Marité Costantini, retrato de una mujer glam que elige la solidaridad

Hija del empresario Eduardo Costantini y madre de cinco hijos, está al frente de la Fundación Nordelta, desde donde ayudan a 700 familias de Tigre. Historia de una mujer que eligió la solidaridad como estilo de vida

Marité Costantini está al frente de la Fundación Nordelta (Nicolás Stulberg)

Hay personas que rompen la norma. Que sorprenden, que deslumbran, que forjan su propio destino por un deseo interior profundo, una vocación abrasadora, que las lleva a tomar decisiones. Elecciones, que -a priori- no resultan las más comunes, son -tanto esas elecciones como esas personas- extraordinarias.

Ese es el caso de Marité Costantini. Quizá cuando se lee el apellido Costantini la primera asociación, lógica, es con Eduardo, el empresario argentino del mercado inmobiliario y financiero, que además fundó uno de los grandes reductos artísticos porteños, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).

Es que Marité, madre de cinco hijos, podría dedicar sus horas, sus días, su vida, a recorrer el mundo, sin embargo elige el compromiso, el dar, el ayudar, el compartir. Y para eso está al frente de la Fundación Nordelta, una organización sin fines de lucro que desde el 2001 implementa programas de salud, educación, trabajo y desarrollo comunitario con el fin de generar oportunidades y mejorar la calidad de vida de vecinos del Barrio Las Tunas y a partir de 2016 sumando nuevas comunidades vulnerables vecinas como El Lucero, El Alge y Barrio San Luis.

-¿Cómo surge la idea de la Fundación?

-Surgió en realidad cuando papá, hace 15 años, me pidió que lo acompañe a Las Tunas con otra fundación que era Sagrada Familia para conocer cuáles eran las necesidades de los vecinos de la futura ciudad pueblo. Y contarles que íbamos a estar ahí como ciudad, que era una oportunidad, que no lo vea como algo negativo… ya que la gente cruzaba, cazaba ahí, era como parte de su propiedad y de repente comenzaron a ver los cercos, las paredes, nos acercamos simplemente para decir quiénes éramos, a presentarnos como buenos vecinos.

-¿Cómo fueron los inicios?

-Al principio no pensábamos hacer una fundación, pensábamos en potenciar lo que hay en el barrio. Y ahí había una red de instituciones, y en un momento yo le dije a papá: 'Si vamos a pedir donaciones, tenemos que tener personalidad jurídica, ser transparentes' …y me respondió: 'Bueno hagamos una fundación que se llame Nordelta'. Nordelta, como la ciudad pueblo, y así empezamos siendo 3 personas y hoy hay un staff de más de 20. En la actualidad pasan por la fundación en todos nuestros programas 700 familias de Las Tunas.

-¿Cuál es la misión de la fundación?

-Nuestra misión es mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de Las Tunas. Cuando llegamos les preguntamos cuáles eran sus necesidades más urgentes…era el 2001. Era trabajo y el agua potable, así que la primer acción fue hacer un pozo de agua en una escuela que todavía está. Y ahora ya ampliamos muchísimos los programas. Después comenzamos a ser referentes para otras organizaciones y antes de hacer nuestra propia casa en el barrio, armamos un centro Conin, con la municipalidad de Tigre, con la fundación Reno y nosotros. Yo creo muchísimo en el trabajo en red y así hacer fuerza todos juntos.

-En el 2001 las necesidades de las personas de Las Tunas era tener trabajo y agua potable, ¿qué van a buscar hoy?

-Este año hicimos un estudio de impacto para ver realmente hasta dónde habíamos llegado y cuando preguntábamos a las familias que era lo que más les preocupaba para sus hijos respondían que era la educación. Además, les preguntamos qué veían en la fundación y decían 'la contención, que te traten bien, que te reciban con una sonrisa y que te escuchen'. Va muchísima gente y muchos con muchos problemas, desde el habitacional, violencia, las escuelas que a veces hacen mucho paro y acá encuentran un lugar donde se los respeta mucho, con horarios, gente profesional. Muchos dicen que es su segunda familia.

Durante la gala de la fundación, junto a la conductora Verónica Varano

-¿Cuándo sentiste la vocación de ayudar?

-Ya desde chica, cuando iba al colegio siempre me preguntaba porqué unos nacían donde nacíamos y otros no tenían esa suerte… Fui a un colegio católico, iba y le preguntaba a las monjas: "¿Está bien tener plata?" Como que siempre me preocupé. De hecho estudié y soy profesora para ciegos y siempre fui voluntaria. Me parece muy importante que mis hijos hayan tenido contacto con lo que yo hago, de hecho están involucrados todos, mi marido también me ayudó mucho al principio. Así que a mí me emociona un montón. Sobre todo, todas las familias con las que coordinamos el tema de discapacidad. Es como una gran familia, vamos a comer a la casa de ellos, nos hablamos el día de la madre, es lindo saber que uno puede romper esas barreras y buscar lo que tenemos en común y no las diferencias.

– Y para tu padre Eduardo Costantini, ¿qué significa tener una hija con esta vocación ?

-Papá siempre fue muy exigente con nosotros…pero bueno, este año creo que se sintió orgulloso de que otros propusieran que yo sea la presidenta de la Fundación. Él nunca lo hubiera propuesto.

-Concretamente, ¿cómo se puede ayudar a la fundación?

-Te podés sumar como voluntaria; se puede apoyar algún programa; tenemos muchos programas en educación; se puede ser padrino con becas para los que tienen que terminar el secundario; ser tutor o sea donar tu tiempo o sumarte a alguna campaña, ahora estamos con Navidad y las cajas navideña.

En marzo estamos con "De vuelta al aula". Ahora hacemos una feria de juguetes, hace 3 años que nos gustó la idea de que los pap'as vayan y elijan los juguetes a un "precio social", creo que eso le da dignidad a las personas así que es muy lindo. Las voluntarias de Nordelta los preparan y ellos van y compran sus juguetes.

Su vocación solidaria nació cuando era joven (Nicolás Stulberg)

-Si alguien quiere colaborar, ¿qué necesita la fundación para estar un poco mejor?

-Necesitamos crecer ediliciamente porque cada vez hay más familias, hacemos mucho deporte y no tenemos una canchita así que eso seria muy lindo. Y este año a pedido de los vecinos de Nordelta ampliamos la misión y estamos también en El Lucero trabajando con nuevas familias, así que todo lo que sea ayuda económica es muy bueno para ampliar los programas.

Los vecinos de Nordelta tienen que estar orgullosos de todo lo que se logra gracias a ellos, en los colegios se hacen un montón durante las campañas. Tras 15 años de trabajo ya hay jóvenes de esas que se criaron con nosotros, que vienen, ayudan. Incluso mi ahijado, Facundo, pintó el mural de inauguración y siempre está ayudando y eso es muy lindo.

– ¿Qué es lo más lindo que te pasó en estos 15 años en relación a la fundación?

-Creo que los vínculos que armé con las chicas de staff y con las familias, una muy especial. Tienen 3 hijos con ceguera y acompañar el proceso de ellos de querer mejorar su vivienda, ver los resultados. Hoy tienen un hogar digno, voy mucho a la casa de ellos y verlos me emociona.

LEA MÁS:

Fundación Nordelta: los famosos en una gran gala solidaria