos perturban, y afianzar los conquistados. Muchas veces la clave es algún deporte o tomar clases de algo que nos interese".
Una disciplina que ayuda a bajar el estrés es el yoga. El historiador y filósofo rumano Mircea Eliade sostenía que entre el 3000 y 2000 a.C, la antigua civilización hindú ya lo practicaba. Sin embargo, restos arqueológicos encontrados en la zona de Harappa y Mohenjo-Daro, hoy Pakistán, la ubican en el 5000 a.C.
Esta doctrina trasciende las maniobras físicas y es un médium que colabora en varios aspectos de la vida. Uniendo el cuerpo, la mente y la respiración y aplicando distintas técnicas de relajación como las posturas, también conocidas como asanas y meditación se logra una verdadera armonía a nivel sistémico.
Si a esto le sumamos el Stand Up Paddle (SUP), deporte acuático en el que hay que mantenerse de pie en una tabla similar a la de surf con un remo de una sola pala para poder navegar.
Esta fusión, conocida como Yoga Paddle Board, que existe en California desde la década de los 60, recién llegó a nuestro país en el 2010. Karina Spina, fundadora de Yoga Sup Argentina, contó a Infobae que cuando se acercó a tomar su primer clase de SUP hace unos ocho años se dio cuenta de que debía hacer algo más con eso.
"Yo era asidua practicante de yoga en salón y cuando regresé de remar me senté a descansar y a meditar en la tabla. En ese momento el yoga apareció ahí y fluyó. Si quería compartirlo con alguien, iba a tener que difundirlo yo misma, porque a pesar de existir en otros sitios, en nuestro país era desconocido. En Estados Unidos había lagos preparados especialmente con tablas para entrenarse".
"Ambas disciplinas te conectan muchísimo con tus orígenes, potencian el equilibrio, te hacen tomar conciencia de la respiración, y de lo importante que es fluir y mantener la mente en el aquí y ahora".
Las tablas que se usan están hechas con materiales que van desde epoxy, hasta poliéster y espuma. Debido a su gran tamaño logran una mayor estabilidad y además poseen antideslizantes. Es muy importante que la tabla tenga un lugar para poner una pita – cuerda elástica de uretano que va en la parte trasera- para poder colocarla en el tobillo y que la tabla no derive.
"Normalmente se utilizan tablas blandas que ayudan a evitar riesgos. También se usan las semirígidas, de un material bastante noble y plástico lo suficientemente bueno como para poder sostener a una persona de cualquier talla y altura", detalló la fundadora de Yoga Sup Argentina.
Cómo es una clase de Yoga Paddle Board
Antes de idear cada clase, Karina se encarga de chequear las condiciones climáticas, ya que no es lo mismo practicar en el río con corriente o poco viento. Consulta en Windguru para saber cómo será el pronóstico, y a partir de ese momento observa todo: desde el movimiento del agua hasta el público que se acerca ese día, y a partir de allí planifica las posturas, estiramientos o torsiones que deben hacerse.
Después de eso, comienza con una charla técnica para explicar a los principiantes de qué manera se desarrollará la clase. Paso seguido, cada alumno debe llevar su tabla a la orilla del río para alinear y sujetarla. Una vez en el agua, se coloca frente a los alumnos para ir mostrando cómo se hacen las asanas y progresivamente los va guiando. Luego de la meditación, se agarran los remos y comienza el recorrido en el río entre 30 y 60 minutos para finalmente regresar.
¿Recomendaciones? En principio no hay que tener ningún inconveniente a nivel articular, no sufrir de vértigo y no haber comido muy pesado o con poca anticipación a la clase. Otra de las condiciones es no situarse cerca de un lugar rocoso, en los bordes de las piletas o en sitios de muy poca profundidad. Para los que no saben nadar también se aconseja el uso de chalecos salvavidas .
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