Dispuestos en la silla ante una PC o reclinados en el sillón ante la televisión. Los videojuegos se hicieron un lugar en las vidas diarias, al punto de convertirse en la primera opción a la hora de ocupar el tiempo de ocio, sobre todo en los adolescentes y adultos jóvenes. El peligro se presenta cuando esos momentos recreativos dan paso a la adicción.
El objetivo no es demonizar al videojuego que tan solo es -o debería ser- eso, un simple componente lúdico que, llegado el caso, hoy puede conllevar a la profesionalización. A continuación, los casos más radicales que muestran a dónde puede llevar la adicción. Hasta la adicción por un videojuego.
Jeff Dailey y Peter Burkowski – Berzerk
El caso más antiguo de una muerte ocasionada a raíz de un videojuego. El Berzerk fue uno de los arcades más emblemáticos de la década del 80, que consistía en evitar los disparos de láser de los robots, así como también eliminarlos. El furor del juego llegó tan lejos que llegó a producir adicciones severas. En la búsqueda del récord, Jeff Dailey, un joven de 19 años, murió de un ataque al corazón al registrar una increíble marca de 16.660 puntos.
El de Dailey no fue el único final trágico que se desprendió del Berzerk. Un año después, Peter Burkowski logró una hazaña en el juego. Alcanzó un puntaje de top ten dos veces en 15 minutos. El adolescente de 18 años sumó a su sistema cardiovascular ya comprometido todo el cansancio y el estrés del juego. El desenlace fue una muerte precipitada por ataque al corazón.
Zhu Caoyuan – Legend of Mir 3
En 2005, un caso conmocionó al mundo de los videojuegos. Qiu Chengwei apuñaló en repetidas ocasiones a Zhu Caoyuan en el pecho hasta matarlo. El motivo: la víctima había vendido por Ebay a 870 dólares una espada especial del Legend of Mir 3 -llamada Dragon Sabre Sword- que pertenecía a Chengwei sin su consentimiento.
Chengwei asesinó a su compañeros mientras dormía. "Queremos que Qiu muera, inmediatamente", exclamó en ese momento el padre de la víctima. El homicida recibió una sentencia a muerte con un indulto de dos años, lo que en en realidad quiere decir que tiene una condena perpetua, que encima podría verse reducida a 15 años por buen comportamiento.
Xiao Yi – World of Warcraft
El más joven de los casos. Xiao Yi tenía 13 años cuando la adicción por el videojuego se le hizo insoportable. Él mismo reconocía su necesidad de jugar constantemente al World of Warcraft, uno de los videojuegos de rol online de mayor masividad en los últimos años.
"Fui envenenado por el juego y no puedo controlarme a mí mismo", le dijo a sus padres días antes de decidir terminar con su vida. Xiao Yi dejó una nota en la que se refería a reencontrarse con sus amigos jugadores de otra vida antes de lanzarse desde el piso 24 de un edificio.
Susan Petric – Halo 3
A fines de 2007, sus padres le habían ocultado el Halo 3 -un videojuego de disparos exclusivo para Xbox 360- al notar la profunda adicción de su hijo. Después de una semana de privación, Daniel Petric dijo basta. Encontró la contraseña que su padre usaba para guardar el videojuego en la caja fuerte. Lo tomó, pero a su vez, agarró una pistola 9 mm.
Durante la cena, Daniel le pidió a sus padres que cerraran los ojos porque tenía una sorpresa. No hicieron tiempo a abrirlos que les disparó a ambos. Su madre, Susan, falleció. Su padre, Mark, sobrevivió con un daño severo. A Daniel lo condenaron a prisión perpetua con revisión pasados los 23 años.
Devin Moore – GTA
El Grand Theft Auto -o simplemente GTA- es uno de los juegos más populares del mundo. El jugador controla a un personaje en primera persona y debe cumplir misiones, pero también se maneja con total libertad para llevar adelante los más variados delitos. Devin Moore quedó envuelto en una adicción letal.
Moore se inspiró en el videojuego para perpetrar un insólito crimen. Logró quitarle el arma a un policía. Cuando escapaba, le disparó a tres oficiales para salir de la comisaría en un patrullero. Una vez que lograron detenerlo, Moore gritó: "La vida es como un videojuego. A veces tenés que morir".
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