La tecnología avanza a pasos agigantados. En todas sus variantes se ofrece a merced de lograr el bienestar de las personas, para prácticamente todos los aspectos de la vida. Incluso para la intimidad.
Desde hace unos años el avance de la robofilia es notorio. Pasó de ser una cuestión propia de ciencia ficción a convertirse en una realidad creciente, con robots cada vez más similares a la apariencia, comportamiento y movimiento humano. Ejemplares concebidos para el esparcimiento de la gente cuya única función es la de dar placer a sus dueños, satisfacer las apetencias sexuales. Conceptos que ganan terreno en la industria del sexo.
Si bien existen en el mercado accesorios que suman placer al encuentro entre las personas, la posibilidad de prescindir de otro humano para que el acto sexual se consume parece que será cada vez más frecuente. Es que la gente empieza a inmiscuirse en el tema, comienza a explorar o al menos considerarla como una opción potable, de acuerdo a una encuesta de la plataforma YouGov.
Según un popular cuestionario en Alemania, uno de cada tres hombres estaría interesado en tener relaciones sexuales con un robot, si fuera técnicamente posible y se sintiera real. Por su parte, las mujeres también se muestran atraídas por la idea, aunque en menor medida: solo una de cada cinco se imaginan alguna vez incurriendo en la experiencia.
La misma consultora, pero en Estados Unidos, realizó el idéntico sondeo entre 1146 norteamericanos. Y los resultados reflejaron que alrededor del 24 por ciento de los varones dijeron que considerarían el sexo con robots si fuera posible, significativamente más que el 9 por ciento de las mujeres.
Son menos los que dicen que se atreverían. Pero igualmente muchos creen que a futuro será una costumbre aceptada y ordinaria: el 49 por ciento de adultos consultados piensa que el tener sexo con robots será común en 50 años. La profecía coincide con la idea de varios investigadores y gurúes de la inteligencia artificial, que vaticinan el mismo escenario incluso para bastante tiempo antes.
La agencia señaló: "Sólo el 14 por ciento de los adultos estadounidenses calificaría tener relaciones sexuales con un robot como relaciones sexuales, mientras que el 33 por ciento lo consideraría más parecido a la masturbación y el 27 por ciento de los encuestados no consideró que ninguna de las categorías le hiciera justicia".
Otro interrogante que contestaron los voluntarios fue si mantener relaciones sexuales con un robot se considera engaño a la pareja estando en relación con un humano. La paridad marcó la respuesta: el 32 por ciento de los adultos lo afirmó, mientras que el 33 por ciento dijo que no.
Profundizando la última pregunta de acuerdo a los géneros la consulta culminó con conclusiones diferentes: el 37 por ciento de los hombres cree que no es una infidelidad, en comparación con el 29 por ciento que piensa que sí lo es. Por el lado de las mujeres, los número son opuestos: el 29 por ciento no lo asocia a un engaño, mientras que el 36 por ciento sí.
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