Los desafíos virales impulsados en internet son una constante de esta era. Funcionan igual que otros fenómenos registrados. Alguien comparte un video 'invitando' a otra persona hacer algo extremo y doloroso, en la mayoría de las veces sin sentido. Y la generación millennial y centennial se suben a esta moda sin pensar en las consecuencias.
Así como en el 2016 Ice Bucket Challenge -que consistía en verterse agua con hielo para concientizar sobre el ELA – hoy surge una peligrosa variante: Hot Water Challenge.
Los famosos disparadores que se propogan en las redes parecen no conocer los límites. Entre las propuestas más siniestras que surgieron fue el de la ballena azul, que le debe su nombre a una característica muy particular de la especie marina, que por voluntad propia se acerca a las costas para morir.
Los administradores de los grupos proponen distintas pruebas ingenuas como ver sin interrupciones más de 24 horas de películas de terror, pero que suben de tono hasta volverse tétricas y preocupantes, como los juegos de autolesión: el "dibujo" de una ballena con un cuchillo y distintas pruebas que llevan al colapso psicológico. La prueba final, después de 50 días, es suicidarse. Esto provocó una ola de más de 130 suicidios adolescentes.
Los adolescentes son el principal blanco de estas ideas donde flagelarse parece ser el impulsor. Tal como ocurre con el extremo juego de 'sal y hielo' que surgió en 2013 y aún sigue provocando heridos.
Para superarlo con éxito hay que poner estos dos elementos sobre la piel, lo que provoca una reacción química que reduce la temperatura del hielo hasta alcanzar los -17°C.
Otra moda extrema es el reto del fuego, consistía en grabarse mientras se rocía alcohol en el cuerpo y se enciende y luego se corre en busca de agua para apagarlo.
Una especie de agresión espontánea, tomó las calles de los Estados Unidos. Con el simple propósito de lastimar a alguien de un sólo golpe: knock out. Cualquier personas sea hombre o mujer era el alvo perfecto para grabarlo y luego compartirlo en redes.
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