La autoestima es la capacidad que tenemos los humanos de querernos, valorarnos, amarnos y respetarnos a nosotros mismos y a su vez, es una percepción evaluativa de nosotros que se manifiesta como un conjunto de actitudes y conductas.
Aquellas personas con una autoestima lo suficientemente fuerte tienden a tener estrategias muy diversas para satisfacer estas necesidades a diferencia de quienes tienen baja autoestima. Los primeros tienen confianza en sí mismos, se sienten seguros enfrentándose al medio y resuelven los problemas en vez de preocuparse. Pero los segundos no se sienten capaz de afrontar la ansiedad, los problemas interpersonales o los riesgos de un desafío. La vida para ellos se torna más penosa por no sentirse efectivos, les es difícil afrontar la ansiedad de hacer que las cosas cambien y recurren a menudo a la crítica para afrontar estos sentimiento de ansiedad, desamparo, rechazo e insuficiencia.
Para nadie es un enigma si se tiene o no autoestima. Es muy fácil detectar si uno se quiere, está conforme con su personalidad y se respeta o no. Sin embargo, según la psicóloga y escritora Celia Antonini, la autoestima tiene dos aspectos muy diferenciados que no siempre van de la mano. "Por un lado, hay un sentimiento de valía personal", explicó a Infobae. "Cuánto sentimos que valemos, cuánto sentimos que merecemos ser felices y cuánto hacemos para respetar y para defender los intereses y necesidades implicados en esa búsqueda de la felicidad".
Y, por el otro lado "hay un sentimiento de capacidad. Esto quiere decir, cuánto nos sentimos capaces para enfrentar los desafíos de la vida y para comprender y superar los problemas". Según indicó la especialista, hay personas que son exitosas en sus actividades pero igual sienten que tienen una baja autoestima. "Sienten que pueden pero no valen", puntualizó.
Sin embargo, ambos aspectos de la evaluación que cada uno hace de uno mismo son modificables. "Estamos capacitados para modificar cualquier estimación sobre nosotros mismos, elevar el nivel de autoestima y aprender a querernos y confiar más en nuestras capacidades", aclaró Antonini. "Sentirnos bien, es querernos y aceptarnos, independientemente de los resultados obtenidos, y seguir teniéndonos aprecio y respeto pese a aquellas cosas que no podemos hacer y aceptar los aspectos que no nos gustan. Una buena autoestima incluye aceptar las limitaciones y dificultades. Es querernos tal cual somos, con nuestros aciertos y desaciertos, con nuestras bondades y miserias".
Esto es importante tenerlo en cuenta porque, según la experta, "no hay nada más poderoso que la creencia que cada persona tiene sobre sí misma". Y profundizó: "Cada uno de nosotros sale al mundo a confirmar que nuestra manera de evaluarnos es la correcta y elegimos arbitrariamente los indicadores que confirmarán nuestro nivel de autoestima". Es decir que, si uno mismo no cambia la perspectiva, nadie lo hará, ni podrá cambiar esa percepción. "Equivocadamente esperamos que los otros nos ayuden y nos estimulen, que nos reconozcan, nos aprueben y nos hagan sentir bien".
¿Por qué es importante? Mejorar y aumentar la autoestima es un requisito imprescindible para tomar el control de la vida de cada uno y "si no nos sentimos capaces y preparados para generar los cambios que necesitamos para sentirnos bien, quedaremos condenados a padecer el resultado de nuestra propia y deficiente evaluación".
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