Síndrome de Peter Pan: el drama de ser un "niño eterno"

En qué consiste el trastorno de personalidad de aquellos que nunca pueden abandonar la fase juvenil a lo largo de toda su vida adulta. Una especialista analizó para Infobae las claves para poder lidiar con el problema

Son personas a las que se las suele conocer como "niños eternos". Son aquellos que pasaron los 25 años y todavía continúan su vida sin asumir responsabilidades, sin proyectos a futuro. La ciencia conoce a esa exaltación de la juventud y esa dificultad para asimilar la adultez como el síndrome de Peter Pan.

La obra teatral del estadounidense James Matthew Barrie cuenta la historia de un niño que se negaba a crecer y quería permanecer eternamente joven en el país de "Nunca Jamás". El protagonista no tenía padres ni un adulto cercano que le enseñe qué está bien y qué está mal. Vive con faunos y hadas en un mundo en el que nadie crece y en donde no hay dolor ni sufrimiento, porque todos los que habitan este suelo son eternos y jóvenes.

La psicóloga Adriana Guraieb explicó que este fenómeno tiene su origen en la familia: "Los papás podemos ser los responsables de crear identidades como estas cuando hay sobreprotección, falta de límites o falta de estimulación para que el chico se vaya abriendo camino".

Y agregó: "Todo eso favorece la comodidad, el placer y la quietud. Entonces se acostumbran a hacer lo que les gusta, no a lo que tienen que hacer. Al independizarse, buscan parejas que le resuelvan las cosas, situaciones que en otro momento eran resueltas por mamá y papá".

Las Wendy y las Campanitas son algunos de los personajes más importantes en la vida de los Peter Pan. Las primeras son mujeres maternales, abnegadas, sacrificadas y con poca autoestima. Hacen de todo con tal de ser aceptadas por ese hombre del cual están enamoradas. Al principio, eso funciona pero luego el resentimiento y la desilusión van ganando terreno. Las Campanitas son personas que están plantadas en su vida, confían en sí mismas y en su potencial y, a diferencia de las Wendy, le ponen condiciones a su hombre.

Sin embargo, el vínculo que establecen con el protagonista termina generando una codependencia. Guraieb explicó que hay una reciprocidad por parte de la mujer para agradar y para no perder a ese Peter Pan. "Ella se siente valorada porque tiene a su lado un hombre buen mozo y seductor, él está cómodo porque le resuelven la vida".

"Por eso, es muy importante tener un registro interno de todo lo que nos pasa. Si no la estamos pasando bien, nos sentimos agobiadas o cansadas, es momento de preguntarse si una eligió eso y en caso de ser así plantearse si queremos seguir de este modo", añadió.

¿Cuántos tipos de Peter Pan existen?

Los inmaduros: Se trata de personas que tienen un desequilibrio emocional entre la edad y la forma de vida, entre lo que se espera de ellos y lo que verdaderamente hacen y aunque hayan llegado a la edad adulta mantienen conductas infantiles. Tienen falta de personalidad, déficit en el sentido de la responsabilidad, poca tolerancia a la frustración, ausencia de un proyecto de vida y objetivos realistas.

Los narcisistas: Poseen un sentimiento exagerado de autoimagen, lo que implica destacar sus logros y capacidades. Si comenten algún error, la culpa no es suya sino de los demás. Como no están acostumbrados a pedir, se aprovechan de los demás, presionan a su entorno para ser el centro de la escena y los convencen de que merecen recibir atenciones y favores sin tener que responder ni agradecer.

Los Ni-Ni o los jóvenes sin proyectos: Están constituidos por una franja de edad que puede ir de los 18 a los 35 años y su principal característica es que carecen de una perspectiva de vida. Esa situación produce efectos nocivos en la autoestima de la persona, llevándolos a situaciones de depresión o adicción.

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