Son las seis de la tarde y el sol aún brilla con intensidad sobre las cristalinas aguas de Laguna del Sauce, el lugar en el mundo del gran Carlos Perciavalle y su actual residencia. Acompañado por Jess -el juguetón perro de cinco años que le regaló su entrañable amiga, Jessica Cirio- Perciavalle recibió a Infobae en "El Paraíso", su amada casa a 15 kilómetros de Punta del Este, y donde se dio el lujo de hacer teatro durante varias temporadas de verano, con quien asegura que fue la mujer más importante de su vida: China Zorrilla.
Alejado de la vorágine de la ciudad, prefiere la paz y la tranquilidad del privilegiado entorno natural que rodea su chacra pero no deja de lado su gran pasión por el teatro, ya que todos los jueves se presenta con su obra "Bodas de Diamante", en Tío Tom Concert. A los 75 años, el Rey del Café Concert sigue disfrutando hacer reír sobre los escenarios aunque asegura que, si se hubiera quedado en Uruguay (nació en Montevideo), hoy no tendría el reconocimiento del público.
"De los siete a los once años, viví en Punta del Este. De ahí pasé a vivir en Buenos Aires, porque mi papá era argentino y mi mamá era uruguaya: una mezcla muy binacional, así que recibí educación en los dos lados. Pero mi carrera la hice en la Argentina: si me hubiera quedado acá, me hubiera pasado lo que le pasa a tantos actores uruguayos maravillosos, a quienes la crítica los alaba pero el público no los reconoce como estrellas. Para el uruguayo, si triunfaste en Buenos Aires, entonces vale la pena".
-¿Es tan bravo el mundo del espectáculo hoy en día? A veces, asustan y cansan tantas peleas mediáticas
Se habla tanto de las envidias y de las peleas en el ambiente del espectáculo y son todas cosas irreales, porque yo nunca he visto gente más unida que la del teatro. Claro, si consideras gente de teatro a la que hace un programa de Gran Hermano, después se convierte en una estrella y por un año es tapa de todas las revistas. Esa no es gente de teatro, esa gente no tiene nada que ver. Algunos se hacen actores pero, los que somos profesionales de verdad, hemos hecho una carrera de cuatro años en el conservatorio -en mi caso, también un posgrado en el Actors Studio- y hoy en día no dejamos de estudiar, tomar clases de canto, yoga, gimnasia, entre otras.
Para levantar una casa tenés que ser un profesional y para pararte frente al público, también. Lo que no quiere decir que no haya gente que no estudió y sea intuitiva, como en el caso de Susana Giménez, que es una actriz maravillosa. Es única, con una capacidad de trabajo también única y con un talento para el humor que no se enseña, por eso no podes generalizar.
Pero hay mucha gente que llena revistas y notas, pasan horas y horas hablando en un programa de televisión. Si Fede Bal la tocó a Laurita Fernández, por ejemplo. Eso está contribuyendo a que nuestro nivel cultural descienda cada vez más. Por eso, estamos cada vez peor y no tomamos conciencia sobre lo que sí hay que hacer, como lo que pasa con el tema del cambio climático.
-¿Le preocupa el cambio climático?
¡Muchísimo! El tema del cambio climático no me abandona, no puedo no pensar en esto en cualquier momento del día o de la noche. ¿Viste lo que es el cambio climático? ¿Estas tormentas espantosas que aparecen de golpe? Acá se arrancaron árboles viejísimos de raíz, robles arrancados de raíz. Hace cuarenta años que vivo acá, nunca vi esto. El viento, la lluvia, la tormenta, los rayos. Y cada vez es peor, como si las alarmas no se hubieran prendido.
Hay que tomar conciencia. Vi el documental de Leonardo DiCaprio, que se tomó un año y habló con todos los presidentes del mundo, para que ya mismo se haga algo con este tema. Los campos se queman, los animales mueren, la vegetación se pierde… estamos viviendo una época de desastre pero creo que, si la sociedad estuviera más preparada culturalmente y educacionalmente, hay muchas cosas que se podrían haber evitado. Ahora tenemos que hacer lo posible por evitar que suba la temperatura de la Tierra. Durante 18 mil años, la Tierra tuvo una determinada temperatura y hace un año y medio que subió dos grados.
Tengo 75 años, a lo mejor dentro de cinco años ya no vivo más, así que no hay nada egoísta ni personal que me lleve a aprovechar este espacio que me das: no para hablar de mí, ni de mi vida, ni del teatro sino para hablar de cosas para las que los actores estamos, tenemos voz y podemos llegar a muchísimas personas. Con que uno solo concientice, ese va a concientizar a otro y así sucesivamente.
Recién ahora se está conociendo la fauna increíble que hay debajo de la Antártida, que se está deshelando. ¡Qué poco sabemos de nuestro planeta! Seis metros de hielo y abajo hay una fauna totalmente desconocida pero maravillosa, estrellas de mar de colores, caballos marinos… Es una pena lo poco que sabemos.
