Por Daniela Hacker
Los millennials son la generación en boca de todos. Nacieron antes del 2000, tienen entre 18 y 34 años -según la estimación más habitual- y están rodeados de mitos: que sólo les interesa el disfrute y el tiempo libre, que tienen falta de compromiso, que les gusta viajar por destinos exóticos, entre otras cosas.
Marcelo Basso, director de Provokers, explicó en diálogo con Infobae: "Los primeros hallazgos sobre este grupo se determinaban por contraposición con el anterior, la generación X. Se decía, 'tienen menos compromiso con el trabajo, no les interesa entrar a los programas de Jóvenes Profesionales de empresas top porque arrancan en enero, nunca se van a poner la camiseta de lo que hacen'. Pero cuando se los empezó a estudiar se descubrió que tienen un nivel alto de sensibilidad por el prójimo, por lo que se comprometen en acciones de voluntariado social, además de una conciencia por el medio ambiente mayor y una necesidad de experimentar mucho más profunda que sus antecesores (desde comidas y bebidas, hasta culturas)".
"Es una generación que prefiere intentar vivir de lo que le apasiona, es decir que tienen vocación, sin perseguir un gran sueldo o a una gran compañía. Les gusta la fiesta y tratan de no perderse nada. Quieren vivir en pareja y tener hijos, pero mucho más tarde que sus padres. Esto generó un romanticismo con este nuevo target", explicó Basso.
El especialista también se refirió al rol de las marcas con esta generación, "Las empresas comenzaron a entenderlos, a acomodar el lenguaje y sus objetivos de venta hacia ellos. Y los departamentos de recursos humanos empezaron a hacer más atractivos sus programas de Jóvenes Talentos", agregó el especialista.
Damián Kepel, presidente de la agencia de publicidad Kepel y Mata, explicó que los millennials son el "target" de moda. "Todas las marcas los miran porque son los que pueden mover el consumo. Son tendencia para las generaciones más jóvenes y también para las más grandes. Las marcas quieren llegar a ellos y son una constante en todas las propuestas", dijo el profesional.
La vida familiar y el trabajo
Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices Consultancy explicó: "La mitad de los millennials argentinos tiene como meta tener una buena vida familiar y ser exitosos en su vida laboral. Si bien los objetivos pueden ser similares a los de sus padres, ya no existe un camino trazado ni predecible y esa libertad no los asusta sino que, por el contrario, la viven como una oportunidad. Tanto es así que 1 de cada 2 millennials desearía tener su propio negocio para lograr un buen balance entre el trabajo y su vida personal, algo muy valorado por esta generación. La barrera más grande que encuentran para emprender es el acceso a capital o créditos. Pero, según ellos manifiestan, ideas para emprendimientos les sobran".
"Con respecto a la familia, tienen una ligazón fuerte con sus padres: es a su madre a quienes recurren en busca de consejos en primer lugar y uno de sus mayores temores es la muerte de sus progenitores. En su rol de padres buscan inculcarles a sus hijos valores de autocontrol, como por ejemplo los buenos modales, la tolerancia frente al otro y la responsabilidad, de la misma manera que sus padres y abuelos hicieron con ellos. Sin embargo, les gustaría que sus hijos aprendan hábitos saludables, que puedan expresar sus sentimientos y su imaginación mucho más que otras generaciones", afirmó Cilley.
Por último, la especialista explicó: "Una de sus características más salientes es que poseen una gran confianza en sí mismos: 9 de cada 10 confía en sus propias capacidades y esto ocurre entre millennials de ambos sexos y todos los estratos sociales. Además son optimistas. Más allá de los tiempos que corren, ellos creen que van a tener una mejor calidad de vida que sus padres", explicó la directora de Voices Consultancy.
Los millennials no son todos iguales
Marcelo Basso explicó: "Como en casi todas las generaciones, hay subgrupos de afinidad que logran tener características diferenciales. Es por eso que se llevó a cabo un estudio cuantitativo donde entrevistamos a 1000 jóvenes en Argentina de ambos sexos, de entre 18 y 30 años (millennial "puro"), de todos los niveles socio-económicos y residentes en todo el país, donde encontramos cinco grupos bien diferenciados.
De acuerdo al estudio, el 18% es Idealista: tiene en su cabeza vivir de lo que les gusta, ya sea fotografía, ser piloto de avión o hacer street art por las noches. Son los que más ayudan al prójimo (voluntariado) y cuidan el medio ambiente. El segmento más grande con un 37% es el de los Hedonistas: se podría decir que tienen el disfrute y la fiesta en su cabeza. Es el grupo que más peso tiene en Argentina y que más representa al arquetipo de esta generación. Un 11% está compuesto por Pragmáticos que tratan de salir adelante por "las suyas". Saben que no han sido muy beneficiados respecto a lo que tienen pero son esforzados y muy realistas en sus posibilidades para superarse. El 10% está conformado por Ambiciosos: claramente tienen la propia superación y su performance en su mente. Aprovechan su momento de vida porque detestan "la quietud" y la canalizan en mejorarse. Y por último, un 24% de un perfil más Básico: en su cabeza ven un futuro mas complicado y enfrentan la vida actual desde un rol mas pasivo.
La tecnología
"A esta generación le resulta fluido estar conectados a toda hora, y entendieron que pueden aprovechar la red para aprender, en pequeñas dosis, mediante la navegación poco profunda por tutoriales y ayudas en línea. Aunque hay investigaciones que caracterizan a estos jóvenes como multitasking, prefiero admirarme de su capacidad rápida de conmutar el nivel de atención de una tarea a otra", explicó Vera Rexach, especialista en Educación y Tecnología digitales de la Organización de Estados Iberoamericanos para la educación, ciencia y cultura (OEI).
La pantalla de la TV suele ser para esta generación un soporte para desplegar formatos y mensajes que no provienen de la TV clásica, sino normalmente de redes on demand, en las cuales el espectador tiene mayor control y es mucho menos pasivo. Hay también indagaciones que afirman que el síndrome conocido como FOMO ("Fear off missing out" o el miedo a estar perdiéndose algo) es uno de los motores que impulsan a los millennials a modelarse un perfil a base de selfies felices y una exposición algo desmesurada de su vida íntima, bajo la sospecha de que la vida de los otros (o al menos, la vida digitalmente publicada) es más interesante. El miedo es quedarse afuera y los dispositivos son casi una extensión de los pulgares.
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