Actualmente, gran parte de la población mundial ha tomado conciencia acerca de la importancia de protegerse del sol y de realizar los chequeos correspondientes para corroborar que la piel se encuentre en óptimas condiciones y asimismo descartar cualquier tipo de daño en la epidermis.
Según la Organización de la Salud (OMS) las radiaciones ultravioleta, también conocidas como (UV), son consideradas beneficiosas para la salud, pero únicamente en pequeñas cantidades, ya que proveen al cuerpo de vitamina D. No obstante, una exposición prolongada a ellas se relaciona con diferentes tipos de cáncer cutáneo, quemaduras de sol, envejecimiento acelerado de la piel y enfermedades oculares.
Y hay diferentes tipos de manchas y lunares a los que se les debe prestar atención:
Diego Rodrigo Silva, dermatólogo del Sanatorio Finochietto, explicó a Infobae que hay que prestar atención: a las manchas marrones llamadas melanocitos– generalmente lunares-, a los lentigos solares que son producto del fotodaño- manchas de color y sin relieve-, y a los nevo verrugosos -lunares con forma de verrugas.
Hay que tener en cuenta que además de la consulta con un especialista, es sumamente importante realizarse un autoexamen y para ello hay que tener en cuenta una serie de tips conocidos como el A, B, C, D, E de manchas y lunares de la piel. Cada letra engloba un concepto o idea al cual hay que prestarle atención mientras se realiza el chequeo.
A: nos habla de la asimetría del lunar, si al trazar una línea asimétrica en la mancha o lunar este es igual de los dos lados, no hay ningún problema
B: si los bordes son regulares está perfecto, si son irregulares hay que prestar atención
C: el color tiene que ser uniforme, si posee tres tonalidades diferentes no es un lunar o una mancha "sana"
D: si su diámetro no supera los 6 milímetros no hay ningún problema, pero si aumenta su tamaño entre los tres y seis meses hay que consultar
E: hay que chequear que el espesor y la evolución de manera constante para evitar problemas
Medidas preventivas para evitar lesiones en la piel como producto de la exposición al sol
Alejandro Turek, médico especialista en oncología, aseguró a este medio que existe un índice de luz ultravioleta que mide la intensidad de esta radiación. El riesgo a la exposición solar aumenta de 10 a las 16 por entrar verticalmente a través del agujero de ozono, por eso es importante evitar esos horarios.
Entonces, ¿cómo protegerse y cuidar la piel? Es importante usar ropa clara y de tejidos que no permitan el paso de la luz solar, bloqueador solar con un factor de protección de 30 en adelante, gorra, sombrero y anteojos de sol, aunque uno esté bajo toldos, sombrillas, carpas o árboles.
"Los factores de protección solar de variados índices nos protegen de este riesgo. Las personas de piel muy blanca deben usar protectores para UVA y UVB de factor igual o mayores a 30. Sobre todo en lugares abiertos donde van a permanecer varias horas, ya sea estando quieta, caminando, haciendo alguna actividad deportiva, o trabajando. Debe aplicarse en toda la piel expuesta al sol y repetir su aplicación cada dos horas y cada vez que se sumerja en toda agua o si se suda en exceso", detalló Turek.
Leticia Siri, cosmiatra, cosmetóloga y esteticista aseguró que para cuidar la piel es importante higienizarla por lo menos dos veces al día- a la mañana y a la noche- colocando alguna crema de acuerdo al tipo de piel. La aplicación de máscaras que devuelvan nutrientes y agua a la epidermis también es de gran ayuda y las opciones más usadas son las que contienen aloe vera, ácido hialurónico, vitamina c , vitamina E, liposomas y colágeno.
También se puede utilizar una emulsión de limpieza, agua micelar o algún tipo de gel que desinfecte la epidermis. Para quienes se maquillan, es importante quitarse el maquillaje sin dejar residuo, ya que de lo contrario la limpieza no es un 100% efectiva y la piel nunca termina de estar "purificada".
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