Concientización o incitación, visibilización o apología. El debate está abierto. "13 reasons why" ("Por 13 razones") es la serie de Netflix que elevó la discusión al altar popular. Habla de bullying y suicidio adolescente. Es foco de críticas y fuente de éxito, en su misma proporción. Su misión es visibilizar un fenómeno sociocultural que obedece a la coyuntura actual, exponerlo, quebrar la barrera temática de matriz tabú. Lo hizo: desde su estreno el 30 de marzo es la ficción más tuiteada de 2017, con más de once millones de comentarios diarios. Su rebote -estridente- inspiró preocupación y cuestionamientos.
La confrontación hace al debate. Un sector asocia la adaptación audiovisual del best seller firmado por Jay Asher a "banalizar" lo importante, a proyectar un juego morboso más que una explicación genuina. Escuelas primarias de Canadá emitieron un comunicado enviado a los padres advirtiendo el contenido de la serie: acusa de hacer una "glamourización del comportamiento suicida". Headspace es una organización de salud mental australiana: denunció que la realización exhibe contenido "de riesgo" al abordar el suicidio de una adolescente. Influencers estadounidenses, como Paris Jackson -hija de Michael Jackson- o Shannon Purser -actriz de Stranger Things-, sugirieron a sus seguidores una serie de recaudos y recomendaciones antes de ver "13 reasons why".
La historia de Hannah Baker (Katherine Langford) relata el hostigamiento de sus compañeros: graba, enumera y justifica trece razones que la llevaron al suicidio (no es spoiler). Descubre un mundo natural -una investigación de la revista TIME informó que cerca de tres millones de adolescentes entre 12 y 17 años tuvieron en 2015 al menos un episodio depresivo grave en los Estados Unidos-, una atmósfera que revela la presión de las relaciones sociales, signadas por la violencia en todas sus formas, las exigencias académicas, la obsesión por la apariencia, las relaciones intrafamiliares conflictivas y los estímulos generadores de ansiedad o depresión.
Pedro Horvat es médico psiquiatra y psicoanalista. Su visión avala la puesta en escena de la serie. No duda que lo mejor es hablar, hacer visible la problemática mediante la ilustración de una ficción. "El suicidio no es algo que ocurre de golpe, salvo en particulares patologías psiquiátricas. Habitualmente la conducta suicida es el final de un largo proceso de malestar, de depresión, de severo déficit de la autoestima. De modo que no podemos temer que el suicidio sea una conducta imitativa porque se haya visto en la televisión. El suicidio es el final de un largo proceso que lleva tiempo y que entrega, a su paso, muchas señales", pronunció el profesional en diálogo con Infobae.
Santiago Gómez es psicólogo y director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva. Su perspectiva es benévola con los preceptos de la serie. "Pone de manifiesto las problemáticas que están sucediendo hoy en nuestra sociedad. Por lo tanto nos permite tomar conciencia para poder adoptar medidas resolutivas y saludables para ayudar a los adolescentes", expresó, alineado a la idea de que hablar de lo que no se habla es prioritario.
"El peligro de una serie que habla de suicidio es el menor de los peligros. La violencia, el alcohol, la droga, ciertos estímulos que se ofrecen de una forma más masiva que una serie son la verdadera amenaza", consignó el dr. Horvat. Entiende que la aparición de "13 reasons why" debe resultar provechosa: "Sería interesante utilizar la ficción como disparador, para que la serie la vean juntos padres e hijos, para que puedan discutirla en la escuela, para que ayude a los padres a comprender la frágil situación emocional de los adolescentes y para asistir también a ellos, a los jóvenes, a entender que en este tipo de situaciones necesitan pedir ayuda".
Provechosa en todos los ámbitos. El especialista invita a la sociedad a reflexionar sobre la fragilidad emocional propia de la adolescencia, cuando -dice Horvat- comienza a definirse la identidad sexual, a construirse el autoestima, cuando aparecen los primeros intentos de salida al mundo real. "La depresión adolescente, así como cuestiones relativas al aborto, el embarazo y el abuso sexual -una serie de problemáticas que giran alrededor de púberes y adolescentes-, es necesario traerla a la mesa: hablar en la familia, en la escuela, hacerlo con serenidad y madurez", razonó. Cree que ponderar el fenómeno del suicidio adolescente a la masificación, a la opinión pública, a la agenda social "siempre va a ser beneficioso, porque no es hablar o difundir lo que genera este tipo de conductas".
