Corre por las calles de un Manhattan en blanco y negro al son de "Modern Love". Cada tanto salta o baila, pero por sobre todas las cosas sonríe. Transforma la canción quizás más popular de Bowie en un renovado himno a la espontaneidad. Alta, de 1,75 metros, pero un poco desgarbada, hasta torpe, genera una imagen de una mujer optimista y segura de sí misma. En una época en la que separar a la persona del personaje o del artista es un dilema que divide a Hollywood y a los espectadores, Greta Gerwig es una prueba de que a veces esta separación es prácticamente imposible. Ella es la Frances de "Frances Ha", es la Florence de "Greenberg", la Maggie de "Maggie's Plan, la Abbie de "Mujeres del siglo XX". Sus personajes parecen ser todos distintos vestigios del abanico de su personalidad. Hechos a medida.
Pero la actriz de 34 años devenida directora es más que nadie la Lady Bird del homónimo filme, a quien no interpreta -esta tarea le tocó a Saoirse Ronan, nominada al Oscar por su papel- pero de quien es ama y posesora, una adolescente confundida y carismática con acné púber y el pelo teñido de un tono rojizo, que sufre por todos aquellos problemas que a los 17 años parecen ser el fin del mundo, como la vergüenza culposa por una posición económica modesta, la agonía del deseo cambiante e incierto, las amistades que peligran por el egoísmo ciego y errante, y la atronadora relación entre una madre y una hija que se aman y se odian; se odian y se aman.
Greta Gerwig en "Frances Ha"
Lady Bird se llama Christine, pero la persona se esconde detrás del personaje porque, a pesar de lo que quiere reflejar, todavía está insegura. Su alias es una máscara que la resguarda hasta que esté lista para salir al mundo. "Si querés convertirte en una estrella de rock o de cine elegís un nombre como Marilyn Monroe o David Bowie", decía Gerwig en una entrevista con Variety. "Escogen cosas más grandes que ellos mismos. Y lo que a mí me parece interesante es que tiene un doble significado, que es que tenés una especie de seguridad suprema en vos mismo y que podés ser mejor de lo que sos, y también hay una gran inseguridad, que es que no sos suficiente".
"Lady Bird" es la primera película dirigida en solitario por Greta Gerwig, que ya hace años actúa y escribe para la pantalla grande, pero que recién ahora se animó a dar el gran paso sola, aunque ya había codirigido algunos proyectos. Y este trabajo, un coming of age de bajo presupuesto, que hizo su debut en el circuito de festivales y que se estrenará en Argentina recién en marzo, se convirtió en poco tiempo no sólo en uno de los favoritos de la temporada de premios, sino en un símbolo de feminismo en una época crucial en Hollywood: gracias a "Lady Bird", Greta Gerwig es la quinta mujer nominada en la categoría de "Mejor Director" en la historia de los premios de la Academia. Sólo cuatro mujeres antes que ella recibieron esta distinción, y sólo Kathryn Bigelow se llevó la ansiada estatuilla del Oscar por "The Hurt Locker".
"Me acuerdo muy bien cuando Sofia Coppola fue nominada como mejor directora y ganó por mejor guión (por 'Lost in Translation') y lo que eso significó para mí", recordó Gerwig durante un diálogo con The Guardian. "Y me acuerdo cuando Kathryn Bigelow ganó como mejor directora y cómo parecía que las posibilidades se habían expandido gracias a ello. De verdad espero que lo que esto signifique para las mujeres de todas las edades -mujeres jóvenes, mujeres que ya están avanzadas en sus carreras- es que lo vean y piensen: 'Quiero hacer mi película'. Porque una diversidad de narradores es increíblemente importante y yo quiero ver sus películas. Quiero saber qué es lo que tienen para decir".
De ascendencia alemana, Greta Gerwig nació el 4 de agosto de 1983 en Sacramento, California, ciudad natal también de Lady Bird, por cierto. Pero el viento la llevó a la Barnard College de Nueva York, una institución de artes liberales hoy afiliada a la Universidad de Columbia que se había fundado originalmente como un espacio educacional para mujeres como respuesta a la prohibición del ingreso femenino a Columbia. Pensaba dedicarse a la dramaturgia, pero luego de ser rechazada para varios posgrados, comenzó a trabajar en películas con sus amigos, y conoció a diferentes pioneros del mumblecore como Joe Swanberg, con quien colaboró en repetidas ocasiones como en "LOL" (2006) y "Hannah Takes the Stairs" (2007).
Pero su mayor reconocimiento llegó de la mano de Noah Baumbach con "Greenberg" (2010), y "Frances Ha" (2012), cuyo guión escribió junto a Baumbach, su pareja desde el 2011. "Cuando empezó la preproducción para 'Lady Bird', yo ya había estado trabajando en películas en diversos puestos por diez años. Especialmente, en mis primeros y pequeños proyectos. Si no estabas haciendo algo frente a la cámara, tenías que sostenerla".
Así, autodidacta y embebiéndose de todo el conocimiento y los consejos que le ofrecían sus directores, su mejor educación se la impartió el tiempo que le otorgó la actuación. "No estudié cine, aprendí de observar a la gente en los sets", aseguró en una entrevista con Entertainment Weekly. Por eso, cuando estaba por comenzar el rodaje de Lady Bird, llamó a todos sus directores amigos o para los que había trabajado, desde Wes Anderson y Spike Jonze, hasta Rebecca Miller y Mia Hansen-Love. Proactiva e insistente, mandó un mail al mismo Justin Timberlake para usar una de sus canciones en su película, e insistió en que todos en su set utilizaran etiquetas con sus nombres para crear un vínculo de compañerismo entre el elenco y el equipo que trabaja en el detrás de escena.
Esta joven realizadora se convirtió pronto en un eje clave de los movimientos feministas gestados en el corazón de Hollywood. Una mujer fue nominada en una categoría donde escasea la diversidad, como bien hizo notar Natalie Portman durante los Golden Globes cuando, antes de anunciar al ganador como "Mejor Director" apuntó: "Estos son todos los hombres nominados".
Los colegas hombres de Gerwig también se sumaron a ovacionar a la cineasta. Guillermo del Toro, nominado este año por "La forma del agua" y cinéfilo devoto que no pierde el tiempo para elogiar sus películas favoritas, aseguró que "Lady Bird" lo conmovió profundamente, y que "es una fantástica ópera prima. Posee una gran inteligencia y un ojo agudo para el drama y el cine. Engañosamente natural, con mucho estilo". El dramaturgo ganador del Pulitzer Tracy Letts, quien interpreta en "Lady Bird" al padre de la protagonista, recalcó: "Greta es fantástica. Nunca se sintió el hecho de que dirigía por primera vez".
Greta Gerwig se une así a una lista tristemente corta: Lina Wertmüller, Jane Campion, Sofia Coppola, Kathryn Bigelow y Greta Gerwig. Una lista que parece ser mentira, que no refleja el talento femenino que trabajó arduamente durante los 90 años de historia de la Academia. Con suerte, y aunque el 4 de marzo no salga victoriosa, su nominación significa un paso más, un brinco agigantado al ritmo de un himno del rock, en el camino correcto hacia una mayor representación de creatividad en la pantalla grande.
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