Hace pocos días, la Real Academia Sueca de las Ciencias distinguió con el Premio Nobel de Física a los científicos Rainer Weiss, Barry C. Barish y Kip S. Thorne por "su contribución en la detección y observación de las ondas gravitacionales".
Este increíble logro científico fue generado a partir de la detección de perturbaciones espacio-temporales estudiadas en el Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO), cuyo equipo de científicos es liderado por la cordobesa Gabriela González.
Desde su oficina en Louisina State University Gabriela González habló con Infobae sobre su carrera, los descubrimientos que llevaron a su equipo a ganar el Premio Nobel de Física y sobre las personas que lo hicieron posible: su madre, entre ellas.
Históricamente, el estudio del Universo se ha basado en las ondas electromagnéticas. Pero ahora, poder acceder a ellas equivale a abrir una ventana al cosmos que nunca se había observado: nuevos sistemas solares, otras estrellas, supernovas, agujeros negros y en particular, se espera que ayude a conocer qué ocurrió en los momentos inmeditamente posteriores al Big Bang.
El estudio de las ondas gravitaciones marcó un antes y un después, no sólo porque demuestra que Albert Einstein tenía razón en las predicciones que realizó un siglo atrás, sino porque su observación marcó una nueva era en la astronomía: Ahora ya no solo se podrá ver el universo, sino que además se lo podrá escuchar.
El primer impacto de onda fue detectado el 14 de septiembre de 2015. En diciembre de 2015 se detectó el segundo, en enero de 2017 tuvo lugar el tercero y el 14 de agosto de este año fue el último.
Pero los jurados que entregaron el Nobel destacaron no sólo el hecho histórico que supone para la Física esta detección. Sino también elogiaron la labor de Gabriela en el discurso de entrega del galardón: "Al momento del descubrimiento, el equipo estaba liderado por Gabriela González, de la Universidad Estatal de Lousiana". Esa primera vibración que llegó a la Tierra de forma ´extremadamente débil´, provenía de la colisión de dos agujeros negros y sucedida hace 1.300 millones de años. Esto es considerado hoy una prometedora revolución en la astrofísica".
Antes que nada, felicitaciones Gabriela y muchas gracias por tu tiempo y por recibir a Infobae. ¿Cómo estás viviendo este momento, este premio tan importante?
— La verdad es que estamos viviendo unos momentos lindísimos. Pero no tanto por el premio – al que por supuesto festejamos – sino porque estamos anunciando nuevos descubrimientos. Mañana, incluso va a ser un gran día porque vamos a presentar más novedades. En estos dos últimos años, ha sido la ciencia la que nos ha puesto con una sonrisa cada vez más grande.
¿Qué son las ondas gravitacionales? ¿Por qué son tan importantes? ¿Qué impacto pueden tener para todos?
— Bueno, es un poco difícil de explicar el impacto concreto que pueden tener. En realidad las ondas gravitacionales son una predicción de la teoría de Einstein que es una teoría que explica la gravedad, no como una fuerza, sino como una distorsión del espacio-tiempo. Él se imaginó que las masas viven en un espacio-tiempo que es como una grilla, no solo de distancias, sino como con "relojitos" que miden tiempos. Y esa grilla se deforma con las masas – y eso es lo que produce que la Tierra gire alrededor del Sol, que la luz no viaje en línea recta – . Y además que si hay masas moviéndose – como la Tierra alrededor del sol, o las estrellas una alrededor de la otra – éstas van a producir ondulaciones del espacio-tiempo: eso son las ondas gravitacionales.
¿Para qué sirven? Bueno, es importante decir no se habían medido anteriomente así que estos resultados han comprobado que Einstein tenía razón, que su teoría es correcta. Pero no era ese el objetivo. El objetivo es aprender más sobre las fuentes que generan estas ondas gravitacionales, que nos sorprendieron muchísimo. Las 4 observaciones que hemos anunciado hasta ahora son todas de colisiones de agujeros negros bastante más grandes que los que habíamos visto antes – de los pocos que habíamos visto antes en astronomía -. Los primeros que se ven en pares, son un par de agujeros negros que giran, uno alrededor del otro, y colisionan.
