Destete respetuoso: cómo y cuándo terminar con la lactancia

Casi sobre el final de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, especialistas echaron por tierra la idea de que después del año la leche materna no aporta nutrientes y brindaron los beneficios de amamantar de manera extendida. El abc para que la transición sea natural y espontánea

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Una vez que el niño incorpora alimentos sólidos, la OMS recomienda extender la lactancia hasta los dos años, o más (iStock)
Una vez que el niño incorpora alimentos sólidos, la OMS recomienda extender la lactancia hasta los dos años, o más (iStock)

"Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres….Vamos a ver cómo es el Reino del Revés".

¿Quién no recuerda la famosa canción de María Elena Walsh? Pues por momentos el mundo parece haberse convertido en aquel reino en el que todo ocurría en el sentido opuesto del que indica la lógica.

"Me dijeron que en el Reino del Revés un día empezó a cuestionarse que un bebé tome teta y que lo haga hasta que él y su mamá así lo crean conveniente". Algo así diría una estrofa agregada a la mítica canción infantil.

A poco de que una nueva Semana Mundial de la Lactancia Materna llegue a su fin, siempre viene bien recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la lactancia materna debe comenzar dentro de la primera hora de vida del niño y tiene que realizarse en forma exclusiva hasta los seis meses (esto significa que el niño recibirá solamente leche materna, incluyendo la que pudiera extraerse su madre y le den en mamadera, durante los primeros seis meses de vida, y ningún otro alimento o bebida). A partir de ese momento, a fin de satisfacer sus requisitos nutricionales en evolución, los lactantes deberían comenzar a recibir alimentos complementarios adecuados e inocuos desde el punto de vista nutricional, sin abandonar la lactancia natural hasta los dos años de edad, o más tarde.

Sólo el 40% de los niños menores de seis meses de todo el mundo reciben lactancia materna exclusiva

La mala noticia es que, en este mundo del revés, ningún país en el mundo cumple plenamente con esas normas recomendadas, según indica un nuevo informe de Unicef y la OMS, en colaboración con el Colectivo Mundial para la Lactancia Materna, una nueva iniciativa para aumentar las tasas mundiales de amamantamiento.

En este sentido, el último informe emitido por el organismo que protege y defiende los derechos de todos los niños arrojó que la tasa de lactancia materna está en descendencia de un 74% a un 46% entre los 12 y 23 meses de edad de niño. Y es por eso que desde Unicef afirmaron que "a partir de la primera hora de vida, si el mundo fuera calificado por la forma en que se alimenta a los lactantes y niños pequeños, recibiría una mala nota".

La lactancia es un período clave en la salud presente y futura del bebé y de la mamá (Shutterstock)
La lactancia es un período clave en la salud presente y futura del bebé y de la mamá (Shutterstock)

La Tarjeta de Puntuación Mundial para la Lactancia Materna, que evaluó las prácticas de lactancia materna en 194 naciones, encontró que sólo el 40% de los niños menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva y sólo 23 países registran índices exclusivos de lactancia materna por encima del 60%.

Está demostrado que la lactancia materna tiene beneficios cognitivos y de salud tanto para los bebés como para sus madres. Es especialmente importante durante los primeros seis meses de vida, ya que contribuye a evitar la diarrea y la neumonía, dos de las principales causas de muerte en los lactantes. Las madres que amamantan presentan un riesgo menor de padecer cáncer de ovario y de mama, dos de las principales causas de muerte entre las mujeres.

"La lactancia materna ofrece a los bebés el mejor comienzo posible en la vida -aseguró el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS-. La leche materna actúa como la primera vacuna del bebé, ya que les protege contra enfermedades potencialmente mortales y les ofrece todo el alimento que necesitan para sobrevivir y prosperar".

La leche materna actúa como la primera vacuna del bebé, ya que les protege contra enfermedades potencialmente mortales

Uno de los mitos que circulan en torno a extender la lactancia es que, después del año, la leche materna no aporta nutrientes al niño y se trata sólo (¡como si fuera poco!) de un vínculo con la mamá.

Para desterrarlo, la doctora Paola Harwicz (MN 84.182), médica especialista en cardiología y nutrición, aseguró que "tal como indica la Asociación Española de Pediatría, la leche materna mantiene sus propiedades nutritivas con el paso del tiempo y el niño recibe los beneficios inmunológicos de la leche materna por más tiempo, con una menor frecuencia de infecciones".

La leche materna mantiene sus propiedades nutritivas con el paso del tiempo y el niño recibe los beneficios inmunológicos por más tiempo

"Asimismo -insistió- se observan beneficios para el niño a largo plazo con menor riesgo de enfermedades autoinmunes, metabólicas, leucemia y linfoma. El hecho de amamantar de manera extendida, fomenta el desarrollo sensorial y cognitivo, protege al niño de las enfermedades infecciosas y crónicas. A su vez, ayuda a una recuperación más rápida de las enfermedades. Por estas razones, al contrario de lo que muchas veces se comenta, seguir amamantando después del año de edad sigue aportándole múltiples beneficios al niño".

