El castigo corporal y el abuso físico ya fueron vinculados con la reducción del desarrollo cognitivo y el rendimiento académico en los niños anteriormente, pero por primera vez un equipo de científicos se centró en los efectos de por vida cuando un menor sufre de manera simultánea castigo no abusivo, como gritos o forcejeos.
El trabajo, publicado en Child Abuse and Negligence, reforzó el concepto que tanto el desempeño de los niños como el compromiso en el aula están significativamente influenciados por su exposición a castigos físicos -sean leves o duros- en el hogar.
Los investigadores de la Universidad de Pensilvania, EEUU, encontraron que el abuso físico estaba asociado con una disminución en el desempeño cognitivo, mientras que las formas de violencia más leves -no abusivas- estaban asociadas independientemente con un compromiso escolar reducido y un mayor aislamiento entre compañeros.
"Este estilo de castigo (el leve) está destinado a infligir un dolor menor para que el niño cambie su comportamiento para evitar el castigo futuro, pero no da a los niños la oportunidad de aprender a comportarse adecuadamente a través de la explicación y el razonamiento", explicó Sarah Font, una de las líderes del trabajo, profesora asistente de sociología y miembro del cuerpo docente cofinanciado de la Child Solutions Maltreatment Solutions.
De acuerdo a los investigadores, incluso cuando el castigo físico no genera lesiones, los niños pueden experimentar miedo y angustia, y se ha encontrado que este estrés afecta negativamente la estructura del cerebro, el desarrollo y el bienestar general.
Para llegar a estas conclusiones, examinaron a más de 650 niños y sus cuidadores -padres o tutores- en tres áreas de castigo físico: corporales leves, corporales duros y abuso físico.
Los grupos informaron de su uso o experiencia con el castigo físico y luego los investigadores midieron los resultados cognitivos, el compromiso escolar y el aislamiento de los compañeros en los niños. Los datos fueron analizados para determinar las trayectorias entre el desempeño cognitivo y académico y cómo influye en su cotidianeidad la exposición inicial y variada al castigo físico y el abuso.
"Encontramos que mientras que todas las formas de castigo físico y abuso están asociados con la disminución en el compromiso escolar, sólo la exposición inicial al abuso físico tiene una influencia negativa significativa en el rendimiento cognitivo, y sólo el castigo físico severo aumenta notablemente el aislamiento entre los niños. Esto se observó tanto en los niños como en sus cuidadores, lo que sugiere que la prevención del abuso físico podría promover el rendimiento cognitivo de los niños, pero puede que no sea suficiente para que los niños participen y estén bien ajustados en la escuela", agregó Font.
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