"Tengo el oído de los diez años, la cabeza de los veinte, la energía de los treinta, los problemas de los cuarenta y los achaques de los cincuenta", dice el mítico conductor radial Bobby Flores, que tiene 57 años y sigue siendo un rocker.
En este 2017 festeja 40 años con la radio y con la música en el mismo edificio en el que inició su carrera: "Es muy significativo para mí. A los 17 llegué a Maipú 555 a trabajar por primera vez y 40 años después vuelvo dirigiendo Nacional Rock. Si esto fuese Hollywood, acá termina la película y me muero, pero estoy analizando hacer la secuela", cuenta quien desde la Rock & Pop revolucionó la forma de hacer radio, comunicarse con los oyentes y difundir el rock.
El conductor de Flores Power en Bit Box y Mirá lo que te traje junto a Héctor Larrea en Radio Nacional está también al frente de Ojos de video tape en la TV pública y dirige la FM Nacional Rock, donde instaló una programación con fuerte impronta musical.
-Cuando empezaste en el 77, ¿qué hacías?
-Llego a la radio como cadete porque tenía un tío bastante famoso. La radio siempre fue en mi familia un sitio medio sagrado. Mi tío tenía una compañía de radioteatro con Miguel Bebán, el padre de Rodolfo, he pasado navidades con ellos. Cuando llegué, me preguntaron qué sabía hacer, les dije que era disc jockey, había empezado hacía unos meses, y me mandaron a la discoteca de vinilos a ordenarla, a limpiar discos, arreglarlos, pegarles las tapas, ordenarlos, numerarlos.
-Claro, vos habías comenzado previamente la carrera de disc jockey en los carnavales.
-Sí, era disc jockey en el club de mi barrio. Había debutado en los carnavales pasando música a las 5 de la tarde, ni bien abrían las puertas. Ya me había vinculado bastante a los discos y todo eso.
-¿Cuándo arranca ese amor por los discos?
-Mi padre era de escuchar todo el tiempo música, jazz, tango, Troilo, Pugliese, lo básico. Después me regalan el tocadiscos y tenía 13 años, estaba en primer año. Tenía un primo que estaba en quinto año y andaba mucho con discos en los recreos. Cuando se fue a estudiar a Estados Unidos, me mandaba los discos a mí para que se los guarde, acá no salían.
-Estabas en la gloria.
-Sí, yo los abría, me mandaba a los Doors, Hendrix, y todo lo que salía allá y acá no. Esos discos obviamente son los que llevo al club. En esa época nadie los tenía.
-No era como ahora que conectás el celular y tenés lo que quieras.
-No, si no lo habías comprado cuando salió, no lo tenías. Yo tenía los de los Doors nuevos que no los tenía nadie.
-¿Hubo una decisión consciente de esa pasión convertirla en una carrera o se fue dando?
-De lo que me di cuenta enseguida es que yo no quería tocar como Jimi Hendrix, yo quería tener todos los discos de Jimi Hendrix. Tenía un enfoque diferente del asunto. No quería hacer el solo de Santana, quería tener todos los discos de Santana. Eso me llevó a vincularme enseguida en la discoteca de la radio con muchos melómanos que había en la época que sabían mucho y me formé así. Me pude desarrollar en algo que no existía en ese tiempo. Que yo le dijera a mi viejo que iba a ser disc jockey era como que hoy venga mi hijo y me diga: "Me voy a dedicar a hacer burbujas de detergente".
-¿Cómo les explicamos hoy a nuestros hijos el rock nacional?
-El rock nacional tiene una historia a esta altura bastante respetable. En un país que tiene 200 años de historia, ya llevamos 50 con el rock, así que ha calado hondo. No sé si estaban muy al tanto Spinetta y Pappo de lo que iba pasando en otros lados. Spinetta tenía 21 años, y ya había grabado dos discos y había desarmado Almendra y Bowie recién grababa el primer disco. Acá a Spinetta lo metían en cana cada vez que lo veían y a Bowie la Corona le dio un crédito para que grabe su disco en long play.
