Quién es la científica argentina que desarrollará plantas capaces de resistir el impacto de la radiación solar

La científica rosarina Paula Casati es la flamante ganadora de la 11a. edición del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”. La investigadora recibió $300.000 pesos para desarrollar métodos que permitan bloquear o frenar los mecanismos que hacen que las plantas sean afectadas por la radiación y crezcan menos. El resto de las galardonadas y los detalles de los proyectos

Por Valeria Román

Cuando el sol golpea fuerte, los seres humanos se protegen bajo edificios o usan cremas, sombreros o sombrillas multicolores. Los animales también pueden moverse y resguardarse. Pero la mayoría de las plantas quedan sin amparo, y sus vidas corren peligro cuando la radiación ultravioleta las alcanza.

A la científica rosarina Paula Casati le preocupa ese impacto de la radiación, especialmente en las especies de interés agropecuario como el maíz y el sorgo. Con ese interés y con un proyecto creativo para comprender qué les pasa a las plantas, Casati se convirtió hoy en la ganadora del Premio L'Oréal/ Unesco "Por las mujeres en la Ciencia 2017", en colaboración con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

La entrega del galardón, que este año busca promover la participación de las mujeres en las ciencias de la vida, fue en la biblioteca del Centro Cultural de la Ciencia, en el barrio porteño de Palermo, con la presencia de Lino Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; Alejandro Ceccatto, presidente del CONICET; Guillermo Anlló, de la Oficina Regional de Unesco en Uruguay, y el director general de L'Oreal Argentina, Marcelo Zimet.

Con el premio L'Oreal/Unesco en colaboración con el CONICET -que reconoce a una científica argentina de hasta 49 años desde hace 11 años-, Casati recibirá 300.000 pesos para desarrollar su proyecto de investigación dentro de la Argentina.

"Vamos a usar a la planta Arabidopsis thaliana como modelo de experimentación, para comprender cómo se produce la respuesta de tolerancia a la radiación ultravioleta", dijo Casati a Infobae. "Ya sabemos que las plantas cuentan con varios mecanismos moleculares frente a la radiación. La idea del proyecto es entender bien cómo opera cada mecanismo y ver si hay interacción entre ellos", agregó.

No está pensando en desarrollar cremas fotoprotectoras para ponerles a las plantas como las que utilizan los seres humanos. "No estoy buscando hacer un "protector solar" para las plantas. La meta de mi proyecto es desarrollar métodos que permitan bloquear o frenar los mecanismos que hacen que las plantas sean afectadas por la radiación y crezcan menos. De esta manera, haríamos que las mismas plantas lleguen a tener características internas que las hagan resistentes a la luz del sol", aclaró.

La investigadora, de 46 años, trabaja en el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos del Conicet (CEFIBO) en Rosario. Llegó a la ciencia por la influencia de su mamá, Mónica Elías, que también era investigadora del Conicet en fisiología. "En parte seguí a mi mamá, pero mi rebeldía estuvo puesta en estudiar plantas y no ratas, como ella". Cuando estaba cursando la carrera de grado en la Universidad Nacional de Rosario, conoció a su actual marido, con quien entre 2000 y 2005 se fue a vivir al exterior para hacer estudios de posdoctorado.

"Trabajamos en diferentes centros de investigación, pero con mi marido a veces hacemos proyectos en conjunto. La verdad es que tener un marido científico es una ventaja. Porque me entiende, me acompaña y me respeta las actividades para investigar y educar a nuestra hija, Lara", contó.

Además de Casati, hubo otro premio de 180 mil pesos para una científica de hasta 34 años, María Alejandra Molina, como parte de la iniciativa. Molina es parte del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas, Fisicoquímicas y Naturales de la Universidad Nacional de Río Cuarto, en Córdoba, y con la beca se ocupará de desarrollar "nanogeles" que puedan liberar selectivamente antibióticos contra las bacterias. "Como objetivo más cercano, pensamos en que los nanogeles podrían usarse en superficies o en material quirúrgico, como una manera de prevenir infecciones hospitalarias".

También se entregaron cuatro menciones para científicas. Una de ellas fue obtenida por Valeria Levi, investigadora independiente del Conicet en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien reclamó mejor presupuesto para la ciencia en 2018. Otra beca fue para Andrea Quiberoni, investigadora independiente del CONICET en el Instituto de Lactología Industrial, en Santa Fe, que usará la técnica de edición genética CrisPR para darles inmunidad a bacterias saludables que se incluyen en lácteos.

A su vez, Natalia Servetto, becaria posdoctoral del Conicet en el Instituto de Diversidad y Ecología Animal de Córdoba, y Natalia Andersen, investigadora asistente del CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca, fueron distinguidas con becas. Servetto se dedicará a profundizar el problema de la acidificación del océano como consecuencia del cambio climático; mientras que Andersen se ocupará de buscar nuevas alternativas para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.

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