Detrás de cada revolución -ya sea social, cultural o tecnológica- hay un equipo. Un equipo de personas que lucha por una idea, por un estilo de vida. En la ya declarada Era Dorada de la televisión, el contenido audiovisual que triunfa es aquel que sabe interpretar la sociedad de una manera que crea un producto que apele a las masas de una manera única. Hoy, la audiencia es cada vez más exigente. Ya no basta con crear series técnicamente correctas y que sólo entretengan. Se le pone más fuerza a la profundidad del personaje, sus motivaciones e ideas. El desarrollo de un protagonista va de la mano del desarrollo narrativo.
Y las mujeres son protagonistas indiscutidas de la pantalla chica hace ya un tiempo. Los estudios y productoras al fin parecen haberse convencido de que una producción no es menos rentable por tener a la cabeza a un personaje femenino. Un buen ejemplo de este fenómeno en el cine es Wonder Woman, que generó más de 620 millones de dólares a nivel mundial a 20 días de su estreno con Patty Jenkins como directora y Gal Gadot como figura estelar. En la TV, Orange is the New Black se convirtió en un éxito de audiencia y de crítica.
En junio llegó a Netflix GLOW, una serie creada por Liz Flahive (Homeland, Nurse Jackie) y Carly Mensch (Nurse Jackie, Orange Is The New Black, Weeds). Jenji Kohan, creadora de Orange Is the New Black, y Tara Herrmann son productoras ejecutivas junto a Flahive y Mensch. Con mujeres detrás y frente de la cámara, ya amasó muy buenas críticas y despertó en su audiencia una sed de un contenido entretenido y de calidad.
GLOW sigue a Ruth Wilder (Alison Brie), una actriz desempleada en Los Ángeles durante la década del 80, quien encuentra una última oportunidad cuando se introduce en el extraño mundo de la lucha libre femenina. Junto con otras "inadaptadas" de Hollywood, Ruth deberá enfrentarse a los típicos estereotipos con los que se cataloga a las mujeres en la industria, y encontrará su empoderamiento de la mano de otras mujeres, tan diversas y únicas como ella.
"Estamos adentrándonos en una época más fácil para hacer televisión", aseguró en diálogo con Infobae Cindy Holland, líder de Contenidos Originales de Netflix. "Hay un interés genuino de consumir entretenimiento de calidad con mujeres a la cabeza, y eso ya fue probado con cinco temporadas exitosas de Orange is the New Black. GLOW muestra un mundo de mujeres totalmente diferente. Son personajes que producen cercanía y empatía y las mujeres de nuestra audiencia pueden identificarse con ellas".
Cuando se estrenó Orange Is the New Black en el 2013, introdujo a la audiencia a un universo de personajes femeninos sin miedo, complicados y defectuosos. Mujeres apoyándose mutuamente en la pantalla. Grupos de "chicas" que dejan a un lado sus diferencias y muestran que juntas llegan más lejos. Mujeres reales, con cuerpos reales y problemas reales, en un contexto a veces inverosímil pero con el que uno de alguna manera logra identificarse. Y esto es lo que trae de vuelta GLOW.
Hulu logró este año un éxito inusitado con The Handmaid's Tale, una adaptación del gran libro de Margaret Atwood, que relata la historia de una mujer (Elisabeth Moss, de Mad Men y Top of the Lake) en un futuro cercano distópico en el que el sexo femenino vuelve a perder todos los derechos y libertades que se había ganado a través de los años. Con la ayuda de otras mujeres rebeldes, buscará reencontrarse con su marido y con su hija y poner de cabeza a una sociedad retrógrada y patriarcal en extremo.
"La gente quiere ser parte de una comunidad, y los actores y actrices quieren formar parte de estos proyectos, quieren apoyarlos", agregó Holland. Éste es el caso también de Big Little Lies, show de HBO que nació luego de que Reese Witherspoon y Nicole Kidman (quienes la protagonizan) convocaron a otras actrices y amigas para que participen. Así, Shailene Woodley, Zoë Kravitz y Laura Dern se sumaron al elenco de una de las mejores series del año.
En 2017, el poder del colectivo de mujeres no podría ser más relevante. Netflix también cree que se necesita un grupo femenino fuerte detrás de cámara. Estos equipos naturalmente gravitan hacia una narración más reflexiva y real de lo que son las relaciones femeninas complejas de hoy en día. Y Holland coincide. "Tenemos a muchas mujeres detrás de cámara. Es un grupo increíble. Creo que, especialmente en una época turbulenta a nivel político, tanto en Estados Unidos como en el mundo, ya era hora de que se muestre a las mujeres de una manera real: que se apoyan entre sí, que sienten empatía y se empoderan. Y también es una forma de escape. Las mujeres buscan entretenerse y también verse representadas en la pantalla".
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