Ovnis, telepatía y chistes soviéticos: los documentos secretos más curiosos de la CIA

La Agencia de Inteligencia de Estados Unidos publicó en Internet cerca de 13 millones de reportes clasificados. Entre ellos, se percibe una peculiar obsesión por los fenómenos paranormales y por otras nimiedades inimaginadas

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La CIA publicó en Internet
La CIA publicó en Internet sus documentos clasificados hasta 1995 (iStock)

El miércoles pasado, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos -más conocida como la CIA- marcó un hito histórico. Publicó en su página web cerca de 13 millones de documentos confidenciales fechados hasta 1995. Si bien los informes ya habían sido develados por la CIA ante la insistencia de exponer la información, por primera vez hay libre acceso sin importar la ubicación geográfica.

Entre las páginas más oscuras, aparecen actividades secretas de la CIA vinculadas a cuestiones bélicas: la guerra de Corea, la de Vietnam y la Guerra Fría, pero también dentro de esos millones de reportes, emergen eventos curiosos, otros que llaman la atención por la paranoia irracional y nimiedades insólitas.

Star Gate Project

Uno de los informes más insólitos que aparecen entre la base de datos es el Star Gate Project. Tras enterarse, en 1970, que los soviéticos habían puesto en marcha una iniciativa que investigaba los fenómenos psíquicos y paranormales, la CIA diagramó el proyecto que se ocupó, entre otros puntos, de evaluar las probabilidades del uso de la telepatía y el avistamiento de ovnis.

El State Gate Project tuvo
El State Gate Project tuvo entre sus prioridades investigar los avistamientos de ovnis (iStock)

Los ovnis fueron una peculiar obsesión de la CIA. Cinco de los revelados se corresponden a aparentes avistamientos producidos en 1952 en la entonces Alemania Oriental y en distintos puntos de África. Los propios autores de los informes llegaban a dudar y sugerían la posibilidad de estar en convivencia con seres del más allá.

Uri Geller

Dentro de los objetivos del Star Gate Project, figuraba el seguimiento de determinadas personas que mostraban habilidades paranormales como mover objetos sin tocarlos o leer la mente. Uno de los principales apuntados fue Uri Geller, que ya había dado el salto a la fama por hacer gala de sus destrezas en público.

En 1973, decidieron evaluar las reales capacidades clarividentes y telepáticas de Geller, reconocido por doblar cubiertos sin tocarlos en transmisiones televisivas. Al ilusionista israelí lo sometieron a su prueba más difícil. Lo encerraron en una habitación con dos puertas cerradas herméticamente. En un salón lindante, un agente dibujaba lo que le venía a la imaginación. Geller debía replicar esos dibujos basándose en su intuición.

Uri Geller fue sometido a
Uri Geller fue sometido a un desafío para probar sus habilidades paranormales

Cuando el agente garabateó unas uvas, Geller aseguró que veía "círculos de color violeta". Pese a que en otras ocasiones sucesivas, el ilusionista falló, los responsables de la prueba escribieron en su informe: "Queda demostrada su habilidad paranormal de manera inequívoca y convincente".

Chistes soviéticos

También entre las páginas más llamativas de los documentos desclasificados aparecen algunos chistes de cuando Rusia aún era la Unión Soviética. Sobre todo durante el liderazgo de Mijaíl Gorbachov. Sin motivo aparente más allá de un "hobby" del entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, de atesorar los comentarios jocosos de la época.

Entre las páginas de la
Entre las páginas de la CIA, aparecen varios chistes de cuando Gorbachov lideraba al país

Entre los documentos aparece, por ejemplo, un estadounidense que le explica a un ruso los beneficios de la libertad de expresión en Estados Unidos. "En cualquier momento puedo ir al frente de la Casa Blanca y gritar ¡Al diablo con Reagan!", dice el norteamericano. A lo que el ruso le responde: "Eso no es nada. Yo también puedo manifestarme frente al Kremlin gritando '¡Al diablo con Reagan!'".

La curiosa tinta alemana

En otro descubrimiento sorprendente en los documentos de la agencia, emerge la llamada "tinta alemana". Una de las páginas consigna ingrediente por ingrediente y cantidades precisas de la fórmula para preparar una presunta tinta invisible que utilizaron los espías de Berlín en 1976.

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