Su lanzamiento al mercado en 2002 significó una nueva era en el universo de los tratamientos estéticos sin bisturí. La toxina botulínica tipo A cuenta en la actualidad con distintas variantes, como Dysport y Xeomin, pero sin lugar a dudas ha sido la marca Bótox -de Allergan- la de mayor éxito dentro del mercado cosmético.
Más allá de que científicamente se ha comprobado que no existen grandes diferencias entre las tres variantes, Botox cuenta con la ventaja de haber sido la pionera en el campo de los tratamientos estéticos no quirúrgicos dentro de la medicina estética. Y así, ya a poco de llegar a la calles, celebrities de todo el mundo comenzaron a utilizarla para "rejuvenecer" sus rasgos y permanecer, por ejemplo, en el competitivo mundo del cine sin que se note, en lo posible, el paso del tiempo.
En diálogo con Infobae, el doctor Leonel Calderón explicó: "Todas las neurotoxinas actúan sobre los mismos neurotransmisores -en la unión del músculo con el nervio-, por lo que siempre les digo a mis pacientes que al final será como elegir entre Coca Cola o Pepsi: ambas son gaseosas, pero lo que cambia es la marca".
Calderón atiende en Miami, uno de los epicentros globales que reciben miles de turistas al año en plan estético. Y allí, la toxina botulínica tipo A es la estrella. De acuerdo a datos oficiales, el turismo de embellecimiento deja en Florida, más de USD 6 millones, sin contar alojamientos, alimentación, entre otros.
El especialista sostuvo que las personas interesadas no solo arriban desde otros estados, sino también de toda Latinoamérica. Además, en los últimos años, este tipo de intervenciones dejaron de ser exclusivas de las personas mayores de 40, como en sus inicios, ya que los Millennials -la generación sub 36- comenzó a adoptarla.
El doctor Matthew Schulman, certificado por la junta de cirujanos plásticos en el Upper East Side de Manhattan, explicó al New York Post que los "nuevos clientes están en sus 20 años, en lugar de tener más de 40, como sucedía hace una década. Son la generación del milenio, quienes se sienten más influenciados por las redes sociales, que por las celebridades".
Botox, Xeomin y Dysport son las tres marcas de toxina botulínica tipo A aprobadas por la FDA para su uso en los EEUU, pero el producto de Allergan es por lejos el más popular y el que mayor cuota de mercado viene conquistando desde 2002
Qué es el bótox
El bótox es una neurotoxina derivada de la bacteria Clostridium botulinum. Ingerida en alimentos contaminados puede afectar los principales músculos del cuerpo, causando parálisis e incluso la muerte. Pero cuando se inyecta en pequeñas dosis en áreas específicas puede bloquear las señales entre los nervios y los músculos, logrando que los músculos se relajen. Así es como se suavizan las arrugas: al inmovilizar los músculos que rodean las líneas finas de expresión, es menos probable que las arrugas se muevan, haciéndolas menos visibles.
Inicialmente las neurotoxinas fueron aprobadas para tratar las arrugas gesticulares que se producen en el área conocida como "pata de gallo" así como para "alisar" el entrecejo o lo que se cataloga como las "líneas del 11" dentro del mundo de la medicina estética y que suelen provocar un aspecto de enojo en los rostros.
En los últimos años la FDA a ampliado los usos de las toxina botulínica de tipo A para tratamientos cosméticos, incluida la zona de la frente, lo que permite modificar el arco de las cejas y la expresión de toda la cara, pero no es solo la parte superior del rostro la que se trata hoy con la "droga milagrosa".
"Hoy día la tendencia es utilizarlo en la parte inferior, como por ejemplo las líneas de marioneta alrededor de la boca, o el área del mentón que suele dar ese aspecto de piel de naranja. Las arrugas del cuello también pueden ser tratadas", compartió Calderón.
A pesar de que los galenos especialistas en medicina estética suelen "innovar" experimentando en nuevas áreas, Calderón asegura que prefiere tomar un aproximamiento más conservador manteniéndose, dentro de los usos seguros y aprobados.
Solo en 2016, el producto de Allergan generó 2,8 mil millones de dólares en ingresos para el laboratorio propietario de la marca Botox a nivel mundial, considerablemente más que los 1,2 mil millones que le significó la venta de Viagra a Pfizer, la droga para la disfunción eréctil que cumple 19 años y superaba en ventas a la neurotoxina hasta hace cinco años.
Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, fueron 7,1 millones los tratamientos realizados con toxina botulínica de tipo A en los EEUU durante 2016, lo que significó el 46% de los tratamientos mínimamente invasivos con fines cosméticos en el país.
El costo promedio de un tratamiento con neurotoxinas en los EEUU ronda alrededor de 300 dólares por área y generalmente son tres las áreas que deben tratarse en conjunto para lograr los resultados esperados: alrededor de los ojos, la frente y el entrecejo.
Un total aproximado de 900 dólares según la droga – para un tratamiento que suele durar no más de tres meses – podría parecer una suma excesivamente alta para la mayoría de los mortales, pero si se tiene en cuenta que desde el año 2000 el mercado de los tratamientos con neurotoxinas ha crecido un 797%, son millones alrededor del mundo quienes están dispuestos a repetir el proceso unas cuatro veces al año para tener un aspecto más fresco los 365 días del año.
Ilustración: Pepita Sandwich
LEA MÁS: