Todos pueden opinar sobre vinos, pero para ganarse el respeto del público -bodegas, comerciantes, sommeliers y consumidores- a la opinión hay que formarla, y muy bien. El selecto Instituto Master of Wine, con más de 30 años de experiencia escribiendo y calificando sobre los vinos del mundo, visita nuestro país desde fines de los años 90´. Esto le ha permitido a Tim Atkin ser uno de los pocos periodistas internacionales testigo de la evolución del vino argentino.
En los últimos años no se ha perdido una sola cosecha, y su reporte de vinos es el más esperado, no solo por bodegueros y enólogos locales, sino también por retailers y conocedores de los principales centros de consumo. Como muchos otros, luego de su viaje en el que recorre algunas zonas y participa de muchas degustaciones -aproximadamente 1.000 vinos en tres semanas- y comidas, logra tener un panorama actual de lo que está pasando. Pero lo cuenta como pocos.
Por eso el "Informe Atkin" es el más consultado, por la consistencia de sus apreciaciones, por la visión que desarrolló gracias a su seguimiento tan de cerca y por sus fotos, que logran captar la esencia de los paisajes y personajes más importantes de la industria.
Gracias a comunicadores como Tim, el mensaje del vino argentino llega a lugares impensados y sus palabras sirven para legitimar el mensaje de las bodegas. Y mejor aún, para convencer a muchos consumidores que viven muy lejos de descorchar un vino argentino.
Tim esta vez fue convocado por WofA (Wines of Argentina), la entidad responsable de promover el vino argentino en el mundo. Y en esta oportunidad el recorrido comenzará por Chapadmalal -viñedos con influencia marítima-, de allí a Neuquén y Río Negro, continuando por Mendoza, San Rafael y los Valles de Pedernal y Calingasta en San Juan. Visitará unas 60 bodegas y probará más de 1.000 vinos. Algunos a ciegas, otros delante del enólogo de turno, otros en una sala de degustación y otros con el paisaje vínico de fondo.
Apuntó las expectativas para este año, y si bien no arriesgó un pronóstico general de los vinos antes de degustarlos, confirmó que la Argentina ya pasó la etapa del Malbec y que ahora es necesario pasar al siguiente nivel.
“Hoy el Malbec argentino es una marca fuerte en el Reino Unido“, afirmó.
Todos los esfuerzos de las bodegas deberían apuntar a explicar las diferencias entre las zonas vitivinícolas. "El consumidor tiene que entender por qué un Malbec de Luján de Cuyo es diferente a uno del Valle de Uco", dijo, en alusión a la zona más tradicional y a la más nueva donde se elabora el cepaje insignia del país.
Actualmente el Reino Unido es el segundo mercado de destino, con casi 2,5 millones de cajas de 12 botellas, representando más del 10% de las exportaciones totales de 2016
Si bien Atkin reconoce que muchos de los mejores vinos argentinos son elaborados por las grandes bodegas, en los pequeños productores puede ver de cerca -y sentir más- el interés, la pasión y la diversidad de la Argentina, y eso lo fascina.
De hecho la diversidad es una de las grandes ventajas competitivas del país, sin embargo a veces crea confusiones en el consumidor. Ante la gran cantidad de vinos de enólogos y productores que lanzan sus propias etiquetas por fuera de las bodegas en las que trabajan, Tim no dudó en apuntar: "Si yo fuese bodeguero, no le dejaría hacer su vino a mi enólogo".
"En mi país el vino argentino es visto como un buen vino; no como uno barato, y goza de buena imagen porque a la gente le gusta la Argentina", definió. "Ahora, el próximo nivel es definir y diferenciar las zonas", detalló. En relación a las zonas, de Salta lo enamoró el viñedo más alto del mundo -Altura Máxima-. Fue en su viaje del año pasado en el que pudo recorrer muchos kilómetros, y eso le permitió entender mejor la influencia de la geografía y del clima. "Salta le da a los vinos aromas y sabores muy particulares y reconocibles", apuntó el experto inglés. "El Malbec de allí tiene un carácter muy particular, una combinación de sol y altura", agregó.
Con la mente en su próximo reporte, degustó diez vinos en la cava de un importante restaurante de carnes de Puerto Madero. Tim ha llegado con la cabeza abierta y con la intención de encontrar cosas nuevas y mejores que en 2016. Sabe que la cosecha pasada fue muy difícil (por las dificultades climáticas de El Niño la merma en la producción fue del 40%, más allá de la influencia en la calidad), pero está seguro que eso ha beneficiado a los blancos. Y en los tintos 2014 y 2015 que seguramente degustará, espera encontrar más exponentes que sigan apostando por las sutilezas, dejando de lado el exceso de roble, de alcohol y de extracción. Sabe que no habrá grandes cambios porque es un momento de sintonía fina y los cambios serán graduales, pero ese es el camino para lograr vinos elegantes de clima cálido.
Para Tim, los mejores vinos argentinos son Malbec, pero para llegar a los cien puntos aún les faltan un poco más de "sense of place" –sentido de lugar-. "Si las bodegas se dedicaran a expresar el carácter de sus viñedos, los consumidores podrán entender las diferencia de las regiones y sub regiones", calificó. También confía en el Cabernet Franc a pesar que haya poco plantado; considera que el Cabernet Sauvignon es genial y que le gustaría ver más Bonarda -la segunda variedad tinta implantada- elaborado. Pero también dejó la puerta abierta a nuevas cepas porque está convencido de que hay variedades de climas calientes que podrían adaptarse muy bien al terruño nacional, como Assyrtiko -uva blanca de Grecia-, Aglianico o Nero D´Avola -tintas del sur de Italia-. Y a pesar de no ser una variedad de sol, puso el ejemplo del Trousseau del Alto Valle de Río Negro.
Además, en su "Reporte 2016" aseguró que los blancos argentinos se estaban transformando. Que los jóvenes enólogos estaban logrando un gran impacto, que las bodegas estaban poniendo más foco en expresar el viñedo y la cosecha, y que si bien el Valle de Uco ya está considerada como una de la regiones más importantes del Nuevo Mundo, hay vida más allá de Mendoza.
"Lo importante es llevar a la gente al próximo nivel, explicándoles las diferencias entre los Malbec de Luján de Cuyo, del Gualtallary, de Salta, San Juan o Patagonia", insistió el periodista inglés, mientras disfrutaba del último bocado de su ojo de bife argentino -bien jugoso- y una copa de Malbec.
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