-Acá todo costó más.
-Todo.
-Pienso en Spinetta, en Pappo, en Soda Stereo y en Charly. ¿Vamos a estar dentro de veinte años hablando de artistas de ahora como hablamos de ellos?
-Seguro. No sé quiénes son, pero sí. Estás hablando de gente que no era muy representativa de nada cuando empezó, tenían chicos que los seguían y nada más. Me acuerdo de ver a Sui Generis en el patio del colegio en Villa Devoto. Nuestras estrellas de rock nos recibían en su casa sin conocernos. Andrés Calamaro un día me contó que había descubierto dónde vivía David Lebón y fue, compró una docena de facturas y le tocó el timbre, y David le abrió y se quedaron toda la tarde hablando. A mí eso me pasó con Nito Mestre, un día voy con una botella de coñac y le toco el timbre. Nito me abrió y nos quedamos hablando hasta las cinco de la mañana.
-¿Cuántos discos llegaste a tener?
-Llegue a tener 10 mil.
-¿No te echaron de tu casa?
-No los tenía todos en casa. En la radio tenía tres mil y otros miles habían quedado en la casa de mi viejo. En aquella época el vinilo juntaba pulgas y ocupaban mucho espacio. Me han echado de casa y han sacado los vinilos primero.
“A mí me gusta hacer mi programa. A veces me jode, pero me gusta acostarme pensando en el programa de mañana”
-¿Te gusta esta vuelta que hay al vinilo?
-Ahora sí, estuve negado muchos años. La última vez que trabajé con vinilos fue en una Creamfields que se hizo con una tormenta feroz. No los podías poner en punta porque el viento te llevaba la púa, llegó un momento que lo odiabas al vinilo. Ahora sí lo empiezo a querer. Ahora lo compro como un cuadro.
-Hoy hay chicos de 12 o 15 años que piensan que "Persiana americana" es un tema de Agapornis.
-Sí, boludos hubo siempre, es inherente al ser humano. Hay gente que va a estar mirando la película y hay gente que va a estar mirando la nuca del que está adelante.
-¿Qué pasa si tus hijos ponen Rombai en el auto?
-No, nadie pone Rombai en mi auto. Antes me violan. No les gusta. Pero no es porque yo se los inculqué así, es porque se les afinó el oído. La madre es curadora de arte. Hay un estándar alto en ese punto en casa. Una vez, cuando Ástor tenía 3 años, iba en el auto y yo iba escuchando Barry White. Él estaba aburrido, le digo: "¿No te gusta esto?", "No, no". Entonces empecé a probar con discos que tenía en el auto. Pongo Ramones y le encantó. Pongo The Clash y le encantó. Fui emocionado y le dije a la madre: "Mirá, escucha punk". Y me dijo: "Sí, es por la novela de Disney". Por Peter Punk, que los pibes tenían una banda punk.
-¿Te llevás mejor con el conductor o con el director de radio?
-A mí me gusta hacer mi programa. A veces me jode, pero me gusta acostarme pensando en el programa de mañana. También se ha gestado un modelo de empresario miserable que mucho no te favorece para hacer programas muy exóticos, tenés que ir al estándar.
-¿Quedan cosas por inventar y el problema es empresarios que no se arriesgan o ya se inventó todo lo que se podía en cuanto a la radio?
-No, acá no se arriesga, acá tienen terror. Están manejadas muchas radios por gente que no sabe una mierda. Hay muchas cosas por hacer. Yo tengo muchas cosas que nunca pude hacer y que las tengo en la cabeza hace mil. Me encantaría poner un conductor ciego, a todos les encanta pero nadie lo hace. No, ahora hay que hacer panel, hay que hacer mesa, mucha gente.
-¿Y los rankings?
-Los rankings fueron como el paddle, como el parripollo, un momento en la vida todos lo usaban. Cuando salió el parripollo, todos íbamos a comer al parripollo, hoy te llevan a un parripollo y lo mandas a… ¿Entendés?
-Cuando pienso en tus orígenes, pienso también en Larrea, que fue uno de los que bancó al principio y con quien compartís hoy un programa.
