Vida y obra de Elon Musk, el soñador que ya cambió al mundo

Es la historia del hombre más innovador del momento. Fundador de Tesla Motors, Solar City y SpaceX, Elon Musk quiere autos eléctricos y autónomos para todos, casas que se autoabastezcan y colonizar Marte. Visionario y gurú de la tecnología, encarna el “sueño americano” mejor logrado

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Elon Musk tiene 45 años, nació en Sudáfrica, está divorciado, tiene cinco hijos y una fortuna valuada en 13 mil millones de dólares
Elon Musk tiene 45 años, nació en Sudáfrica, está divorciado, tiene cinco hijos y una fortuna valuada en 13 mil millones de dólares

Un prohombre. Paradigmático. Con consignas de héroe y vientos mitológicos. Un filántropo que combate para romper lo establecido. Ingeniero, inventor, físico, empresario, personalista, megalómano, carismático, brillante, creativo, audaz, emprendedor, arrogante, caprichoso e intuitivo. Diseña techos solares para que cada casa se autoabastezca de energía. Planea la exploración interplanetaria tripulada: quiere colonizar marte. Comanda la empresa que lidera la revolución y la democratización de la tecnología al servicio de la movilidad. Elon Musk es el hombre que mientras sueña con cambiar el mundo, lo está cambiando.

Candidato a ejercer el legado de Henry Ford, Bill Gates y Steve Jobs, es un idealista del sueño americano. Nació en Pretoria, Sudáfrica, en 1971, hijo de un padre ingeniero sudafricano y de una madre nutricionista canadiense. El 25 de enero de 2015 más de 3,3 millones de televidentes vieron "The Musk Who Fell to Earth" –el Musk que cayó en la tierra-, un episodio de Los Simpsons en el que el Sr. Burns intentaba matar a Elon Musk enojado por haber perdido toda su inversión. Fue el programa más visto de Fox ese día. Elon Musk tenía 45 años y una vocación obstinada: era capaz de tolerar con Tesla Motors y su misión de masificar la propulsión ecológica pérdidas trimestrales millonarias.

Había una razón fundada en el sacrificio económico. Al mismo tiempo que registraba déficit neto de 793 millones de euros, el triple de las contabilizadas en el ejercicio anterior, multiplicaba su inversión y su cotización en acciones se disparaba. El secreto de su éxito se pagaba en conceptos abstractos: la gente le cree y confía en su intuición, aunque Tesla Motors sea deficitaria. Es parte del encanto de Elon Musk: miles de millones de dólares, magnetismo, excentricidad, honestidad, dedicación, compromiso y visiones progresistas en la aplicación de nuevos paradigmas ambientales. Su imagen brotó tras apariciones mediáticas en las pantallas: en 2010 realizó un cameo en Iron Man 2 y en 2015 hizo de sí mismo en la serie The Big Bang Theory.

Sus últimas actividades en las redes sociales revelan retazos de su personalidad. Bria, una niña de diez años que cree que Musk es inteligente y amigable con la naturaleza, le escribió una carta incentivándolo a promocionar mejor sus automóviles: "Le escribo porque me gustaría hacer una sugerencia para su compañía. Noté que no tienen publicidad, pero mucha gente hace comerciales caseros para Tesla y algunos de ellos son buenos, se ven profesionales y son entretenidos". A los pocos días, Tesla anunció el "Proyecto Loveday", un concurso en el que cualquier usuario puede armar un comercial de 90 segundos, subirlo a YouTube y participar.

Semanas atrás, el 15 de febrero Elon Musk tuitió: "¡Felicitaciones al dueño del Tesla que sacrificó su propio auto para que el vehículo de un conductor inconsciente frenara con seguridad!". Minutos después, reconstruyó la idea: "En agradecimiento, Tesla estará proporcionando gratuitamente los costos de reparación". En otra maniobra de marketing o gesto honorable, según el cristal por el que se lo juzgue, el director ejecutivo de la compañía automotriz recompensaba la heroica maniobra de Manfred Kick, el alemán de 41 años que salvó una vida sacrificando su Tesla Model S.

La presentación del Tesla Model S, el primer gran hijo con cuatro ruedas de Elon Musk
La presentación del Tesla Model S, el primer gran hijo con cuatro ruedas de Elon Musk

La carrera meteórica del actual gurú de la innovación global merece recapitulación y segmentación cronológica. Devorador de comics y novelas de ciencia ficción, interesado en la biografía y bibliografía de científicos e inventores, recibió su primera computadora a los diez años: una Commodore VIC-20, un microcomputador doméstico de 1980, de 8 bit y con 5 KB de memoria. Aprendió a decodificarla, a escribir su propio código de programación. Era un autodidacta voraz. Dos años después creó y vendió Blaster, un juego de computadora similar a Space Invaders, por 500 dólares.

La adolescencia lo sorprendió curioso e inquieto. Amante de las teorías y reflexiones de Nietzsche y Schopenhhauer, su ambición entró en conflicto con su horizonte. Tenía 17 años, un espíritu activo, padres en vías de separación y la necesidad de huir del servicio militar obligatorio. "Servir en el ejército sudafricano para reprimir a la gente negra, no me pareció una buena forma de emplear mi tiempo", ironizó. Emigró al continente norteamericano: primero a Canadá, luego a Estados Unidos, ahí "donde las grandes cosas son posibles", adivinó.

