Indignada por la transfobia imperante, hace algunos años, empezó a escribir. De su vida, de su historia, de su transición. En ese momento, se dio cuenta de que tenía una voz, la posibilidad de transmitir su experiencia, de salir al escenario con los labios pintados y una blusa rosa ante un teatro colmado. "Esperá, tengo mucha suerte", pensó.
Kate O'Donnell nació como un varón en Coventry, la ciudad inglesa más lejana al mar. Transitó su infancia, su adolescencia e incluso parte de su adultez como hombre más allá de que no se sentía tal. Algo andaba mal, sabía, pero no se animaba a dar el siguiente paso.
Los tiempos cambiaron. La aceptación de la diversidad dejó de ser una excepción puntual. Catorce años atrás, O'Donnell, hoy 52 años, cambió su nombre, su vestimenta, su género. En un contexto de apertura, con series, películas y obras destinada a la transexualidad pudo encontrar su lugar en el mundo artístico.
"Sólo sé escribir sobre mí", dijo. "Cuando escribís sobre vos mismo, hay una vulnerabilidad adicional como intérprete. Yo estaba un poco ansiosa al principio porque cuando hice la transición había una verdadera falta de trabajo para nosotras", agregó.
Sus miedos iniciales quedaron atrás. De vivir enfrascada entre cuatro paredes, siempre pendiente ante una oportunidad artística que no podía dejar pasar, a lograr contar su historia. Revelar su pasado en "You've Changed", un show autobiográfico ambientado en los años 30, que se remonta a su niñez y narra los vaivenes emocionales desde su transición hace catorce años hasta hoy.
O'Donell, hace catorce años Kate, ya se aburrió de la compasión. Se cansó de que la observen con tristeza por la discriminación que sufrió. Así lo explica: "Aunque por momentos fue difícil, muchas veces cuando se cuenta la historia de mi transición, la respuesta es: 'oh, pasaste por tantos malos ratos'. Y sí, fue difícil, pero hay tanto que celebrar de la comunidad trans, tanto para ser positivo".
Su camino fue largo y sinuoso hasta que se topó con Playback Theatre en Manchester. La idea era que gente común contara sus historias para que ellos se encargaran de encarnarlas. Descubrió que todo el mundo tenía una historia, una experiencia que transmitir. En ese momento, sintió que era momento de librarse de los miedos y decir lo suyo.
"Antes éramos solo un titular sensacionalista", opina O'Donnell. Sin embargo, también dice que Internet ayudó mucho en la visibilización. Aceleró el proceso de llegada a un público ávido de nuevos relatos. "De repente, hay mucho interés en los intérpretes trans".
Abrumada por las mismas conversaciones desde hace catorce años, busca dar vuelta la página, que la gente la vea tal cual es, como una artista que incluso se ríe de sí misma. "Quiero preguntarle al público si ellos también cambiaron".
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