Por moda, homenaje o cualquier otra razón, millones de personas tienen en su interior el deseo de imprimir en su piel una marca que quedará de por vida. La tradición se remonta hasta la más antigua de las civilizaciones, aunque por aquellos tiempos no se empleaba por fines estéticos como en la actualidad.
Sin importar la proveniencia del ritual, cada uno tiene la libertad de practicarlo como se le antoje. El tamaño varía en cada caso. La distinción visual al mirar a alguien con un tatuaje funciona como magnetismo para captar la atención del otro. En algunos casos la atracción inmediata es mayor, en otros no tanto.
Desde sellar en la piel una flor, un nombre o un escudo de un club, cada tatuaje tiene en su origen un significado. Y también sigue una moda general: alguna vez fueron las espinas o los tribales, más tarde las frases con motivos espirituales. Ahora se imponen los black tattoos.
La última tendencia para los apasionados por los tatuajes es el Blackout, una técnica que consiste en pintarse completamente de negro alguna parte específica del cuerpo. Especialmente entre los famosos, cada vez es más recurrente apreciar fragmentos de brazos, piernas, espaldas, pechos o hasta cuellos totalmente oscurecidos.
Deportistas, celebridades o famosos del espectáculo se sumaron a la movida que suma cada vez más adeptos en el resto. La redes sociales suelen ser un espacio ideal para presentar los nuevos cambios. Sin embargo y a pesar del creciente furor, pocos reparan en los problemas para la salud que puede acarrear.
Desde la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) advirtieron en un comunicado que "se trata de una técnica invasiva no completamente regulada por la autoridad sanitaria y plantea riesgos por los tintes". En el caso del color negro puede "enmascarar un diagnóstico temprano de una lesión pigmentaria potencialmente maligna" al poder migrar a los ganglios y resultar en una innecesaria ampliación quirúrgica si los mismos son analizados para evaluar progresión tumoral.
"Actualmente los artistas mezclan diferentes tintas, y un tatuaje completamente negro, que parece que solo se compone de tinta a base de carbono, puede en realidad incluir ingredientes dañinos", dijo a la revista la revista Women´s Health el reconocido dermatólogo Will Kirby, especialista en eliminación de tatuajes.
En diálogo con Infobae, el oncólogo Alejandro Turek también puso en cuestión la composición de las tinturas negras: "Algunas contienen carbón. Y en el carbón, el compuesto de hidrocarburos policíclicos aromáticos y benzopireno. Ellos están relacionados a procesos de carcinogénesis, pudiendo generar cáncer cutáneo. El pigmento inyectado en la piel se absorbe parcialmente a los ganglios linfáticos que drenan esa región tatuada".
Con las temperaturas apropiadas para la ocasión, la playa es uno de los lugares perfectos para mostrar figura tuneada. Aunque hubo estudios, no está determinado que el clima sea un factor de riesgo: "No está claro aún la relación exposición solar y riesgos aumentados en las personas así tatuadas. Si alguna de ellas de piel muy blanca tuviera una lesión oscura compatible con el diagnóstico de melanoma sería la situación un poco más difícil de evaluar", explicó Turek.
Realizarse un Blackout también implica una alta resistencia al dolor. Alcanzar un color negro intenso y uniforme demanda horas de trabajo. Los tipos de tatuajes tan grandes puede traer otras consecuencias no tan conocidas. Para Turek, los tatuajes extensos alteran la síntesis de la vitamina D. El especialista también agregó que "disminuyen la superficie cutánea libre necesaria".
Además de todo lo remarcado, está el riesgo que conlleva todo tatuaje: volver al estado anterior. "Las reacciones adversas no son muy frecuentes, pero no son comunicadas al usuario antes del procedimiento y el 'arrepentimiento' es costoso", explican desde la SAD. ¿Cómo tapar un diseño que de por sí ya es un manto negro sobre el cuerpo?
LEA MÁS:
La contradictoria atracción que sienten las mujeres por los tatuajes masculinos