La historia de dos hermanos pianistas que pusieron la música clásica al alcance de los millennials

Cuando se iniciaron en la música clásica tenían tan solo cinco y ocho años. Ahora, con 21 y 24 años, y un maravilloso impacto visual en el escenario, los hermanos neerlandeses Lucas y Arthur Jussen se roban todas las miradas

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Con su look buscan ganarse
Con su look buscan ganarse al público joven y con su virtuosidad a los expertos (Marén Artists Music Management)

De cabellos rubios y ojos celestes y una combinación de capacidad, gracia y desenvoltura que raramente se observa en escenarios de espectáculos clásicos, atraen la mirada del espectador. Con sus melodías y funciones, Lucas y Arthur Jussen transportan a la audiencia a rincones notablemente inesperados.

Tenían tan solo ocho y doce años cuando tocaron por primera vez para la reina Beatriz de los Países Bajos. Sus éxitos indiscutibles fueron remunerados y de seis álbumes editados con Deutsche Grammophon, el primero consiguió el disco de platino, y otros tres de ellos, el de oro.

Es que llevan la música en la sangre. Hijos de la flautista Christianne van Gelder y el percusionista Paul Jussen del Ensemble Da Capo, los jóvenes llevan la pasión en el ADN.

De seis discos editados con
De seis discos editados con Deutsche Grammophon, el primero consiguió el disco de platino, y otros tres de ellos, el de oro (Marén Artists Music Management)

Desde el comienzo, el dúo de niños pianistas se convirtió en un fenómeno en su país. Juntaban las características necesarias para captar las miradas de los espectadores: niños artistas habilidosos, guapos e inquietos delante de las cámaras.

El primero de los hermanos en sumergirse en el mundo de la música fue el mayor, Lucas, que con tan solo cinco años descubrió su inclinación por los instrumentos. Su madre, la flautista Christianne van Gelder, fue quien despertó en él un interés por el piano, instrumento que se convertiría más adelante en su pasión indiscutida.

Tres años más tarde, y cansado de ver a su hermano fascinarse con los secretos de la música acompañado por sus padres, Arthur, tres años menor, alcanzó la edad suficiente y se sentó junto a él frente al piano dispuesto a aprender todo.

"No es habitual que se crucen las barreras sobre lo que es normal o no en la música clásica. Quizás ese sea el problema o la razón para que no resulte accesible para la gente joven", contó el menor en una entrevista para El País de España.

A simple vista, son coquetos, guapos y modernos, pero con apenas algunos segundos de espectáculo probarán su talento. Con su look buscan ganarse al público joven y con su virtuosidad a los expertos.

La rebeldía que defienden con su aspecto, explica Lucas, el mayor, no la quieren para su repertorio: "Con la ropa podemos jugar, pero con la música somos muy serios. Cuando vienen jóvenes a vernos, esperan por nuestro aspecto un programa fácil de escuchar. No es el caso. Se sientan y disfrutan de una hora y media de música clásica pura".

Fue en un concierto en Ámsterdam, en la sala Concertgebouw, que los Jussen apostaron a algo diferente. Porque era un show especial y de música moderna, diseñaron su propia ropa con el diseñador Peter George D' Angelino Tap, quien diseña todos sus trajes para los conciertos. No se trataba de trajes corrientes sino de unos traslúcidos.

“Si sos una estrella de ‘pop’ podés vestir camperas de cuero o cualquier ropa extravagante, pero en la música clásica si no vestís un esmoquin no te toman en serio”.
El dúo nació en Hilversum
El dúo nació en Hilversum una ciudad en Holanda (Marén Artists Music Management)

Los hermanos dan fe de que su valor agregado radica en la conexión y magia única de hermanos. "Hay muchos solistas, pero no tantas parejas con una conexión como la nuestra. Tenemos la suerte de ser hermanos y la oportunidad de ofrecer juntos algo único", añadió Arthur.

Such a huge honor to have been part of last night. 👑🇳🇱🇦🇺👑

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Sin embargo, hoy han alcanzado la mayoría de edad para dejar de ser juzgados como niños y que los expertos valoren su trabajo como adultos. "Cuando eres pequeño disfrutas tocando sin pensar que te pueden criticar. Si lo hacen, no es delante de ti y suelen añadir: 'Hay fallos, pero para ser un niño toca muy bien'", concluyó.

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