Sonia Almada es psicóloga, investigadora de temas de infancia y adolescencia, directora de Aralma -un centro de Investigación y Formación en Psicoanálisis-. Después de haber visto la serie de Netflix, reflexionó sobre sus efectos, su abordaje y su mensaje en diálogo con Infobae. "Creo que analiza de manera elocuente el acoso adolescente: el lugar que ocupa la amistad y la camaradería, la importancia de la mirada del otro en la construcción de la nueva identidad, la asunción de la nueva sexualidad a construir durante ese proceso, la discriminación, los estereotipos, el miedo a no ser aceptado y comprendido", consideró.
Instauró la teoría del "sálvese quien pueda", la miserabilidad de la naturaleza humana, según su criterio. "La serie nos muestra de frente -describió la licenciada- la brutal desmentida social e institucional sobre las crueldades hacia los jóvenes. Todos ven pero nadie mira. Todos oyen pero nadie escucha. Nadie se hace responsable. Muestra de manera contundente las mezquindades privadas, la búsqueda del beneficio personal a pesar del deterioro del semejante". Y expresó su preocupación con la disyuntiva, la doble moral que concibió en la sociedad "13 reasons why". "El tema debe ponerse en discusión seriamente, con las estadísticas reales acerca de este flagelo. Y escapándole al sensacionalismo. Cuando un niño, niña o adolescente muere es responsabilidad de todos. Cuando se habla seriamente no incentiva, conmueve y promueve la búsqueda de ayuda".
Los profesionales hablan de saber distinguir las señales. Almada, quien subraya la urgencia de la participación activa y el involucramiento de los adultos, enumeró algunos de los síntomas: abatimiento, apatía, bajo rendimiento académico, tristeza, desgano, corte en las relaciones interpersonales (falta de amigos, salidas, compañeros) autoencierro, falta de proyecto. Y resaltó que los jóvenes que encuentran apoyo y contención familiar siempre puede recuperarse de su dolor y tristeza.
Una pregunta que deriva del concepto madre de concientización o incitación aborda la dicotomía de hablar de un tema tabú. ¿Cuál es su efecto? La consulta es pragmática: ¿hace bien o hace mal hablar de cosas malas? Los especialistas confrontaron. "Hace mal -dijo Santiago Gómez-, porque se activan emociones negativas, capaces de generar problemáticas como angustia y ansiedad. Pero también es una realidad que muchas veces es necesario visibilizar, para poder tomar conductas resolutivas". "Hablar de lo que nos pasa hace bien, aunque duela -apuntó Sonia Almada-. Con lo cuidadoso que se debe ser ante cada tema".
Bien o mal, Netflix interpretó que la polémica suscitada por la naturaleza escrupulosa de su producción debía contribuir al beneficio público. El relato tenía que adoptar un espíritu contemplativo, resolutivo. Las presiones para que añadiera más avisos de contenido explícito fueron contestadas: "Hemos escuchado la preocupación de algunos usuarios que creen que se deberíamos incluir más avisos en la serie -planteó el comunicado-. Por eso vamos a añadir un aviso antes del primer episodio y hemos hecho hincapié en los avisos de los capítulos más explícitos". El link de la serie también revistió cambios. Ahora presenta primero una plataforma para solicitar ayuda en caso de estar experimentando situaciones similares a las de la serie: una especie de servicio de asistencia. La herramienta pregunta el país del usuario y ofrece inmediatamente teléfono y sitio web de entidades o asociaciones para la salud. En Argentina remite al Centro de Atención al Suicida (CAS).
El suicidio adolescente es un tema que preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS): lo considera un problema de salud pública grave y en tendencia creciente a nivel global. Algunas organizaciones internacionales radicalizan el fenómeno hasta calificarlo "epidemia". Las tasas de suicidio se dispararon en las últimas décadas. El principal grupo de riesgo son los adolescentes, con un aumento cercano al 60 por ciento: en Argentina y en el mundo el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 y 29 años. "13 reasons why" habla de ésto, de lo que no se habla, sin deseo de estimulación, de incentivación, sin la búsqueda de reacciones imitativas. Ante este escenario se enfrenta la serie. ¿Concientización o incitación, visibilización o apología? La respuesta está en debate.
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