Una oyente tomó la palabra y detalló su historia. Contó que estaba embarazada y que por ser su segundo embarazo -el primero lo había perdido- le recomendaron reposo total. Pese a la advertencia, salió de su casa y fue a una librería con una amiga. Mientras recorría los estantes, se detuvo en uno de los libros. "Empecé a transpirar y el corazón me palpitaba a mil", contó. El libro lo había elegido a ella, dijo.
El relato toma lugar en medio de la presentación en la Feria del Libro de "Kabbalah práctica", la publicación de Fabiana Kramarz, pensadora, especialista en Kabbalah y directora de Estudios Judaicos del Colegio Tarbut, que se propone trasladar el misticismo judaico al día a día. Brindar una mirada sencilla, clara y aplicable a la vida de cada lector.
En Babilonia, 500 años antes de Cristo, el profeta Ezequiel necesitaba encontrar respuestas. En solitario, se dirigió a un río y empezó a hablar. Le pidió el cielo que le enviara una señal. En su origen milenario radica hoy, tanto tiempo después, su razón de ser. "La Kabbalah es el arte de proveer herramientas para entender quién sos", explicó Kramarz.
En su libro, define con total claridad, sin necesidad de un conocimiento exhaustivo sobre la práctica, las premisas. Lo define como "el arte sublime, la música elevada". Kaballah significa recibir en hebreo. "No es un saber racional, es intuitivo. Nadie viene con un manual de usuario. Por eso, mucha gente pasa por la vida sin reconocer su verdadero talento ni comprender cuál es el sentido de su existencia", remarcó la especialista.
El libro se propone brindar herramientas para hacerle frente "a los tiempos que corren, en los que no hay nada sólido". Los cabalistas se acercan a un culto que no va a cambiar, se aferran a algo estable. Se recomienda que al menos una vez por semana, se tomen algunas horas para librarse del mundo de lo profano y acercarse a lo sagrado. La Kabbalah interpela al interesado. Le asegura que hay algo más que el cuerpo y la mente. Que hay un alma.
Pese a sus orígenes lejanos, la disciplina no pierde vigencia en la actualidad. Celebridades internacionales como Madonna o locales como Reina Reech practican diversas variantes de la Kabbalah que, si bien Kramarz no las comparte, las valida. En un intento denodado -y logrado- por llevar la sabiduría judaica a la cotidianeidad del día a día, al ser humano de hoy, la especialista recomienda seguir 5 acciones para lograr una vida plena de sentido:
Agradecer: "cada mañana, ni bien nos despertamos, lo mejor que podemos hacer es tomarnos uno o dos minutos para agradecer. Siempre hay un motivo por el que dar las gracias".
Meditar: "Una vez a la semana o por día, en completo estado de soledad, sentarse un rato a inhalar y exhalar, a poner la mente en blanco. El momento más interesante, al menos para mí, es a la mañana para arrancar el día de otra manera".
Prestar atención: "Estar atento a los detalles, esos que muchas veces pasan desapercibidos, pero que son los que de verdad importan, ayuda a encontrar el real sentido de las cosas".
Reunirse con gente heterogénea: "En general, nos juntamos con personas con las que compartimos gustos e intereses, pero recomiendo sentarse a leer un texto o charlar con aquellos que poco nos une".
Reparar: "Es la última acción e indispensable. En un momento de debilidad, hay que evaluar los pros y contras para empezar el proceso de re-parar. Para volvernos a parar".
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