¿Para qué son importantes? Para aprender del universo. Gracias a esto estamos conociendo cosas de los agujeros negros que no podríamos aprender de ninguna otra manera porque no emiten luz (por eso se los llama "negros") aunque sí admiten estas sombras.
¿Cuál es la sensación, después de tanto trabajo, cuando lográs el descubrimiento, cuando arrojas luz sobre algo que antes no se sabía?
— ¡Fue impresionante! Sobre todo porque pasó antes de lo que pensábamos. Estábamos mejorando la sensibilidad de estos instrumentos pero creíamos que nos iba a tomar un par de años más hasta detectar ondas gravitacionales. Así que nos agarró tan por sorpresa que estos eventos ocurrieran a estas distancias y con estas amplitudes, por eso es parte de lo que estamos aprendiendo. Lo que más nos entusiasma es que esto es apenas el principio. Ahora sabemos que con cada mejora del instrumento – y esa es mi especialidad – vamos a poder ver más agujeros negros y más lejos; además de otros sistemas, estrellas de neutrones, otras estrellas, explosiones de supernovas… y quién sabe cuántas cosas más.
Contame un poco de tu vida, cuáles fueron los hechos que terminaron poniéndote en el lugar en el que estás hoy.
— Fue un camino que en realidad no fue tan bien planeado. A veces la gente me pregunta: ¿Desde chica quisiste ser científica? ¿Te imaginabas que ibas a estar trabajando con ondas gravitacionales? No, de chica yo no sabía ni qué eran las ondas gravitacionales, pero siempre fui muy curiosa. Me gustaba explicar cosas y que me explicaran a mí. Me gustaba mucho la física, la química, la matemática desde la secundaria. Fui a la universidad a aprender, a aprender a explicar cosas. Entré en la FAMAF, en Córdoba -en la Facultad de Matemática, Astronomía, Física– y ahí, no solo me gustó muchísimo más la física porque aprendí a explicar cosas, sino que me enteré de que faltaban aún muchas explicaciones más por crear e investigaciones por hacer. Y eso me encantó.
Después aprendí que el mundo estaba lleno de científicos, que no era solo la Argentina. Y se me fueron abriendo otras puertas. Me fui a estudiar a Estados Unidos y allí fue que descubrí este campo de ondas gravitacionales, de la posibilidad de medirlas y eso me pareció maravilloso. Al final me quedé en Estados Unidos, pero se fue todo dando paulatinamente.
Y luego de trabajar tantos años en los Estados Unidos ¿Cuánto te queda de argentina, de cordobesa?
— Mucho, es lo que soy. Siempre me sentí extranjera en Estados Unidos, pero hora ahora me siento un poquito más extranjera aún en Córdoba. Sin embargo, siempre he seguido en contacto con mis colegas en la Facultad, con mis amigos, con mi mejor amiga en Córdoba, con mi familia, y voy seguido, sobre todo desde que nacieron mis sobrinos. Pero yo me siento muy cordobesa, muy argentina.
¿Y hay algún aspecto de ese ser cordobés-argentino, que sentís que aporta una mirada distinta al equipo?
— Sí, sí, todas. No solo por ser argentina, sino por haber crecido en un contexto distinto, en una cultura distinta. Eso es lo que hace que pensemos todos de manera distinta acerca de los problemas y encontremos soluciones juntos. La clave para encontrar soluciones, e incluso para inventar las preguntas, es tener gente que sea toda distinta, que enfoque las cosas de manera distinta. Por eso es importante tener hombres y mujeres, gente joven y gente grande, gente de muchos países, de muchas culturas. Cuando se habla de diversidad es porque la ciencia se mejora, se hace mucho mejor, cuando se hace con diversidad de gente.
Sos hija de una mujer matemática.
— Sí, mi mamá es profesora de matemática. Ya jubilada hace varios años.
¿Qué impacto tuvo ella en tu vida, en tu decisión de estudiar ciencias duras? Yo también soy cordobesa, egresada de la UNC y sé bien que los de la FAMAF siempre fueron los bichos raros de la universidad…
— Sí, somos los bichos más raros de todos (Risas).
