La ciudad más austral del mundo, Ushuaia, se ha convertido en el polo tecnológico por excelencia de Argentina. El proceso no fue sencillo, llevó años de trabajo de los lugareños y políticas que les permitieron alcanzar este estatus, que en la actualidad está en peligro.
Este territorio argentino se convirtió en una zona económica especial en 1972, cuando la Junta Militar decidió que había que poblar la zona. Se dictó la Ley 19.640, y así fue creada el Área Aduanera Especial de Tierra del Fuego y la zona franca de Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Esta ley estableció un régimen especial fiscal y aduanero, con la exención "del pago de todo impuesto nacional que pudiere corresponder por hechos, actividades u operaciones que se realizaren". De esta manera, para atraer a más personas a este lugar en el fin del mundo, se les otorgaron mayores libertades impositivas a las empresas y a sus residentes.
Y como plan para transformar un lugar tan remoto en la colmena máxima de la industrialización, se lo convirtió en una de las bases sudamericanas -junto con Manaos en Brasil- para consumo electrónico. Además, como explica The Economist en su última edición, de la mano de las rebajas de impuestos está el proteccionismo, lo que en este caso significa que una cantidad de las partes y accesorios deben ser fabricados a nivel doméstico.
Esta estrategia funcionó: la población se multiplicó por 11 entre 1970 y el 2015 y llegó a los 150 mil. Se dio también un gran crecimiento cuando la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner bloqueó la llegada de productos electrónicos al aumentar los impuestos de venta e importación. Desde ese momento, las marcas internacionales debieron comenzar a utilizar fabricantes locales como Grupo Newsan para alcanzar al mercado argentino.
Para atraer a gente a este lugar en el fin del mundo, se les otorgaron mayores libertades impositivas a las empresas y a sus residentes
Las seis plantas de Newsan en Tierra del Fuego ensamblan televisores, computadoras y aires acondicionados. Los kits de armado de celulares arriban con 40 piezas. Una vez ensamblados, son oficialmente argentinos, y no deben pagar impuestos de importación. Entre el 2009 y el 2015, las ganancias de las plantas electrónicas de la provincia se triplicaron y el empleo aumentó con creces. Newsan es el principal empleador privado del lugar, y en el 2015 fue era el responsable de 5 mil puestos de trabajo.
Otro ejemplo de su importancia es la instalación de la fábrica de Huawei, la empresa china de tecnología, que posee su base regional en Tierra del Fuego, donde un equipo conformado en su mayoría por mujeres inserta chips y baterías con el cabello cubierto y las manos enguantadas. La línea de ensamblaje se ubica en un paraíso de glaciares donde se unen la geoestrategia y las políticas industriales.
Sin embargo, este año la demanda de su mercancía bajó debido a que las medidas del presidente Mauricio Macri, que trajeron una dosis de realismo a una tierra donde su predecesora implantó una sensación de seguridad económica. El consumo cayó y esto repercutió en Ushuaia. En el 2015, Newsan producía 500 mil celulares al mes; en los primeros seis meses del 2016 este número se redujo a la mitad, y se perdieron 400 trabajos.
El estado en el que se encuentra Ushuaia tampoco ayuda. Los edificios vacíos, sin iluminación, son un contraste poco atractivo con el maravilloso paisaje nevado. En la oficina del gobernador provincial, los pasillos no están en buenas condiciones y los techos requieren reparaciones. Los lugareños se sienten amenazados y creen que Macri abrirá el mercado de electrónicos a las importaciones. En el 2023, el estatus de zona económica especial de la provincia caducará, y es probable que no sea renovado.
div>Ushuaia: cómo se vive dónde el mundo se termina, por @miltondelmoral https://t.co/UtgepLiCt0 pic.twitter.com/1HnSXyt6zF
— Tendencias (@InfobaeTrends) 10 de julio de 2016
Hasta ahora, el Gobierno no dio señales ni reveló planes para Tierra del Fuego, lo que es frustrante para las empresas locales: ellos quieren que las autoridades encuentren nuevas formas de hacerlas competitivas, por ejemplo expandiendo el puerto, ya que el actual no es funcional, lo que lleva a que el 90% de los insumos extranjeros deben enviarse primero a Buenos Aires y luego ser cargados a camiones para un viaje de cuatro días hacia el sur. Una vez que los productos están ensamblados, se mandan de vuelta para Buenos Aires, lo que los hace demasiado costosos. Es más barato viajar a Nueva York y comprarse un celular que conseguir el mismo modelo en Buenos Aires.
Otros quisieran que la provincia imite a Manaos y amplíe su espectro de producción, quizás hacia artículos electrónicos para la industria automotriz. Pero la esperanza podría radicar en cambios más osados, hacia el turismo, por ejemplo. Su posición geográfica es ideal para organizar tours a la Antártida. Las posibilidades son infinitas. Aunque la realidad es cada vez más preocupante para los lugareños.