Estos cruceros que son muy lindos y que la gente tiene derecho a disfrutarlos, no es posible que tiren todos los desechos humanos a la playa. El mar Mediterráneo se ha convertido casi en una bañera sucia y era el mar más divino. Yo era chico y me acuerdo que era maravilloso y transparente. La mitad del Atlántico no existe. Yo no puedo salir a hablar de esto en el teatro, porque la gente va a que la haga reír, pero si puedo mechar algo lo hago. Pero, si tengo la oportunidad de no tener que hacer reír obligatoriamente y contestar preguntas en un medio como este, que es el más leído en nuestro país, me gusta porque creo que es útil.
-Durante muchos años vivió en Estados Unidos, con épocas buenas y otras no tanto, ¿qué le parece el triunfo de Donald Trump?
Meryl Streep habló maravillosamente en la entrega de los Oscar, cuando se refirió a la comunidad de razas y religiones en Hollywood. Trump le contestó un disparate. Siempre quise mucho al pueblo norteamericano: allá, con sus más y menos, la gente vive muy bien. En general existe el cambio. Cuando viví en los Estados Unidos, los negros no podían ir al baño con los blancos y ahora tuvieron un presidente negro. Claro que también se dan estas cosas como lo de la presidencia de Trump, al que Meryl Streep con una delicadeza, finura y elegancia le puso una tapa de un modo maravilloso.
He pasado por todo en la vida. De joven, viví en Nueva York e hice de todo: trabajaba, paseaba perros, daba clases, iba al Actors Studio… y a veces no tenía dónde dormir. He dormido en la Grand Central Station, como la gente que se queda a dormir esperando el tren. Un amigo estaba haciendo el internado en un hospital y me internaba a las nueve de la noche, como si estuviera enfermo: me acostaba a dormir en una cama calentita y a la mañana me daban el alta.
Llegó un momento en que me iba muy bien y siempre iba al Plaza Hotel. Era el más caro y el único al que te mandaban tus compras, porque tenían tanto personal como gente hospedada. Todo era perfecto, estupendo y de un gran buen gusto. Hasta que un día entro y lo veo distinto… cambiado. Lo acababa de comprar Donald Trump y había convertido al hotel más fino, chic y elegante de Nueva York en un lugar absolutamente cachudo e inmundo. Y por supuesto, después lo vendió como departamentos y aquel lugar ideal se acabó.
Por eso, cuando me piden una definición de Trump cuento esto, porque me parece que estropea todo lo que toca. Yo sé que va a estar muy acotado por el congreso pero, en fin. Pensar que se mataron a los mejores presidentes y los peores van a seguir con vida. No estoy diciendo con esto que me gustaría que lo mataran, pero que le viniera una enfermedad y se lo llevara sería bueno, porque este hombre va a atrasar al mundo. Se va a armar lío en América, México va a reclamar las fronteras que tenía en 1858 cuando, por ejemplo, California era mexicana: jode tanto con el muro y van a volver atrás. El mundo tiene que estar cada vez más unido y no cada vez más separado.
-Hablando de presidentes, ¿le gusta Mauricio Macri?
Me gusta mucho. Primero porque soy de Boca y ahí hizo algo único. Es un hombre honesto e inteligente, capaz de arrepentirse y cambiar de opinión. Eso es de persona inteligente. Además, es chancho en el horóscopo chino y el chancho es bueno pero no boludo. Los occidentales tenemos tendencia a creer que la bondad es boludez. Es una buena persona y se encontró con un país destrozado. Todavía siguen descubriendo facturas truchas de viajes hechos por el gobierno anterior. Lo que costaba 11 mil dólares lo pasaban como 60 mil. La Argentina es tan rica que se puede robar, robar, robar, robar y robar, e igual sigue, pero en algún momento eso tiene que parar. Desgraciadamente, ese momento le tocó a Macri.
Hay mucha gente que la está pasando mal y que tiene dificultades. Hay mucha inseguridad. Tengo muchos amigos que son kirchneristas y no por eso dejan de serlo pero la grieta existe. Ellos están como los alemanes fanáticos de Hitler, que mataban millones de judíos y aparentemente no se daban cuenta. Han afanado y robado un país entero, y no se quieren dar cuenta. El otro día escuchaba a una periodista en un programa de televisión, decía que Macri no pudo haber tenido un año difícil porque es millonario. Esa señora no tiene que estar más en la televisión, porque si cree que estar bien es ser rico, ¿a él no le puede ir mal porque es millonario? Macri tiene su plata y la tuvo siempre. La dejó aparte y fue bien claro con todos.