Por su parte, la puericultora Paola de los Santos dijo a Infobae que "la lactancia materna prolongada tiene claros efectos nutritivos al contrario de lo que se piensa, porque al reducirse la cantidad en frecuencia y cantidad de tomas a medida que el niño crece, el organismo de la mujer compensa aumentando la concentración de grasas convirtiéndola en un alimento aún más calórico y energético". Y destacó: "Respecto de los otros beneficios, le aporta seguridad y consuelo y se demostró que su desarrollo cognitivo, visual y psicomotor es más favorable. Hasta hoy no se demostraron contraindicaciones ni riesgos por amamantar de manera prolongada a niños y niñas pequeños".

¿Y el destete?

El tiempo de la lactancia es particular en cada pareja lactante, no hay un tiempo preestablecido (iStock)
El tiempo de la lactancia es particular en cada pareja lactante, no hay un tiempo preestablecido (iStock)

Con la teoría y las recomendaciones médicas internacionales bien claras, no está de más conocer cuáles son las indicaciones para poner fin a la lactancia, si es que no se da de manera natural, esto es, que el niño un día comience a rechazar el pecho o bien a solicitarlo cada vez con menos frecuencia -ambas actitudes que deben respetarse y nunca intentar modificar-.

"En una lactancia están implicadas dos personas, por eso el destete es respetuoso cuando las dos están implicadas en el fin de la misma. Si la toma de la decisión es unilateral, alguien le está faltando el respeto al otro". Así dio su parecer de lo que sería terminar con la lactancia de la manera más "justa" posible la presidente de la Asociación Civil Argentina de Puericultura Laura Krochik.

Para ella, "de alguna manera el fin del amamantamiento debe ser conversado, hablado y asumido". Y tras asegurar que "a los bebés hay que hablarles desde la panza", remarcó que "siempre se les debe explicar, poner las emociones, sentimientos y decisiones en palabras".

Hay algo que debería ir sucediendo naturalmente, que es que a medida que se incorporan los alimentos sólidos se da cierto destete

"Si el bebé no puede mantener una conversación eso no significa que la madre no deba explicarle las causas del destete", destacó a Infobae la especialista en lactancia y crianza, quien recomendó aplicar esta idea también en situaciones en las que no se puede elegir y por cuestiones de salud la mamá no puede seguir amamantando, por más chiquito que sea el niño".

"Ante una situación así, lo que media también es la palabra, ese bebé tiene el derecho de saber. En un destete abrupto hay que mirarlo a los ojos y explicarle la situación y que hay que explicarle que existen ocasiones en la vida en las que uno no elige -apuntó-. La certeza es de la madre, cuando ella transmite algo con seguridad, los niños lo toman así".

La licenciada en psicología Lorena Ruda (MN 44247) aseguró a este medio que "el tiempo de la lactancia es particular en cada pareja lactante, no hay un tiempo preestablecido más que por los mandatos culturales".

La leche materna mantiene sus propiedades nutritivas con el paso del tiempo (iStock)
La leche materna mantiene sus propiedades nutritivas con el paso del tiempo (iStock)

Cuando la madre esté segura de querer emprender el destete, bajo la lógica "no ofrezco, no niego", que sería ni más ni menos que no darle teta si el niño no pide, pero tampoco negarle si así lo solicita, la especialista explicó que lo que se busca es "evitar al niño la frustración de no darle eso tan preciado para él para que el proceso no sea abrupto". "Cuando se quiere iniciar el destete, lo ideal es entender que si el niño no pide es porque no necesita, entonces la teta no debería ser la primera opción ante un golpe o un berrinche, porque claramente ante el ofrecimiento va a decir que sí, porque es su manera conocida de calmarse", aconsejó Ruda, para quien este método "ayuda a que el proceso se dé de manera natural".

Cuando se llega a una lactancia prolongada que el niño se resiste a dejar, algo hizo ese adulto que le hizo entender que la teta era imprescindible en su vida

En esa línea, De los Santos consideró que "no se trata de que haya un momento correcto para destetar en cada equipo de mamá y bebé por igual. Se trata de acompañar y respetar la singularidad de cada familia y de ayudarlos a transitar por este momento de separación, si es que lo necesitan, de la manera más amorosa y menos traumática posible".

"Hay algo que debería ir sucediendo naturalmente, que es que a medida que se incorporan los alimentos sólidos se da cierto destete; lo ideal es llegar a una lactancia prolongada no con la misma cantidad de tomas como si el bebé tuviera dos días de vida", aconsejó Krochik. Y finalizó: "A veces las mujeres siguen ofreciendo el pecho ante todo lo que le pasa al bebé y lo que se genera es que el niño decodifique que lo único que lo calma es la teta, y esos son los casos en los que puede resultar difícil de sacar. Cuando se llega a una lactancia prolongada que el niño se resiste a dejar, algo hizo ese adulto que le hizo entender que la teta era imprescindible en su vida".

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