La niñez es uno de los períodos más importantes de la vida de una persona, ya que es el momento en donde la personalidad y el carácter van camino a consolidarse. Por esta razón, es fundamental prestar atención al comportamiento de los más chicos y a la manera en cómo se relacionan con los demás, para detectar posibles trastornos del desarrollo, como el Déficit de Atención e Hiperactividad, uno de los más comunes en esta etapa.
La Organización Mundial de la Salud define al trastorno de desarrollo como "la discapacidad intelectual que se manifiesta por la afectación de facultades de diversas áreas del desarrollo, entre las que se encuentran las habilidades cognitivas y la conducta adaptativa".
El Déficit de Atención e Hiperactividad es uno de los más "invisibles" y frecuentes. Se caracteriza por la dificultad para prestar atención, la hiperactividad y la impulsividad. Es una condición que provoca un impacto en la vida de los niños, pero también en las personas que los rodean.
Cuanto más severos sean los síntomas que se manifiesten, más afectada se verá la vida del paciente. Además existe la falsa creencia de que solo afecta la escolaridad o el estudio cuando en realidad tiene un efecto colateral en todas las aéreas del niño, adolescente o adulto que la padece.
Qué dice la neurociencia
Claudio Waisburg, neurólogo infantil y director médico del Instituto SOMA, explicó a Infobae la importancia de tener un conocimiento activo sobre las distintas etapas por las que atraviesa el sistema nervioso de los más pequeños. En primer lugar, hay que saber que cuando uno nace, el cerebro se encuentra absolutamente inmaduro, es decir, no terminado.
"Es un órgano que se encuentra en un terreno virgen, casi vacío al cual hay que urbanizar y luego poblar. Si nos concentramos en lo que queda por terminar y madurar, es ahí donde aparece la magia", afirmó.
Es fundamental conocer el desarrollo del sistema nervioso de un niño y sus diferentes etapas
"Tan solo 30 días después de ser fecundado, el feto ya presenta tres pequeños bultos que son el cerebro y la médula espinal. Las neuronas se forman inicialmente en el tubo neural del feto para luego repartirse y formar las partes más importantes del cerebro. Cuando salimos de la panza están muy poco conectadas, el contexto del afuera hace que se relacionen entre sí", explicó. "Es durante los primeros cinco años de vida cuando el cerebro está armando su propio alambrado. De esta manera la cantidad y calidad de estímulos que se les den a los niños serán determinantes para la audición, vista, olfato, destrezas sociales y salud física y mental", agregó el especialista.
Cómo se comporta un niño con TDAH en el colegio
El rendimiento escolar es uno de los temas que más inquieta a los padres, ya que lo asocian con el futuro profesional y económico de sus hijos. Es muy frecuente que se presenten alteraciones en el comportamiento durante el período del colegio y dificultades para alcanzar un nivel de estudios adecuado.
Los trastornos conductuales -déficit de atención, hiperactividad e impulsividad- pueden influir en la presencia de dificultades durante el aprendizaje, ya que se presenta la dificultad para atender las instrucciones, incapacidad para recordar lo que se ha aprendido o la frecuente inquietud ante movimiento continuo.
Los principales problemas académicos a los que se enfrentan los niños con TDAH, según detalla el neurólogo infantil Claudio Waisburg, son: dificultad en la lectura y matemática, repetición de curso lectivo, expulsiones del aula, mayor número de suspensiones o medidas disciplinarias, y necesidad de ayuda a la hora de estudiar.
Cómo solucionar o disminuir los problemas o secuelas
La psiquiatra infantil Mariana Ricciardi aseguró que "un niño disperso con limitaciones en su proceso de aprendizaje puede corresponder a diferentes diagnósticos: ansiedad, depresión, trastorno de déficit atencional, dislexia, retraso cognitivo, entre otros. Una evaluación adecuada conlleva un tratamiento correcto y garantiza una buena evolución".
Lamentablemente, si reciben un tratamiento farmacológico inadecuado y no uno específico destinado a solucionar el problema real, se pueden generar de manera indirecta síntomas emocionales a largo plazo como ansiedad, baja autoestima y fracaso escolar crónico, según la experta.
La buena noticia es que algunos de los trastornos del desarrollo tienen solución mediante una intervención adecuada. Otros son crónicos, pero en esos caso también es fundamental su detección temprana. De esta manera, es posible mitigar en mayor o menor grado y, en algunos caso eliminar, las consecuencias negativas o síntomas producidos por el trastorno en cuestión.
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