Si nos alejamos de la realidad para indagar en el mundo de la etimología, "infiel" es aquel que ha perdido la fe y ha dejado de creer en sus principios, sus gobernantes o su pareja. Este debilitamiento, es sólo la punta del iceberg y probablemente empezó mucho antes de que sus protagonistas se hayan dado cuenta: primero aparece en la mente, luego se plasma en lo corporal.
Hay que saber que este tipo de conductas pueden ser ocasionales o repetitivas, vivirse como algo natural o como una situación que causa daño y dolor al otro. Puede ser producto de un vínculo desgastado, del desenamoramiento, de una crisis pasajera o consecuencia de una actitud compulsiva.
Lo cierto es que el verano favorece a los infieles, pero de ninguna manera es la causa principal. La psicóloga Adriana Guraieb explicó a Infobae que todo depende del tipo de relación y que no es lo mismo si van juntos o por separado.
"Lo que auspicia las vacaciones es que los cuerpos están al sol, hay más tiempo libre y muchas burbujas en los brindis. Con todo eso las defensas se van debilitando y tal vez en ese momento aflora lo que estuvo reprimido a lo largo de tanto tiempo. Por eso hay que tener en cuenta que esta época del año puede ser un facilitador, pero de ninguna manera un motivo", explicó.
Debemos tener en cuenta que en la actualidad hay distintos tantos tipos de parejas, como de caracteres. Por eso, el tipo de vínculo que se tenga va a ser producto del acuerdo consciente e inconsciente.
"Para algunas parejas la infidelidad es el final de una relación irreductiblemente, mientras que hay otras en las que puede enriquecerlas si hablan y ven cuál fue la falla. Esas parejas tienen un grado de madurez y profundidad en el amor muy grande, y gracias a eso se pueden dar una segunda oportunidad", expresó la licenciada Guraieb.
¿Cuáles son las causas más comunes?
– Trastornos en la comunicación: la buena comunicación, la empatía y el poder comunicarse con el otro son fundamentales para lograr un buen vínculo
– Evitar que los padres de cada uno de los miembros no interfiera en la relación: hay que lograr esto para que la relación se consolide y pueda armar una trama propia sin interferencias
– Diferentes dotaciones eróticas: así como hay gente que tiene diferentes tipos de inteligencia, con la sexualidad pasa lo mismo. Hay personas que no pueden vivir sin ella y que lo logran, incluso con ausencia de síntomas en tiempos prolongados. Cuando se chocan estas dos diferencias, a veces se arma un conflicto, entonces ahí puede haber una vertiente muy adecuada para que aparezca la infidelidad
– El desgaste ocasionado por la rutina: cuando la gente se va acostumbrando a hacer siempre lo mismo, las objeciones y la falta de creatividad hace que uno o varios miembros vayan apagándose en el erotismo aunque el amor esté conservado. A veces se mantiene y va por un camino, mientras que el deseo se va desviando en busca de una adrenalina
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