Navidad y Año Nuevo son dos fechas en las que compartir un buen momento en compañía de amigos y familia es fundamental. Los preparativos que giran en torno a lo que se va a servir, los regalos que irán bajo el árbol o elegir el lugar que será sede del festejo son algunas de las ideas que se hacen presentes.
Sin embargo, hay un punto muy importante de resolver para quienes tienen mascotas: qué hacer cuando el reloj marca las 12 y los fuegos artificiales invaden el cielo. Y es que uno de los problemas más recurrentes en los animales de compañía es el miedo excesivo a los estruendos, hecho que se da principalmente en este período del año.
La etóloga clínica Virginia Ragau explicó a Infobae que la respuesta del animal puede variar desde una leve intranquilidad hasta un estado de ansiedad intensa con signos físicos característicos como taquicardia, taquipnea, salivación, defecación, micción, destrucción, vocalizaciones, temblor, intentos de esconderse o escapar, actividad aumentada, trastornos gastrointestinales, estado de alerta.
También hay que tener en cuenta que el sentimiento de miedo que se presenta en las mascotas es una respuesta emocional normal en situaciones que puedan significar un peligro para ellos. Luego, esta conducta se puede repetir aunque no haya un verdadero riesgo e incluso en forma exagerada ante pequeños estímulos.
Puede variar desde una leve intranquilidad hasta un estado de ansiedad intensa con signos físicos. A pesar de que esto se da en perros y gatos de igual forma, en los felinos los signos y señales pasan más desapercibidos porque por lo general tratan de ocultarse o escapar de aquello a lo que temen.
Todos estos signos son un indicativo de la falta de bienestar del animal. Por eso tener un manejo adecuado puede mejorar esta situación. Ragau aseguró que en el caso de los perros, lo mejor es evitar dejarlos en una jaula o atados en el exterior, ya que podrían lastimarse en el intento de escapar.
Acompañar al animal y transmitirle estado de calma ayudan a que se sienta más seguro
"Hay que permitirles refugiarse donde se sientan seguros y si es posible cerrar ventanas y persianas. Castigarlos tampoco es una buena idea porque aumenta el estado de ansiedad y de ninguna manera hay que intentar calmarlos ni acariciarlos ya que pueden interpretarlo como una recompensa a su conducta. Estas recomendaciones rigen tanto para perros como para gatos por igual", detalló la especialista.
Siguiendo una misma línea, la médica veterinaria Carolina Chavez, aseguró que lo primero que hay que hacer es conocer a la mascota y antes de saber cuál va a ser la respuesta de la misma hay que preguntarse qué es lo mejor en cada caso en particular. "Generalmente si uno los tiene de cachorros la primera fiesta es la que va a dejar huella del resto de la vida, por eso creo que lo más importante es que desde en ese momento la pasen con nosotros. Es fundamental para saber comportarnos como cuidadores responsables", dijo a Infobae.
Para los cachorros de ambas especies lo que recomienda es no mostrar mucho interés, ya que de esa manera se evita reafirmar conductas en donde el miedo es protagonista. "Lo que hay que hacer es observar cuál es la conducta que adopta. Si vemos que se intranquiliza hay que buscar situaciones que le generen tranquilidad al paciente, y el sentirse acompañados por sus cuidadores les da confianza", detalló.
"Los gatos por ejemplo son más independientes y probablemente se escondan debajo de la cama o dentro de un placard y van a encontrar un refugio que consideren más seguro. El perro en cambio estará más pendiente de su humano, por eso debemos generar conductas que creen un estado de relajación, nada de gritos ni de encerrarlos en un baño", aclaró.
Medicación sí, medicación no
Virginia Ragau señaló que el tratamiento para evitar problemas en las mascotas durante las fiestas pueden ser preventivos. Uno de los más usados es el conductual en donde se utilizan técnicas para modificar la conducta del perro o gato en cuestión y se aplican técnicas de desensibilización sistemática y contracondicionamiento.
Realizar una correcta socialización de los cachorros y exponerlos a diferentes estímulos para habituarse progresivamente a todo tipo de ruidos es una de las alternativas más usadas. Debe hacerse en forma supervisada y evitando experiencias traumáticas relacionadas a fuegos artificiales.
En última instancia está el tratamiento psicofarmacológico: se utilizan ansiolíticos de corta duración, exclusivamente mientras dura el episodio, o ansiolíticos de acción prolongada que se administran en forma continua.
"Esta última medicación debe administrarse con bastante anticipación a los eventos de fuegos artificiales y es el tratamiento adecuado a largo plazo. Este tratamiento debe implementarse en forma combinada y debe ser indicado y supervisado por el Veterinario", dijo la especialista.
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