Macri está preocupado, le rompen los vidrios de los autos, lo quieren matar y le quieren hacer de todo pero, a la larga, va a ganar porque el bien triunfa. Le cuesta conseguir inversores porque, claro, quién va a querer invertir en un país donde no podés ni salir a caminar por la calle por la inseguridad.
No tengo miedo de que me maten, porque creo que me voy a morir el día que tenga que ser, pero pienso en los demás: en mis hermanos, sobrinos, primos, mi público, mis amigos, la gente que quiero, y aún en los que son kirchneristas y están equivocados, porque creo que es de persona inteligente cambiar de opinión, y seguro lo harán. Macri conseguirá que cambien de opinión o, a lo mejor, no. Yo creo que lo va a conseguir porque hay pruebas demasiado contundentes. Me horrorizo cuando leo la muerte del fiscal (Alberto) Nisman. Son cosas que no pueden pasar en una sociedad moderna. En Uruguay también pasan cosas pero, robas una gallina o te metes en una casa, y te meten preso. No existe la puerta giratoria.
Lo que ha pasado en la Argentina ha sido espantoso. Que te digan que únicamente un peronista puede gobernarla. Seamos realistas. Perón tuvo una época de oro por la guita que le dejó Hitler, cuando vino y se estableció. Yo lo vi en Bariloche. Le dejó fortuna, la mitad del oro que trajo. Uno de los barcos está todavía en Mar del Plata. Los argentinos no queremos ver la verdad".
-¿Qué análisis hace del peronismo actual?
Para mí, el peronismo se acabó el día que murió Evita, que era actriz y divina. Los sentimientos puros y lo que significa el peronismo están en Evita, que por algo murió tan joven. Evita se vestía como una reina, porque entendía la mentalidad del argentino, que necesita amar al presidente y a su mujer porque vienen a ocupar el lugar de los reyes. Pero a la mañana siguiente, se vestía con el traje a cuadritos blanco y negro, y se iba a recibir colas y colas de gente que iban a pedirle a algo. Ninguno se fue con las manos vacías. Le pedían desde una bicicleta, una máquina de coser hasta un tratamiento para el cáncer. Pasaba un ministro y ella le pedía plata para ayudarlos.
Para algunos eso es un espanto y, sin embargo, eso está bien. Ella escuchó. ¿Por qué se agarró ese cáncer tan brutal y a la edad de Cristo? Evita escuchaba a todo el mundo y a todos les daba solución. Por eso murió tan joven, porque se hacía cargo. Ella no escuchaba como esta mujer, que le entraba por un oído y le salía por el mismo, porque no le llega al cerebro. A ella le llegaba al corazón y buscaba una solución, así tuviera que sacarle la plata del bolsillo a un ministro o a quien fuera, pero no te ibas con las manos vacías. Evita fue grande, por eso cuando murió, el país tuvo cuarenta días de duelo. Murió Evita y se acabó Perón. Se acabó".
-¿Qué opina de Cristina Elisabet Kirchner?
Cristina está enferma, está loca, tiene una codicia… no se puede robar tanto. ¿Para qué si no le alcanza la vida, ni la de los hijos y ni la de los nietos para gastar la cantidad de dinero que ha robado? Se hablaban de 10 mil millones de dólares y se quedan cortos, es mucho más.
Una vez fui almorzar con ella por el Bicentenario. Le gustaron mis anteojos y me dijo: "¡Qué lindos anteojos tenes!". Le dije que me los había comprado en Miami y me pidió probarlos. Me preguntó: "¿Qué tal me quedan?. "Divinos", respondí. Entonces me dijo: "¿Me los regalás?". ¡Por supuesto que le dije que no! "Conmigo podes contar con todo menos con dos cosas: primero con mi voto porque soy uruguayo y nunca me hice ciudadano argentino, así que no voto. Y segundo…¡estos anteojos me costaron un huevo, vos tenés mucha más plata que yo y te podes comprar la colección entera, así que no te los voy a regalar! Me costaron 250 dólares, que para vos debe ser un vuelto". En vez de enojarse le cayó bien, como es bipolar.
Ese día no se despegó de mi brazo y me presentó a todo el mundo. En un momento le dije: "¡Cuánto chorro tenés en tu gobierno, nena!" y me dijo: "¿Qué querés?, lo heredé de mi marido". Ese día estaba muy embalada conmigo porque es tan cholula. Es serpiente como yo en el horóscopo chino.
-¿Es verdad que fue amigo de John Lennon?
Estaba en Nueva York con la China (Zorrilla) porque hacíamos "Canciones para mirar" y fue un éxito tan grande que salió en la revista Life. En esa misma época, en 1964, los Beatles habían ido a Nueva York a promocionar su primera película "A Hard Day's Night". Nos tocó una sesión de fotografías en el mismo estudio y casi a la misma hora. Para mí, ellos eran cuatro artistas ingleses que cantaban en un conjunto y para ellos nosotros éramos la China y yo. Los artistas somos así. Todo es muy simple. Y nos hicimos amigos esperando las fotos.
