Se encuentra el sentido si se deja todo lo que se está haciendo. Bueno, no es la idea dejar de leer esto. Solo dejar de lado lo demás. Silenciar la música, apagar la televisión. Soltar el sándwich e ignorar ese mensaje que llegó por WhatsApp y que -inevitablemente- va a trasladar hasta allí el foco de atención. El objetivo es claro: prescindir de todo lo que no sea leer este artículo.
Si nada extra provoca distracción, se logró activar el modo "monotarea". Y aunque no parezca un gran logro, realizar una cosa a la vez no parte de una idea nueva. Un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology descubrió que incluso las interrupciones breves de dos o tres segundos son suficientes para duplicar la cantidad de errores que un trabajador o un estudiante puede cometer llevando a cabo sus tareas.
Una investigación anterior de la Universidad de Stanford también reveló que las personas que se autodenominan "ultraexpertos en multitareas mediáticas" tienen una relación mucho más cercana con la fácil distracción. En términos generales, hacer más es hacer menos.
Pero la "monotarea", que también se conoce como "unitarea" o hacer una actividad a la vez, no se trata solo de actividades. La monotarea no es lo mismo que la atención plena, está relacionada con la conciencia emocional y es un término del siglo XXI que equivale a la frase "pon atención", la cual quizá repetía tu profesora en la secundaria.
Kelly McGonigal, psicóloga y académica de la Universidad de Stanford y autora de "The Willpower Instinct", explicó que la monotarea es "algo que necesita ponerse en práctica. Es una habilidad importante y una forma de conciencia, y no una limitación cognitiva".
Sin dudas que se concibe como una gran noticia para las personas que no logran hacer dos cosas al mismo tiempo, y sí volverse efectivas cuando realizan solo una. Aunque resulte dificultoso creer lo contrario, "los seres humanos poseen recursos neurológicos limitados que se agotan cada vez que se alternan las tareas, lo que puede ocurrir más de 400 veces al día", explicó un estudio de la Universidad de California durante 2016.
Los porqué también resultan dificultosos. Mientras escribo esta nota, un programa de televisión se ganó mi mirada por más de cinco veces. El celular sonó otras varias, y también lo miré. Ni hablar de un diálogo lejano o un poco de música que también suena más allá. Para McGonigal, la "cantidad de 'ofertas sociales' lleva a una persona a la distracción. Es inevitable. Hasta el ruido de un pájaro en el medio de un campo puede provocar que una conversación o la lectura de un libro se dejen de lado por un rato".
Y es aquí en donde surge el interrogante: ¿Cómo hacer para dejar de lado lo periférico y solo concentrarse en una actividad? ¿Acaso las redes sociales no son un escape de ocio a las obligaciones o responsabilidades que genera la rutina? "Cada experiencia mejora al poner nuestra atención plena en ella. La atención es una forma en la que nuestro cerebro decide: '¿Es interesante? ¿Vale la pena? ¿Es divertido?'", dijo McGonigal.
Para McGonigal, es posible que la capacidad de hacer una tarea a la vez sea más valorada en el contexto social. "La investigación demuestra que tener el teléfono en la mesa puede reducir la empatía y compenetración entre dos personas que tratan de entablar una conversación", sostuvo la psicóloga.
McGonigal aseguró que "las monotareas pueden ser tan simples como una conversación". Además agregó: "Deja todo lo que tengas en las manos y dirige todos tus canales de atención a la persona que está hablando. Debes voltear a ver a la persona, escucharla, y tu cuerpo debe estar posicionado hacia esa dirección. Si quieres beneficiarte de la monotarea, si quieres tener algún tipo de compenetración social o influir en alguien, ahí es donde debes empezar. Es ahí donde verás los mayores beneficios".
LEA MÁS: