Cada 6 de enero millones de niños en el mundo despiertan con la emoción de saber qué sorpresas encontrarán junto al arbolito, luego hacer una carta con peticiones y aclaraciones de haber sido buenos todo el año. Pasada la Navidad, los menores empiezan a contar los días con ansiedad y a preguntar cuánto falta para la llegada de los Reyes Magos, los otros personajes mágicos que adoran.
A los hijos se les pregunta -o suelen elegir por su propia cuenta- cuál es el rey predilecto de cada uno. Determinadas preferencias, junto a los regalos adecuados o la forma de entregar los obsequios constituyen las características propias de cada rey. De acuerdo a la experiencia individual, ¿con cuál nos emparentamos? ¿Con Melchor, Gaspar o Baltasar?
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