Ahora en serio: ¿Cuánto influyó tu madre en tu pasión?
— Muchísimo. Mis dos padres influyeron muchísimo en mí y en mi hermano. Ellos siempre pusieron nuestra educación primero, nunca hubo dudas de que íbamos a estudiar, de que íbamos a ir a la universidad, de que íbamos a ser profesionales. Ellos tienen un origen humilde. Sus padres habían hecho muchos sacrificios para que ellos estudiaran, así que ellos eran conscientes de eso y repetían ese esfuerzo y esa convicción.
En mi casa siempre había números. Mi papá era contador, mi mamá era profesora de matemática, pero no física (Risas). Los dos me dicen ahora, sobre todo mi mamá, que cuando decidí estudiar física en la universidad, ambos pensaron: "¿Pero qué va a hacer esa chica con ese título? ¿Cómo va a vivir con esa carrera?" Sin embargo, nunca me dijeron nada de eso, ni me transmitieron sus dudas. Todo lo contrario, siempre me apoyaron.
Hoy, que es el Día de la Madre, contános ¿Qué te dijo tu mamá cuando tu equipo recibió el Premio Nobel? ¿Cómo lo vivió? Supongo que con el orgullo de mamá de ver a su hija triunfar en el mundo
— La verdad es que tengo una relación muy cercana con mis padres y con mi hermano, pero sobre todo con mi mamá. Desde siempre, mi mamá supo cuánto había trabajado yo (y sigo trabajando) para hacer lo que hago. Sabía también que es el esfuerzo de muchos. Así que siempre estuvo muy consciente de lo importante que era para mí. ¡Se alegró tanto! Ni bien hicimos este descubrimiento, pasó un tiempo hasta que nos autorizaron a contarlo.. pero yo estaba volviendome loca, tenía que contarselo a mi familia. Cuando se lo dije, ella se puso tan contenta, tan contenta, que hasta a mí me emocionó su felicidad. Ella me ayudó muchísimo y me emociona el apoyo que siempre me han dado mis padres.
Pero además, yo también estoy muy orgullosa de ella. Mirá, acá en mi oficina tengo un cuadro que pintó mamá y que a mí me llena de orgullo, como todo lo que ella hace. Después de jubilarse, se dedicó a la pintura. Tengo mi casa llena de cuadros suyos, porque me encantan pero también porque me gusta acordarme de ella cada vez que los miro.
Pero te cuento algo más… para decirte un poquito más de mamá…Ella me dijo que todo el mundo quería entrevistarla, que la felicitaban, etc, y que ella sabe la influencia que había tenido en mí. Pero agregó algo muy hermoso: me dijo que ella estaría igual de orgullosa aunque no hubiera ganado ningún premio, porque está orgullosa de lo que hago y de quién soy; no de lo que los otros opinan de mí.
— Que lindo.. el amor y la admiración incondicional de las madres. Tu mamá no necesitaba que la Real Academia de las Ciencias de Suecia le diga quién es su hija.
Es exactamente así…
Bueno, y por último Gabriela para no robarte más tiempo, me gustaría que le envíes un mensaje a todas las mamás en su día y algunas palabras para que alienten a sus hijos en el camino del estudio, del esfuerzo, como hicieron tus padres con vos
— Yo sé que el trabajo de ser padres es muy difícil. En este día de la madre me encanta felicitar a todas las mamás, no solo por el trabajo, sino por el amor que le brindan a los niños y recordarles lo importante que es la inspiración y el aliento, el ayudar a que los niños sigan sus ambiciones, a que los chicos sepan que pueden hacer lo que quieran, porque las oportunidades están allí donde se buscan. Tienen que ir a la escuela, tienen que ir a la Universidad. Se puede ir porque es pública en la Argentina, eso no pasa en todos lados, y lo que necesitan es esa ambición y ese apoyo de la familia para hacerlo.
Y eso aplica para chicos y chicas. A veces se piensa que solo los varones pueden ser bomberos y físicos, y que solo las chicas pueden ser maestras y enfermeras. Pero eso no es cierto, todo el mundo puede hacer cualquier cosa que le guste, aún ser una física premiada o un enfermero genial.
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