Similar a la pastillas de la ropa, el shampoo sólido, es una tendencia cosmética en alza. Su aplicación es similar, pero sus beneficios a nivel higiene y medio ambiente son ampliamente superiores al producto de costumbre.
En Argentina y en el mundo, algunas firmas ya lo fabrican en diversas versiones y aromas. La tendencia eco está empezando a convertir este producto en un fenómeno global. Su uso más frecuente es para los viajes por su practicidad.
Su creación surgió de manera accidental cuando se creó una nueva base de jabón sólida que generaba mucha más espuma que los jabones normales. Luego se le fueron añadieron ingrediente de origen natural como plantas, hierbas, frutas y aromas, hasta llegar al resultado final que está disponible en el mercado mundial.
De origen natural, sin parabens ni sulfato, es ideal para las pieles sensibles. Otro de sus ingredientes especiales son los aceites esenciales, capaces de estimular el cuero cabelludo, para un lavado de más profundidad. La versión tradicional suele dejar residuos que, a la larga, se acumulan sobre el cabello quitándole el brillo natural.
Además de sus efectos positivos en la salud capilar, presenta otros beneficios gracias a sus propiedades: no contamina ni produce desechos ni emisiones de gases.
El ritual de lavado es similar al convencional. Se puede aplicar directamente sobre el cabello mojado y comenzar a masajear el cuero cabelludo. Para los que incursionan en este nuevo elemento beauty, los especialistas aconsejan hacerlo de manera paulatina en la rutina de limpieza. Al principio puede notarse una textura diferentes, pero con su uso, la fibra capilar adquiere suavidad y vida.
Cada barra tiene una vida útil promedio de entre 80 a 100 lavados, y para extender su uso es necesario guardarla en lugar seco.
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