"El mundo entero es un escenario, y todos los hombres y mujeres meros actores" quizás sea una de las frases más citadas de William Shakespeare. Proviene de su obra "As You Like It" (conocida como "Como les guste" en la región), una de sus comedias más populares, y llevada a la pantalla grande por Kenneth Branagh en el 2006. En esta pieza se tratan temas como los juegos de identidad, la fluidez del género y la interacción entre los sexos. El personaje de Rosalinda se disfrazaba de hombre, y Phoebe se enamora de ella al confundirla con un caballero. Además, estos personajes eran antes interpretados por hombres ya que no se les permitía a las mujeres actuar en escenarios públicos. No extraña entonces que sea una de las piezas más estudiadas por los académicos que investigan la teoría del género.
Simone de Beauvoir decía que no se nace mujer, se llega a serlo. Hoy, en un mundo moderno con múltiples sexualidades e identidades de género, los estudios de género son más importantes que nunca. Estos se concentran en el análisis de la identidad y su representación. Son interdisciplinarios, y abarcan los estudios de la mujer -sus políticas y feminismo-, del hombre y de la teoría queer, un área post-estructuralista de estudio que nació en los años '90. Sus mayores influenciadores fueron Judith Butler, Lauren Berlant y Leo Bersani, entre tantos otros.
Anne-Emmanuelle Berger es una académica francesa que en su nuevo libro "El gran teatro del género" (Mardulce) traza un mapa fundamental para comprender las nuevas formas de la sexualidad contemporánea, desde la figura de la drag queen hasta la transexualidad, más allá del punto de partida que implica nacer hombre o mujer. Fue profesora durante más de 20 años en la prestigiosa Universidad de Cornell de Estados Unidos, y hoy es directora del Centro de Estudios de Género en Francia, su postura es tan polémica como académicamente centrada, y logra darle un giro sorprendente al estudio de género y de las nuevas sexualidades al plantear la puesta teatral y el género de la dramaturgia como escenarios de análisis de diversas dinámicas que impulsan el deseo.
Se trata de un ensayo apasionante y fundamental que sirve para desentrañar las diversas teorías de género. Resume de manera eficaz y simple los diversos aspectos del campo, y presenta una genealogía crítica de sus grandes precursores, y de los íconos y figuras de la literatura como Roxanne de Daniel Defoe, que rompieron esquemas y se convirtieron en protagonistas del estudio en la actualidad. En diálogo con Infobae, Berger explica cuáles son los puntos más importantes de la teoría de género, y por qué la teoría queer es la gran protagonista del nuevo feminismo.
-¿Cómo se relaciona el mundo teatral con la teoría del género?
-Hubo dos personas que elaboraron la teoría de género. Una de ellas fue John Money, un médico que se especializaba en la intersexualidad (que antes solía llamarse hermafroditismo). Él entendía que no se podía inferir el género de un intersexual a través de su sexo y por eso creó la noción de género. Teorizó la distinción entre género y sexo. Y pensó el género como un rol. Para él, el género tenía que ver con la que manera en la que uno actuaba, como hombre o mujer, la manera en la que a uno le enseñaban a actuar, por lo que desde siempre tuvo que ver con el teatro. Y luego, por supuesto, Judith Butler presentó en los '90 la noción del género como una performance. Aquí, de nuevo, aparece la idea de la actuación, pero yo creo que ya estaba instalada en Estados Unidos una larga tradición de considerar el género como un rol.
-¿Cómo cambió la concepción de drag queen a lo largo del tiempo?
-La drag queen es una figura de la movida estadounidense, y lo ha sido ya por un largo tiempo. Creo que la primera performance drag es de principios del siglo XX en Estados Unidos. Era un tipo de teatro popular en donde los hombres gay actuaban de mujeres, y, al actuar, creaban una distinción entre sexo y género, que era una manera de identificarse con las mujeres. Pero lo que ocurrió, en especial luego del advenimiento de lo que fue llamada más tarde la teoría queer, es que se comenzó a considerar a la drag queen como una figura paradigmática, precisamente porque personifica la disyunción entre sexo y género.
La idea de la teoría queer es que no existe una conexión necesaria ni natural entre género y sexo, por lo que las drag queens se convirtieron en íconos de género, y ésa es la razón por la cual se teorizó al género como una forma de drag, que comenzó a considerarse una manera de entender y representar el significado de género.
-Y las primeras drag queens fueron los actores…
-Exactamente. La noción de "drag" proviene del teatro isabelino, y aquí uno tiene de nuevo una conexión entre género y teatro. La noción de género y de dramaturgia. "Drag" era una gran capa que usaban los actores varones en el teatro isabelino. Eran capas largas que utilizaban los hombres cuando actuaban los roles de mujeres, porque en la época de Shakespeare se prohibía que las mujeres actuaran en lugares públicos. No las dejaban actuar. Entonces los hombres actuaban en todos los papeles.
-La teoría queer es un campo relativamente nuevo que comenzó en los '90. ¿Cómo se originó?
-Se origina de la teoría de género. No habría teoría queer si no hubiera habido primero estudios de género, la teoría de la distinción entre sexo y género, ya que la queer nació de las mentes de pensadores que provenían de minorías sexuales, y que negaban la idea de que la heterosexualidad fuera algo natural, y que había una atracción natural entre los sexos opuestos. Así que se basaron en la noción de género pero agregaron una inflexión, porque para muchos académicos de la teoría queer el género es importante, pero lo que agregaron fue la impugnación del dualismo y binarismo. La idea que presentaron fue la de que una vez que uno rompe la conexión entre género y sexo, no hay ninguna razón que impida tener una multiplicidad de géneros, y no sólo el femenino y masculino.
-¿Cómo se relaciona el feminismo con la teoría de género?
-Al principio, cuando fue elaborada en los '50 y '60, la teoría de género no era feminista. Fue elaborada por médicos que lidiaban con pacientes intersexuales, pero más tarde el feminismo comenzó a apropiarse de esta separación, ya que le parecía útil porque era una manera de cuestionar la naturalidad de la desigualdad entre sexos.
Para las feministas, la distinción entre sexo y género coincidió con la distinción entre naturaleza y cultura. La idea era que la desigualdad era un fenómeno cultural y social, y no era dada de manera natural. No era dada por el hecho de nacer mujer o varón. Pero esta apropiación feminista comenzó recién a principios de los '70 con el advenimiento del movimiento de liberación femenina en Europa occidental y Estados Unidos.
-¿Cree usted que hoy en día el movimiento feminista está en crisis?
No, no diría eso. Creo que el movimiento feminista pasó por muchos momentos, muchos aspectos. El feminismo queer es una manera de poner al feminismo en crisis porque cuestiona el tema del feminismo en sí. Es decir, cuestiona la idea de que las mujeres sean una categoría unificada y universal. Pero, por otro lado, veo en la Argentina que el movimiento feminista está muy vivo. La verdad es que me impresionó mucho lo que pasó en Rosario el fin de semana pasado. Y el mundo es de tal manera que es algo bueno que el feminismo continúe. Se puede diversificar, puede haber diferentes teorías pero creo que el feminismo está más vivo que nunca.
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