Musk está cambiando el mundo con su fórmula de pensamiento crítico, análisis del todo y trabajo pleno (Getty)
Musk está cambiando el mundo con su fórmula de pensamiento crítico, análisis del todo y trabajo pleno (Getty)

Se graduó -becado- en la Universidad de Pensilvania en Administración de Empresas y Física. "Quería estar involucrado en ideas que cambiaran el mundo", recordó de sus épocas de estudio. Como cuando de niño probaba a sus padres con preguntas existenciales, a sus profesores y compañeros de carrera solía preguntarles "¿cuáles son las tres cosas que tendrán mayor impacto en el futuro de la humanidad?". Musk creía que Internet era a la sociedad lo que el sistema nervioso al humano. Corría 1995 y aspiraba alto: soñaba con trabajar en AOL, la compañía más candente del momento. A pesar de su persistencia, no lo contrataron.

Con apenas dos mil dólares de financiación, fundó la startup Zip2 junto a su hermano Kimbal, una de las primeras compañías en ofrecer contenido vía online. Se instaló en la zona de San Francisco. Vivía y comía en los mismos metros cuadrados. Se bañaba en las instalaciones del estadio municipal. Había construido una plataforma para que medios de comunicación le ofrezcan a sus clientes servicios comerciales adicionales. Zip2 consiguió rápido a The New York Times. Le vendió mapas y contenidos. En 1999, Altavista, división online de la empresa Compact, compró la startup de los Musk por más de 300 millones de dólares. La inversión inicial -vale la repetición- había sido de dos mil dólares.

Elon Musk es uno de los más grandes innovadores de la historia de la Humanidad
Elon Musk es uno de los más grandes innovadores de la historia de la Humanidad

La máquina de hacer dinero de Elon Musk necesitaba más dinero. Con esos millones creó X.com, un revolucionario sistema de pago electrónico que luego sería renombrado a PayPal. Pionera en concepto de e-commerce, agilizó el comercio online al punto de convertirse en la principal plataforma de transacciones digitales. En 2002, eBay compró la compañía por 1.500 millones de dólares. Musk tenía 31 años, siete veranos en el corazón geek de Silicon Valley, un compromiso potenciado y suficiente fortuna para solventar el propósito de su vida: cambiar el mundo.

Musk también está trabajando en Hyperloop, el servicio de movilidad en cápsulas a través de tubos de aire bajo presión que pretenden unir, por ejemplo, Capital Federal y Mar del Plata en 20 minutos

Por eso es director ejecutivo y CTO de SpaceX, presidente de SolarCity y director ejecutivo de Tesla Motors. Space X construye cohetes económicos y transbordadores que permiten viajar al espacio en clase turista. Promete para el año próximo llevar a la NASA a pasear por la Luna y auguró su final fuera de la Tierra. "Me gustaría morir en Marte, pero no en el impacto", dijo. Solar City es el mayor proveedor de paneles para generar energía solar de los Estados Unidos, valorada por sus principios de autonomía económica y su sensibilidad con el medio ambiente. Tesla Motors es, quizá, su bien más preciado. La compañía más innovadora del mundo, según los medios especializados.

Elon Musk fue protagonista en un episodio de Los Simpsons, participó en la serie The Big Bang Theory y en el film Iron Man 2
Elon Musk fue protagonista en un episodio de Los Simpsons, participó en la serie The Big Bang Theory y en el film Iron Man 2

En marzo de 2016, presentó el Tesla Model 3, el "best-seller" más grande de las pre-órdenes de la industria automotriz. Es el auto que mejor expresa el método Tesla. Su precio de 35 mil dólares democratizó el mercado de los autos eléctricos. A la semana de su lanzamiento, registraba más de 350.000 solicitudes de compra: la mitad de los autos que se venden en Argentina en un año por un modelo que recién entregarán a finales de 2017. Tesla altera el paradigma de la combustión fósil masificando la propulsión alternativa con garantía de eficiencia y deportividad, y brega por aplicar la inteligencia artificial al modo de conducción. El Autopilot 2.0 desarrolla el nivel de autonomía completa nivel 5: un servicio autónomo que portarán desde 2018 todos sus modelos de fábrica. Tesla es más que un negocio. Es una filosofía. Un modelo 2012 recibe actualizaciones gratuitas periódicas del software del vehículo. Un servicio tecnológico que reinterpreta el concepto de edad de un automóvil.

Según la revista Forbes es la persona 88 más rica del mundo. Ostenta una fortuna estimada en 13,8 mil millones de dólares e integra el top diez de ricos que se hicieron millonarios a más corta edad. Elon Musk, sin embargo, trabaja cien horas por semana. Es un jefe obsesivo y exigente. Se hizo célebre una frase en diálogo con sus empleados que resume una forma de vida: "No veo a muchos de ustedes trabajando los sábados".

Elon Musk cree en la ciencia como red de filantropía. Su fundación, Musk Foundation, se dedica a la educación científica, salud pediátrica y energía limpia. Sus intereses subyacentes son bien recibidos por la humanidad: el combate contra el cambio climático y la democratización de las bondades tecnológicas multiplican su empatía. Es la historia de un paradigmático prohombre, de un héroe vulgar de la mitología posmoderna que cambia el mundo mientras sueña con cambiarlo.

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