La industria de la moda explora diferentes líneas de investigación que busca crear prendas inteligentes, aquellas que interactúan con las personas y el entorno gracias a la tecnología. Pero además, indumentaria personalizada y biodegradable.
La incorporación de la nanotécnología que permite recibir las señales del cuerpo generó que la ropa del futuro sea reutilizable, sin olvidar las cuestiones de diseño estético. Piezas diseñadas para vestir en diferentes contextos, desde uso diaria hasta para lucir en grandes eventos.
Algunas de las tendencias ya desarrolladas
-Telas que no se rompen: un grupo de científicos de la Universidad Pensilvenia, en EEUU, descubrió una proteína capaz de 'reparar' un material dañado. A partir de una solución química compuesta por biopolimeros se aplican algunas gotas, un poco de agua caliente y en cuestión de minutos la ropa vuelve a su estado original.
Los expertos predicen que esto podría ser utilizado para confeccionar trajes de protección química ayudando a mantener a 'salvo' a soldados o los agricultores cuando entran en contacto con materiales tóxicos.
– Corpiños que vigilan el corazón: el e-bra permite monitorear de cerca el ritmo cardíaco. Se trata de una serie de sensores textiles en nanoestructuras, que puede integrarse en el soutien de las mujeres o en el chaleco de los hombres, y permite controlar el estado de un paciente donde quiera que se encuentre. Este invento fue creado por ingenieros de la Universidad de Arkansas.
Además, el sistema observa la presión sanguínea, la temperatura del cuerpo, el ritmo respiratorio, el consumo de oxígeno, algunas actividades neurales y todas las lecturas que se obtienen con el electrocardiógrafo convencional.
– Remeras antimanchas: gracias a la nanotecnología, un grupo de jóvenes innovadores desarrollaron unas camisetas que repelen los líquidos y salpicaduras. A diferencia de las actuales versiones de ropa impermeable que, según Aamir Patel-joven emprendedor de 21 años CEO de Silic- que pueden ser peligrosas, ésta implementa sílice, un mineral natural que se utiliza en la producción de cemento y de esta manera en las prendas "hidrofóbicas".
"Esta fibra crea una tensión superficial muy alta que prácticamente transforma el agua en pequeñas esferas, y en esa forma, el agua puede rodar fácilmente sobre la camisa sin mojarla", dijo Patel en su página.
-Piezas cultivadas: en un laboratorio, una diseñadora de moda originaria de Brooklyn -Suzanne Lee- logró dar vida a un cuero ecológico a partir de levadura, bacterias, azúcar y té verde. La duración del tejido biodegradable es de 5 años, pero a la hora de deshacerse se desintegra como cualquier material orgánico.
-Medias con poderes curativos: la ropa inteligente puede ayudar a la dispensación de medicamentos o la cicatrización de heridas, por citar dos ejemplos. En la empresa de prendas deportivas Lurbel lograron diseñar un producto que, aseguran, promueve la coagulación y la regeneración de la piel en las heridas, evitando además las infecciones. Gracias a sus propiedades favorecen la expulsión y evaporación del sudor, protegiendo el pie de bacterias y malos olores.
-Ropa que huela bien y cambie de color: algunos tejidos llevan componentes que no se ven, pero sus efectos sí saltan a la vista como puede ser a través del olfato o el tacto. Considerados cosmotextiles, estos incorporan tecnología que permite brindar aromas como lavanda o limón, áloe vera u otros, o incluso tonalidades que cambian de color con la luz, la temperatura o la humedad. Las aplicaciones de estas tecnologías son más recreativas que útiles, pero cuentan con el inconveniente de que los aromas y las cremas deben liberarse para actuar, por lo que su duración es limitada. En el caso de la ropa crómica, los colorantes utilizados envejecen, por lo que dejan de funcionar con el tiempo.
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— Tendencias (@InfobaeTrends) 31 de julio de 2016
-Ropa a partir de un spray: a partir de la innovacion del diseñador de moda y químico español -Manuel Torres- es posible a partir de un spray rociar el cuerpo y diseñar la prenda ideal para cualquier ocasión. Una vez utlizada se puede diluir con agua y otra vez volver a comenzar. En cierto modo es como contar con un modisto en casa y la posibilidad de creaciones es infinita. A su vez una manera sustentable de cuidar el planeta a través del reciclaje cool.
La firma del español "Fabrican", proyecta utilizar dicha tecnología para aplicarla en la medicina y podría ser utilizada para vendajes e incluso la aplicación de yesos.