Su nombre es Aida Domenech, pero todos la conocen simplemente como Dulceida. La joven influencer, española, de 28 años, tiene un carácter fuerte y pasional. Sobre eso hay consenso absoluto. ¿Por qué? Porque es irreverente y eso la vuelve popular. Por sus ideas, por sus definiciones frente a la vida -hace un año se casó con su ex mejor amiga y compañera de estudios Alba Paul -; tiene un carisma arrollador y es muy, muy bella.
Su gran sentido de la estética la coloca entre las favoritas de la industria de la moda, especialmente la europea, que no sólo la invitan a los front row de los desfiles, sino también les importa lo que opina. Tal exposición trae aparejada -como casi siempre-la aparición de amantes y detractores. O peor, gente que la juzga, que la señala, la mayoría por su profesión: influencer.
Este "oficio" del siglo XXI propone a un observador crítico del tiempo socio histórico que le toca vivir. El influencer no es sólo una persona superflua que opina sobre el lujo y las marcas aspiracionales. Es también una persona crítica y comprometida con su propio tiempo de vida. Y así ejerce y concibe su trabajo, Dulceida. Con opinión y comentarios sobre -casi todo- en las potentes canales de las redes sociales como Instagram, Youtube o Twitter.
La joven comenzó su carrera como coordinadora de la tienda en Zara y hoy en día es la imagen de un perfume de la prestigiosa firma italiana Dolce & Gabbana. Fue portada de varias revistas femeninas, lanzó su propio perfume, es DJ en las fiestas más exclusivas e incluso ejerce como activista de la comunidad LGBT.
En dialogo con Infobae, Sonia Almada, psicoanalista UBA y directora de Aralma opinó sobre el fenómeno social de los influencers: "Con la aparición de los influencers, lejos quedaron los axiomas de esfuerzo, trabajo y voluntad, ellos vienen a ofrecernos algo joven, bello y placentero. Se privilegia el 'estar' en lugar del 'ser'".
“Con la aparición de los influencers, lejos quedaron los axiomas de esfuerzo, trabajo y voluntad; ellos vienen a ofrecernos algo joven, bello y placentero”, opinó la psicoanalista Almada.
Según la especialista, el efecto es el mismo que provoca el ídolo, y que Sigmund Freud describe en una instancia de la personalidad denominada ideal del yo: "Este concepto surge de la idealización del yo y de las identificaciones con los padres y los ideales colectivos, un modelo al que el sujeto intenta ajustarse. El proceso de idealización lleva a la perfección el valor y las cualidades del objeto que se idealiza".
El efecto que generan los ídolos sobre sus seguidores es aspiracional y alienante. "Es un efecto adormecedor del mercado -entre otros- que existe desde siempre y desaconseja conocerse a uno mismo, en pos de una búsqueda por fuera de aquello que se ofrece como 'lo mejor' de manera generalizada, en desmedro de la búsqueda personal y esencial de cada uno", opinó Almada.
En alguna ocasión Domenech fue dura con sus propios fans – hoy congrega más de 2 millones de suguidores- y les exigió a través de un tweet que respetaran su privacidad en la playa, y no le tomen fotografías mientras descansaba. Sus seguidores enfurecidos reaccionaron a su publicación y declararon no comprender cómo alguien que vive de sus seguidores no quiera fotografiarse con ellos.
Por su parte, la influencer también dio una respuesta y se quejó con aquellos que no respetaron su decisión personal de casarse con su actual mujer y amiga de la universidad, Alba Paul. Rechaza profundamente la discriminación y llama a sus seguidores a "celebrar el amor" sea cual sea su forma.
Por su parte la licenciada Beatriz Goldberg ofrece otro abordaje sobre el mismo tema: "En la sociedad individualista y exhibicionista en la que vivimos, estos personajes son fundamentales para los jóvenes. No es un único aspecto de la persona el que se busca imitar sino un conjunto", explicó a Infobae.
Domenech y Paul se casaron en una playa paradisíaca el 10 de septiembre de 2016 en Sitges. A pesar de todo lo que muestra, ella también decide qué mostrar. Trabaja de influencer, sí, pero dice que tiene límites. Y eso no la hace menos influencer.
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