La excéntrica vida del multimillonario "homeless"

El francés Nicolas Berggruen, dueño de un fondo de inversión, se ganó su apodo después de vender todas sus propiedades porque no le interesa “poseer cosas”. Si bien solo tiene una valija con ropa, eso no le impide viajar por el mundo y participar de enormes fiestas en Hollywood

En 2000, vendió todas sus propiedades y pasó a ser considera el “billonario homeless”

Corría el 2000 cuando Nicolas Berggruen decidió darle un giro a su vida. Vendió su lujoso apartamento, un piso 31 en pleno Manhattan. La misma decisión tomó con su casa Art Deco, ubicada en una isla exclusiva cerca de Miami. Se despojó de todas sus propiedades. Dijo que no quería estar vinculado a posesiones físicas que lo ataran. En ese momento, se quedó sin un hogar.

Al poco tiempo, se ganó un apodo que hasta hoy ostenta. "El billonario homeless". Berggruen decidió continuar con su vida alojándose en habitaciones de hoteles 5 estrellas. Llevar una vida nómade. Viaja mucho, pero carga solo un equipaje de mano. Un par de jeans, uno o dos trajes elegantes y unas pocas camisas.

"No me interesa poseer cosas. Vivir en un gran entorno para demostrarme a mí mismo y a los demás que soy rico no tiene para mí ningún interés. Todo lo que tengo es temporal, pues estamos aquí por un tiempo corto. Es lo que hacemos, nuestras acciones, lo que perdurará. Eso es lo que tiene valor real", expresó a The Wall Street Journal.

Berggruen aún conserva un avión privado con el que se traslada

Aunque existe un bien -lujoso, por hecho- del que no se despidió. Su Gulfstream IV, un avión privado con el que se traslada entre trabajo y placer. Berggruen tiene sus ciudades y hoteles preferidos. Cuando visita Londres, se hospeda en el mítico Claridge's. Cuando aterriza en Nuevo York, se dirige al imponente Carlyle Hotel. Cuando pisa Los Ángeles, se aloja en una suite en Beverly Hills.

Nicolas Berggruen hoy tiene 55 años. Es hijo de Heinz, un famoso coleccionista de piezas de arte. Heinz fue un financista judío que logró escapar del nazismo. Poco a poco comenzó a inmiscuirse en el mundo del arte. Se hizo amigo de Pablo Picasso y con el tiempo se convirtió en el mayor coleccionista de las obras del español.

Nicolas heredó el interés artístico de su padre. Estudió Arte y Ciencia en la Universidad de Nueva York. Recibió de su padre un préstamo de 250 mil dólares. Hoy es uno de los hombres más ricos del mundo. De acuerdo a la revista Forbes, ostenta una fortuna de 1,73 mil millones de dólares.

Su riqueza la amasó en el universo financiero. En 1984, fundó Berggruen Holdings, un fondo que realiza inversiones en cientos de empresas. Entre las que se encuentran los grandes almacenes Karstadt y Burger King. A su vez, se aboca a la filantropía. De hecho, declaró públicamente su intención de donar toda su fortuna y obras de arte una vez que muera.

Berggruen actúa impulsivamente. Cuando algo lo aburre, se lo saca de encima y busca un nuevo interés que lo gratifique. "Hice mi dinero con las finanzas, pero ahora invierto en el mundo real, en cosas que perdurarán durante generaciones y mejorarán la vida de la gente", comentó. Desde hace algunos años, prioriza su think tank, el Nicolas Berggruen Institute, que se encarga de estudiar los modelos de gobierno más eficientes con la idea de potenciar el funcionamiento democrático.

Berggruen dedica una fortuna a obras de arte y es famoso por una fiesta anual que organiza en Hollywood

Aunque Berggruen llama más la atención por su estilo excéntrico de vida que por su trabajo. Además de sus gastos opulentos en piezas arte de, por ejemplo, Damien Hirst y Andy Warhol, le gusta codearse con las celebridades hollywoodenses. En el pasado se lo relacionó con la top model de los '90 Claudia Schiffer y es famoso por sus de enormes proporciones.

Cada año, durante la semana de la entrega de los Oscar, Berggruen organiza una fiesta en uno de los hoteles más exclusivos de Hollywood, el Chateau Marmont. Aprovecha la ceremonia para invitar algunas de las figuras hollywoodenses más relevantes. Por caso, Paris Hilton, Woody Harrelson y Leonardo DiCaprio son habitúes de sus celebraciones.

Sin embargo, hace un año su vida no es la misma. Dejó su imagen de multimillonario paseándose de hotel en hotel de lado. Quiso ser padre soltero. Hoy tiene dos bebés de 9 meses, Olimpia y Alexander, nacidos de una donante de óvulos. Con sus hijos, se instaló en un hogar en las colinas de Hollywood. Solo la paternidad lo pudo cambiar.

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