En los últimos 50 años dormir mal se transformó en una epidemia que alcanza a casi a dos cuartos de la población mundial. Estudios recientes demuestran que se está durmiendo un promedio de 5 a 6 horas y media por día, lo cual genera un déficit anual. "Los porcentajes de la gente que duerme o durmió mal son muy altos. El promedio de horas de sueño de un adulto es de 7, entonces estas dos horas diarias que faltan, hacen que andemos como zombies", explicó a Infobae Marta Averbuch, neuróloga y especialista en medicina del sueño en Somnos, en el marco del Día Mundial del Sueño.
Los artefactos tecnológicos afectan la conciliación del sueño
Lo cierto es que existen diferentes situaciones por las cuales una persona puede dormir mal. Todos los estimulantes que contengan cafeína, los ejercicios físicos que demandan demasiado esfuerzo y se realizan a altas horas de la noche, las comidas copiosas o el uso de la tecnología a la hora de ir a dormir influyen de manera negativa en nuestro descanso.
"Los artefactos tecnológicos afectan la conciliación del sueño y a uno de sus principales componentes, la melatonina. Cuando empieza a oscurecer, se larga al torrente sanguíneo para preparar todo este mecanismo tan complejo que es el sueño. Lo que se comprobó estos último años, es que este tipo de aparatos corta y bloquea la curva de la melatonina. Por eso, se recomienda no usarlos, bajarles la luz o ponerlas en modo avión para evitar que los sonidos interrumpan el descanso", detalló la especialista.
¿Cómo saber si dormimos bien?
Lo primero que las personas deben estar atentas es fijarse como se despiertan. "Si amanecemos bien y preparados para comenzar el día, sin sentir cansancio, efectivamente logramos un sueño reparador".
A veces vemos a una persona durmiendo y creemos que está descansando de manera placentera cuando no es así. Por eso hay que tener en cuenta que aunque el cuerpo está relajado, el cerebro está sumamente activo y trabajando toda la noche. ¿Por qué? Para fabricar todos los nutrientes que van a hacer que nuestra vigilia sea de calidad.
"La habitación donde dormimos debe estar silenciosa, a oscuras y con una temperatura adecuada, este debe ser el santuario del sueño. Todos los preparativos y rituales que hacemos antes de dormir no deben afectar la calidad del mismo", finalizó la especialista.
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