Bien podría decirse que la frase "nada nuevo bajo el sol" no aplica al mundo de las drogas sintéticas. Es que, precisamente, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA), durante 2017 salió en circulación una nueva molécula por semana.
En ese contexto es que la modalidad de consumo imperante entre los jóvenes es lo que los especialistas reconocen como policonsumo, que no es ni más ni menos que varias sustancias en una misma salida recreativa, generalmente nocturna.
En 2017, el consumo de éxtasis en la Argentina aumentó un 200%
"La vedette sigue siendo el éxtasis, que va acompañado, en primer lugar por el alcohol, el cannabis y ya dentro del ámbito recreativo se suman el GHB (gamma-hidroxibutirato), mal llamado éxtasis líquido, que viene en forma de gotero y se mezcla con alcohol o bebidas colas -comenzó a describir la médica psiquiatra y experta en adicciones Geraldine Peronace-. Por otro lado está la ketamina, que si bien es un anestésico, es consumida en busca de su efecto disociativo".
En diálogo con Infobae, la especialista ahondó: "También sigue el popper (nitrito de amilo o de isobutilo) dando vueltas por las pistas de Buenos Aires. Se trata de una droga que hace años se usaba en cardiología y dado a sus efectos adversos se dejó de utilizar pero ingresó en el mercado paralelo para ser consumida como sustancia con fines recreativos. Se utiliza de manera inhalatoria y buscando 'viajes' cortos. Son 'viajes' que duran un par de segundos".
Consultada sobre las consecuencias de este tipo de consumo, Peronace alertó sobre los riesgos de las sustancias que generan ese efecto disociativo. "Existe un peligro real de caer en cuadros psicóticos, que pueden ser transitorios o quedar la persona con una enfermedad psiquiátrica severa porque una vez que uno se 'sale' del cuerpo hay que ver si al momento de 'volver' puede hacerlo de la misma manera y eso no lo puede asegurar nadie", destacó.
Por otro lado, están los riesgos para la salud cardiovascular. En palabras de Peronace, "hay un último estudio en relación a las pastillas, sobre todo éxtasis, en relación a la cantidad de ACV o ictus hemorrágicos que producen y la estadística marca que se recuperan uno de cada cuatro jóvenes".
Falla renal y trastornos hepáticos pueden ser otras de las consecuencias. Es que "el hígado y el riñón son órganos nobles en la eliminación de todo lo que es nocivo para el cuerpo humano y estas sustancias los dañan muchísimos", explicó la experta.
Tres tipos de consumidores
Tras insistir en que "la tendencia tiene que ver con la búsqueda de 'viajes' cortos, en paralelo con la persecusión de la euforia", Peronace señaló a este sentimiento -la euforia- como la otra cara de la depresión. "Como sociedad esto nos invita a pensar qué nos pasa; tanto consumo de sustancias es un síntoma que no se puede pasar por alto", analizó.
En ese sentido, diferenció tres tipos de consumidores: "Está el clásico, que consume alcohol, marihuana y cocaína, por otro lado los que buscan espacios de recreación y de ocio -el que consume sólo los fines de semana- y los psiconautas, que son aquellas personas que experimentan diferentes tipos de moléculas que van saliendo y buscan de vivenciar distintas emociones".
"A nivel mundial la problemática mayor no la de los adictos crónicos, sino el uso y el abuso en las personas que usan estas nuevas drogas", aseguró la especialista, al tiempo que alertó: "Son sustancias que como médicos nos generan un gran signo de pregunta, ya que no sabemos qué puede pasar en el cerebro de estos jóvenes en el mediano y en el largo plazo".
En datos duros y concretos, el último informe de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) de 2017 reveló que el consumo de éxtasis en la Argentina aumentó un 200% y la edad del primer acercamiento con esa droga sintética pasó de los 16 a los 14 años.
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