La conmovedora historia del caricaturista detrás de García Ferré

Jorge de los Ríos desde pequeño dibujaba sin parar. Fue la mano derecha del genial artista hispano-argentino. Ambos trabajaron codo a codo en la ilustración de las tapas de Anteojito, en el diseño animado de “Ico, el caballito valiente” y la creación de personajes como Ñomi. Aquí su historia

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Jorge de los Ríos hizo más de 1500 tapas de Anteojito (Adrián Escandar)
Jorge de los Ríos hizo más de 1500 tapas de Anteojito (Adrián Escandar)

En la década de los 60 vivir del arte era un lujo para pocos. Eran tiempos en donde ser dibujante o músico se consideraba un oficio poco redituable y hasta era visto con desprecio por una parte de la sociedad, a pesar de que existieran excepciones, como en todos los ámbitos.

Terminar el colegio, tener una carrera universitaria y un trabajo "decente" era el sueño que muchos padres tenían para sus hijos. El pequeño Jorge de los Ríos, entraba dentro de ese grupo. "Me decían que tenía que estudiar, porque de lo contrario no iba a ser nadie en la vida. Ese era el consejo que se nos daba en esa época y era bueno, pero cuando uno está apasionado por algo, no se puede hacer nada contra eso", cuenta.

Sin darse cuenta, la vida lo fue llevando y guiando por sus caminos. Y es que desde que empezó en el Nacional de Buenos Aires todo cambió: conoció a Delma, su compañera de ruta y partícipe necesario de su carrera.

Fue tan grande el amor que se tenían, que querían casarse lo antes posible, a pesar de tener ambos menos de 18 años. Para eso debía conseguir un trabajo que modificara su situación económica y la única solución era llevar su carpeta a las empresas en donde se solicitaban empleados con un perfil como el suyo.

Las buenas noticias no tardaron en llegar: en una empresa agrícola solicitaban un dibujante plumista y de publicidad. Jorge se sentía un amateur en el área, pero igualmente se presentó aquel caluroso viernes de febrero. Hizo la prueba el lunes siguiente, y quedó.

Una vez casados, Delma lo incentivó para que se presentara en la Revista River. Él, hincha hasta la médula, no lo dudó. Agarró sus dibujos y se dirigió rumbo al club de sus amores. "Cuando el director abrió mi carpeta me dijo que estaba bárbara y me preguntó si quería trabajar con ellos. Fue un lugar en donde conocí mucha gente, entre los que estaban Julio César Pasquato y Calé".

El caricaturista en su espacio creativo
El caricaturista en su espacio creativo

Pasaron los años y un compañero se fue a otra editorial: iban a sacar una revista que se iba a llamar Anteojito. "Un día me sugiere irme a trabajar con ellos, pero en ese momento estaba con muchas cosas y no daba a basto. Un tiempo después volvió a hablarme para contarme que Manuel García Ferré quería tomar un café conmigo".

Café de por medio, García Ferré rápido le dijo sus intenciones. "Le encantó lo que hacía, me preguntó si quería empezar a trabajar y le dije que estaba lleno de trabajo . Me insistió y finalmente dije que sí. ¿Sabés que pasa? Manuel García Ferré tenía un poder de convicción tremendo", recuerda.

Este caricaturista que dedicó y dedica su vida desde hace más de 66 años a las caricaturas, actualmente continúa en el rubro dando talleres y cursos a todos aquellos que quieran entrar en éste maravilloso mundo. Descubrir el estilo y la capacidad de sus alumnos se convirtió en una "obligación" que promete cumplir a rajatabla .

Desde su escritorio, lleno de recuerdos de toda una vida, revive todos y cada una de las situaciones por las que pasó. Su paso por una de las revistas infantiles más importantes del país, y la relación que forjó junto a uno de los grandes del dibujo.

– ¿Cómo era su trabajo en Anteojito?

– A medida que pasa el tiempo García ya está metido en negocio animado entonces va tomando gente de sus revistas para sumarlas al equipo porque el dibujo animado devora. Yo en ese entonces estaba con "El libro gordo de Petete". Un día el director de arte me pidió que haga la tapa. García dijo "sale bien" y sin darme cuenta fui metiéndome. De las 1925 tapas que salieron, hice 1500. Larguirucho, Hijitus, Anteojito, Antifaz, Pichichus, Ñomi, Neurus, Serrucho, Cachavacha son algunos de los personajes que hice.

– ¿Lo consideró un amigo a García Ferré?

-Nos consideramos mutuamente. Hemos veraneado juntos con la familia muchas veces, eso sí, fuera de la empresa nos tuteabamos pero en el ámbito laboral había que mostrar respeto.

Nos juntábamos a charlar y pensábamos que "Ferrelandia" podía ser posible. Estaba todo dado, sólo faltaban grandes capitales. Un día saliendo de la oficina me preguntó qué opinaba sobre Disney. Ahí fue cuando le dije que no me gustaba opinar sobre lo que no conocía… al otro día me mandó a llamar a la oficina y me regaló los pasajes para viajar.

 
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