Con la imagen mostrando la prominente panza, la tenista Serena Williams anunció al mundo que junto a su pareja Alexis Ohanian (co-fundador de la plataforma Reddit) están esperando su primer hijo. Acompañada de un escueto mensaje, en el que solo escribió "20 semanas", dio la alegre e inesperada noticia. Pero la sorpresa se magnificó al tomar en consideración el tiempo. La estadounidense confirmó su gestación de cinco meses, lo que indica que en enero pasado, cuando se coronó en el Abierto de Australia, ya sabía de su estado.
Serena compitió estando embazada. A lo largo de la historia son excepcionales los casos en los que atletas de élite desarrollaron la actividad con la condición. Sin embargo, aunque parezca un hecho poco frecuente, se cuentan de a decenas los casos de atletas que participaron en el más alto nivel pese a atravesar un embarazo.
Algunos ejemplos son la palista francesa Marie Delattre-Demory lo hizo en Londres 2012 y la fondista Alysia Montano corrió hace tres años con 34 semanas de embarazo. El caso más emblemático, tal vez, fue el de la estadounidense Lea-Ann Ellison (37 años), campeona de fisicoculturismo, que jamás interrumpió su entrenamiento, incluso hasta el noveno mes. A colación de la experiencia de cada una, la incertidumbre invade: ¿Puede causar riesgos?
"Las que no hicieron tienen que empezar con una rutina liviana, dado que el embarazo ya le impone un esfuerzo metabólico importante. En cambio, las que están acostumbradas a tener rutinas lúdicas o competitivas pueden seguir haciéndolo y son ellas las que deben buscar sus limites. En términos generales, no hay problemas y son mujeres que saben escuchar a su cuerpo. Pueden seguir en competencia", señaló a Infobae el médico obstetra Mario Sebastiani.
Como parte de su compromiso con el deporte femenino, el Comité Olímpico Internacional (COI) convocó a un grupo de expertos para que elaboraran un informe acerca del tema. La conclusión de los 16 especialistas es idéntica. Publicado en el British Journal of Sports Medicine, el estudio evidenció que el ejercicio intenso durante el embarazo no aumenta el riesgo de complicaciones para la madre o el bebé. Incluso, hasta puede resultar benéfico.
De acuerdo al trabajo del organismo olímpico, las mujeres embarazadas tienen mejor regulación de la temperatura, por lo que sudan más y tienen una mayor capacidad cardiovascular. Los cambios hormonales podrían significar que tienen más flexibilidad en las articulaciones y el aumento en la concentración de glóbulos rojos podría implicar más oxígeno en sus cuerpos. "Hay beneficios, puesto que el deporte o la actividad física mejoran distintos parámetros metabólicos, respiratorios y de circulación. Se estima que las placentas son mas grandes y podría ser beneficioso para el feto", agregó Sebastiani.
Kari Bo, de la Escuela Noruega para las Ciencias del Deporte y una de las autoras del análisis, comentó que cuando ocurren casos de hijos con problemas, la gente suele asociarlos a la continuidad de la actividad física. La investigadora recomendó a la BBC una serie consejos útiles para las mujeres con estado de gravidez.
– En el primer trimestre es conveniente evitar el sobrecalentamiento, por lo que hay que usar ropa ligera y ejercitarse en ambientes ventilados, así como evitar ejercitarse en los días de mucho calor.
– Las atletas embarazadas que levantan peso, deben reducir la carga con la que entrenan, de lo contrario, esto puede incrementar la presión sanguínea y obstruir el flujo de sangre hacia el feto. Deben abstenerse de realizar mayores esfuerzos durante sus entrenamientos de resistencia.
– El buceo no es recomendable, y las mujeres en el trimestre final deben evitar participar en deportes como fútbol o hockey, y aquellos en los que haya riesgo de choque o caída. "Sugeriría evitar los deportes de contacto como fútbol, hockey o básquet. He atendido a maratonistas que corrieron hasta el final y todo anduvo bien, mientras que otras tuvieron que suspender por aumento de la contractilidad", especificó Sebastiani.
Algunas deportistas que compitieron embarazadas
Evonne Goolagong (tenis)
La australiana fue parte de la generación dorada de las tenistas de las década del '70 y principios de los '80. Ganó 14 títulos de Grand Slam entre individuales y dobles femenino y mixto. Durante la final del US Open 1976 que perdió 6-3 y 6-0 ante Chris Evert supo que estaba embarazada. Cuatro años más tarde se retiró del US Open 1980 porque se encontraba en las primeras etapas de su segundo embarazo.
Diana Reyes (vóley)
El caso de la atleta puertorriqueña generó un intenso debate, ya que ella supo que esperaba un hijo de manera fortuita luego de los estudios que le hicieron tras sufrir un accidente de tránsito en días previos al inicio de los Juegos Olímpicos de Río 2016 y decidió ocultarlo. Recién dio a conocer la noticia cuando estaba en Brasil y allí presentó un certificado médico que le permitía desarrollar su tarea atlética. Al hacerse público su caso, el Comité Olímpico de Puerto Rico emitió un comunicado en el que apuntó: "Las atletas son responsables de conocer sus limitaciones aunque ellos están muy atentos a posibles riesgos".
Nur Mohamed Taibi Suryani (tiro)
La atleta de Malasia participó en los Juegos Olímpicos de Londres con un embarazo de ocho meses. Ella se había clasificado en dos modalidades pero declinó participar en una de ellas, la que en cuya técnica debe apoyarse sobre su abdomen y pecho. Consultada sobre la complicación que podría significar un mínimo movimiento del bebé al momento del disparo, ella expresó: "Hablaré con el bebé antes de competir y le pediré que, durante un par de horas, esté calmadito y no dé patadas".
Chontel Duncan (fitness)
La atleta y bloguera australiana practicó su especialidad hasta que atravesó la 39° semana de su embarazo, cuando aún se notaban sus abdominales. Luego de convertirse en madre reconoció los problemas que tuvo para dar a luz: "Hubo diversos inconvenientes para sacar a Jeremiah de mi vientre, ya que mis abdominales lo habían encerrado de una manera muy tensa", contó.
Amber Miller (atleta de maratón)
Con una gestación de 39 semanas, la norteamericana Amber Miller completó los más de 42 kilómetros de una competencia de la que participó en Chicago. Al finalizar entró a la sala de parto y nació June, su segunda hija. El Hospital Central de Dupage, por su parte, informó que el médico de Miller estuvo informado de la decisión y en ningún momento se opusieron a su participación en la carrera.
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