Mejorar la calidad educativa del país es uno de los grandes desafíos tanto para el Gobierno actual como para las autoridades venideras. Desde hace tiempo el nivel en materia de educación transita por la curva descendente y las necesidades de hallar soluciones prontas son primordiales.
En la búsqueda de mejorar este contexto se llevó a cabo el IX Foro de Calidad Educativa de Proyecto Educar 2050, llamado "Transformar la educación, un compromiso con el futuro". Un espacio de reflexión que reunió a destacados expertos del ámbito educativo.
Mercedes Miguel, secretaria de Innovación y Calidad Educativa del Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, fue quien abrió la la convocatoria. La funcionaria remarcó la necesidad de pasar a la acción inmediatamente: "No hay más tiempo que perder en la educación. Hay docentes que ya no tienen la luz en los ojos, estudiantes que no tienen ganas de estar donde están porque esa escuela secundaria no les toca el alma, no les significa nada para su futuro".
Destacando que existe un "enorme" consenso en la necesidad de cambio, agregó: "Cada año 320 mil jóvenes abandonan la escuela secundaria. Eso riega la pobreza estructural. Tenemos que ir hacia adelante". Especificó que la intención es pasar a una secundaria más relevante, basada en proyectos relacionados con la comunidad, donde los jóvenes tengan una participación activa. "Hemos definido seis capacidades para el siglo XXI que se están trabajando desde el interior de nuestras escuelas. Si todo esto va a cambiar: ¿con el mismo régimen académico, las mismas evaluaciones?", dijo.
La situación actual está enmarcada bajo distintas aristas. Por un lado, el pobre nivel. Los magros resultados en las pruebas Aprender y Pisa reflejan el preocupante estado. La escasez de logros es un derivado de los bajos niveles de desempeños académicos que a su vez está ligado no solo a las capacidades y la preparación de los alumnos, sino también al acceso y las desigualdades en cada punto del país.
Por otra parte, está el permanente marco de crisis en el plano docente que se repite en cada ciclo lectivo. Disidencias entre autoridades y educadores en negociaciones salariales u objetivos a futuro que desembocan en largas semanas de paro. Una discusión en la que, independientemente de las razones esgrimidas, las mayores víctimas son los estudiantes, que no asisten a clases.
La necesidad de una imperiosa reforma es un objetivo compartido: "Hay que cambiar el sistema educativo. Esto no se discute. Y el cambio se da en tres aspectos: en la evaluación, en hacer reformas con los datos y en trabajar en coaliciones", sostuvo Helena Rovner, especialista senior en Educación del Banco Mundial.
Desde su mirada internacional, Rovner aclaró que el mensaje es claro: "Meter a los chicos en la escuela no es lo mismo que aprender. Escolarización no es lo mismo que aprendizaje. Y eso que algunos países ni siquiera tienen resuelto el tema de la escolarización". Y agregó: "Las inequidades educativas empiezan muy temprano. De los 3 a los 5 años ya hay diferencias entre quintiles más pobres y los más ricos de la población en lo que pueden hacer".
Por su parte, Mariano Naradowski, profesor titular de la Escuela de Gobierno de la UTD, consideró en cuanto al paradigma actual: "Hasta ahora ninguna tecnología ha superado a la escuela, por más que tiene 300 años de existencia. Esa 'tecnología' del siglo XVII funciona sobre la base de combustible adulto. Con autoridad de origen, desde el inicio. Pero los problemas comienzan cuando no se valida dicha autoridad por sí misma".
"Los viejos acumulamos experiencia a riesgo de que de pronto se conviertan en obsoletas. Si el docente no tiene legitimidad de origen y lo que vale es lo nuevo, pierde autoridad. Las grandes maestras de antaño no era excepcionales, sino que tenían legitimidad porque la sociedad era autoritaria, jerárquica y se respetaba al maestro por sí mismo. Para considerar esto, en la Argentina tenemos un atraso mayúsculo", completó.
Para Inés Aguerrondo, coordinadora de innovación del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UCA, es primordial aprender con calidad: "Antes poníamos énfasis en enseñar ahora en aprender. Y el aprendizaje es comprender, poder aplicar los conocimientos. Centrarme en los conocimientos es hacerlo sobre todo en el aprendizaje y no en la enseñanza. Vale la pena indagar en los manuales y programas para ver si aún usamos contenidos y métodos del siglo XIX".
Como reto a futuro, Aguerrondo apuntó: "No hay que cerrar los espacios para los chicos que se van todos los años, nosotros los adultos tenemos que darles nuevas posibilidades. Necesitamos una nueva alianza público-privado porque el mercado no nos solucionará el tema. Hay mucho para hacer". Y concluyó: "De lo que un chico aprende, el 70% se lo debe a la casa y el 30% a la escuela. Y esto lo tenemos que cambiar".
Los expertos puntualizaron algunos de los desafíos para lograr en los alumnos aprendizajes significativos:
– "En América latina el Estado no cambió. Sigue igual que en el siglo XIX. Dentro del Estado, los ministerios de Educación son, casi siempre, los peores organizados. No están equipados, no hay evaluación", señaló Aguerrondo, que además aportó otra preocupación: "Hagámonos cargo de una realidad: los chicos se aburren. Y los docentes también. O sea, transparentar los grandes problemas que tenemos para ponernos de acuerdo en afrontarlos".
– "El óptimo paretiano aplicado a la educación: hay un 10% que son Messi, 10% son vagos y truchos y luego estamos el 80% restante, que lo hacemos más o menos bien, que nos entusiasmamos a veces y lo hacemos con profesionalismo. El desafío es cómo hacer que ese 80% trabaje más y mejor. El tema es cómo se organiza la escuela en la actualidad (promoción sólo por antigüedad, llegar a directivo por obligación). Cuando hay que administrar un sistema con millones de docentes no se puede apelar al voluntarismo del entusiasmo", dijo Narodowski.
– Narodowski indicó también un punto en la formación docente: "Nos preparan para la normalidad y allí el conflicto es sólo la excepción. Y la realidad es que el conflicto y los problemas son la normalidad y la excepción es lo que no lo tiene. Hay que enseñar que ser docente es difícil. Esta es una profesión difícil y hay que aceptarlo así".
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