La China hablaba muy bien inglés, igual que yo. Se creó una tarde divina, todos nos vinieron a ver al teatro menos Paul. Y después, nosotros fuimos a ver la película de ellos. China y yo nos quedamos deslumbrados, para mí no hubo ni habrá nada mejor que ellos. Cuando se separaron, seguí siendo amigo de John (Lennon). Siempre que iba a Nueva York -iba mucho cuando hacía "La jaula de las locas" o "Cabaret"- lo visitaba. Era un tipo muy encantador y muy sencillo. Nada que ver como uno se imagina a esos monstruos. Componía algo y te preguntaba qué te parecía. Me quedaba en el Plaza y cruzaba el Central Park para ir a su piso 16. Ir a verlo era una de mis tareas en Nueva York".
-¿Quién fue la mujer más importante en su vida?
China Zorrilla
-¿La extraña?
No. La llevo en mi corazón. La muerte no existe, es un mundo genial y por algo nadie vuelve. Estoy seguro que está pasándola bien adonde está. Cada vez que la gente me viene a ver al teatro me pide que haga el monólogo del teléfono y, para que vean que no está escrito, les digo que elijan con quién quieren que hable. Entonces, la gente te grita que hable con Tabaré, con Cristina… y yo improviso.
Un día que me dolía mucho la espalda, tanto que casi no podía concentrarme, me pidieron que hablara con China. Primero llamé al cielo, hablé con Pedro y también con Pablo, pero en inglés. La gente lloraba de risa. Pero después hablé con China, y la gente lloraba y aplaudía. Fue algo muy emocionante y muy emotivo. Yo nunca hago dos shows iguales. Después, en otra actuación, quise hacer la conversación con China pero no surgió. Fue tan grande la ovación y yo veía a la otra actriz, que tenía que entrar, que me fuí. No pude repetirla".
-¿Qué cree que pasa después de la muerte?
Yo creo en todo, puede pasar cualquier cosa: nada o todo. Nadie vino para contarlo, así que prefiero no condicionarme. Cuando tenga que ser, que sea. Y lo que sea, bienvenido. Si no hay nada, bienvenido sea también. Si hay un Dios, si hay un cielo … es mejor no esperar nada".
-¿Le teme?
No. Yo nací sin ese sentimiento, sin miedo. No le tengo miedo a nada, ni a los fantasmas ni a los extraterrestres.
-¿Cree en los fantasmas y en los extraterrestres?
Sí, creo en los dos. He visto fantasmas mil veces, en cualquier lado. En esta casa también. Este es un lugar muy especial y mágico. Acá vino Sixto Paz, el peruano que viajó en naves extraterrestres. Lo había encontrado en Santa Fe. El hotel que me habían reservado para un show no me gustó y salí a buscar otro. Encontré uno muy antiguo, en la única plaza que vi que tenía una estatua de Artigas.
El hotel era dos estrellas pero no me importó. Quería ese hotel. Justo ahí apareció Sixto Paz, yo no sabía quién era. Me mostró un montón de dibujos de extraterrestres, de distintos tamaños y formas. Le pregunté cómo sabía que yo estaba ahí y me dijo que ellos sabían todo, que no me preocupara. Cuando vino acá, a mi casa de Laguna del Sauce, me dijo que es una nave.
Una vez, estaba haciendo una gira por La Pampa en pleno mundial de Italia. Antes de salir a un show, se me acercó un señor para decirme que, en unos días, iba va a tener un encuentro con una nave. Yo me estaba probando ropa y estaba preocupado con Diego Maradona, que era director técnico de la selección, así que no le presté mucha atención. Llegué a una de las funciones y, antes de entrar a escena, me dio mucho sueño. Entonces, me tuve que tirar a dormir en una mesa de billar. Dormí un ratito e hice una función que me salió divina.
Cuando volví a Santa Rosa, a las tres de la mañana, de repente se paran el motor y las luces del auto. Y veo una nave en el campo. Estaban mi productor y mi sonidista conmigo, y yo quise ir a la nave, me quería ir pero no me dejaron. Me metieron otra vez en el auto y, de repente, la nave desapareció. Ahí el auto arrancó. Cuando vuelvo al hotel, al lado del conserje veo el almanaque que marcaba 26, justo el día que el hombre me había anunciado el encuentro.
Desde entonces, no he dejado de tener esos encuentros. Acá también, y muchos. Hay un lugar que se llama el Cerro de la Luz, que está en el kilómetro 126 de la ruta 9. Allí hay un cerro partido por la mitad. Subís y hay un lago. Todo el tiempo hay, por lo menos, seis platos dando vueltas. No solamente los vi, sino que los tengo fotografiados.
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