Germán Garmendia, de nacionalidad chilena, es el youtuber número dos a nivel global con más de 31 millones de suscriptores en su canal principal "Hola Soy Germán", y más de 50 millones en el resto de sus medios. Sin dudas se trata del cómico más popular y convocado de América Latina. Su influencia en los más jóvenes es imparable. El pasado fin de semana fue convocado por la asociación Greenpeace para acompañar el proyecto "Salvemos los mares del fin del mundo".
Con un recorrido por el emblemático barco de Greenpeace Rainbow Warrior, Germán participó de cada una de las actividades de la campaña que busca salvar a los mares del fin del mundo de la principal amenaza que invade actualmente esta región: el avance incesante de la industria salmonera. El objetivo es lograr evitar la instalación de nuevos proyectos y proteger la biodiversidad marina de las aguas más puras del planeta.
"En el año 2016, en Chiloé se arrojaron 5 mil toneladas de pescado podrido al mar lo que provocó uno de los desastres ambientales más importante de los últimos tiempos. Por tal motivo con esta campaña se intenta evitar un nuevo desenlace", afirmó Estefanía Gonzalez, coordinadora de océanos en Greenpeace Chile a Infobae.
Germán no solo fue convocado por su gran popularidad. Su nueva banda, que integra con su hermano mayor Diego Garmendia, se llama Ancud, homenaje a la ciudad chilena en la que también zarpó el que Rainbow para su protesta de campaña.
Éste será sin dudas un gran desafió para el youtuber. Su objetivo principal consiste en triunfar en el mundo de la música, tal como lo hizo en las redes sociales. Sus expectativas personales se centran en lanzar un disco con 12 temas nuevos y en la gira pronosticada por varios países latinoamericanos que le permitirá demostrar no solo su éxito como cómico sino también su capacidad para revolucionar el mundo de la música.
Sin dudas, su participación en la campaña refleja que con esfuerzo, dedicación, apoyo social y ganas, las oportunidades de éxito son infinitas. La dupla Greenpeace y Germán es un ejemplo de cómo la colaboración es esencial para poder emprender la lucha contra la industria salmonera y lograr cuidar la biodiversidad marina, como el delfín chileno y la ballena azul, entre otros, que actualmente se encuentran en peligro de extinción.
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