-Fue el primero que nos apoyó. Cuando aparecimos en la radio en la Rock & Pop, éramos el Anticristo, no usábamos locutores, o los teníamos grabados. Fuimos los primeros que grabamos la tanda. Inventábamos todo eso no porque fuéramos seres iluminados o semi geniales, inventábamos cosas para bajar costos. Era más fácil tener la tanda grabada en vez de tener un tipo todos los días.
“Nunca me importó gustar en general, no soy el simpático”
-¿Hoy qué se puede hacer para llevar a la gente más joven a la radio?
-Ante todo olvidarse del aparato, los chicos no escuchan más radio por la radio. No existe más eso. La radio sigue siendo el vehículo más agresivo, rápido y eficaz para difundir música, por ejemplo. Ni hablar de las noticias.
-Pero al sub 25 cuesta llevarlo inclusive a las FM, y ni te hablo de la AM.
-Porque es diferente. Cuando vos hablás de Rock & Pop y de lo que hicimos nosotros, lo básico era que nosotros teníamos 22 años, 23 años. [Daniel] Grinbank era dueño de Rock & Pop con 29 años. Al pibe de 20 no hacíamos un esfuerzo para que nos entendiera, era línea directa.
-¿El vínculo con el oyente qué te dejó en estas cuatro décadas?
–Nunca trabajé para el oyente, siempre trabajé para la radio. No hacía cosas pensando que le iba a gustar a un tipo que no sé quién es y no sé dónde vive.
-¿Nunca te importó gustar?
–Nunca me importó gustar en general, no soy el simpático. Uno de mis grandes defectos, aparte de la sinceridad, es la carencia de empatía, no empatizo con la gente. No me puedo poner en el lugar de otro. A vos te pasa algo, te inundaste, te re ayudo. "Vení a mi casa, instalate, lo que necesites". "¿Querés el auto? Tomá". No sé qué te pasa. No siento vergüenza ajena. A mí me dicen: "¿No te da vergüenza ajena?". "No, es un boludo que está haciendo el ridículo". "Pero es tu primo". Y sí. Eso me ha llevado a no ser muy amigable naturalmente. Nunca me esforcé para ser simpático.
-¿Podrías estar fuera del circuito de la radio?
-Sí. Siendo millonario, por ejemplo, más vale. Prefiero no trabajar más, pero vivo al día. Nunca tuve cuenta bancaria.
-¿No ahorraste?
-Nunca ahorré. El ahorro es la falta de fe en la providencia dijo Confucio. Yo sigo a Confucio como a Dios. Otros lo siguen a Dios, yo lo sigo a Confucio.
-Por otro lado, está el que dice que el ahorro es la base de la fortuna.
-Yo creo que la base de la fortuna es la providencia, no el ahorro. En el 2001 fue la única vez que tenía algo ahorrado, así que no fue muy feliz mi experiencia de ahorrar.
“Yo creo que la base de la fortuna es la providencia, no el ahorro”
-¿Podría volver a pasar Cromañón o lo que pasó con el Indio en Olavarría, te parece?
-Lamentablemente, sí. No por las mismas razones quizás, pero sí por los mismos motivos, por la codicia, por la ambición desmesurada, por el desprecio al otro. Tiene que ver con la desidia y con la ambición desmesurada que se ve desde arriba. Cuando arriba tenés ejemplos deplorables, no esperes abajo tener archiduques.
-Es un gran momento. Son tus 40 años como disc jockey y 40 años con la radio. Si tenés que musicalizar este presente, ¿con qué sería?
-Barry White, Beatles, Stones. Ahora me gusta mucho Mayer Hawthorne, hay algunas bandas muy interesantes, pero lo básico no cambia.
LA ENTREVISTA COMPLETA:
LEA MÁS:
Renata Schussheim: "En Argentina no se valora a los artistas"
Araceli González: "Aprendí a ser amada y me gustaría dedicarme a la espiritualidad"
Militta Bora: "Soy re 'Susanita': mi perfil rocker es un mito"