El rol de los espectadores de series se ha modificado en los últimos años. Ya no formamos más parte de un grupo homogéneo de gente pasiva ante un producto sino que nos convertimos en nuestros propios programadores. Elegimos qué ver, cuándo y dónde. De esta manera, abandonamos el rol de televidentes para convertirnos en consumidores.Y así el abanico de opciones se amplió notablemente y, de la mano de ellas, nuestras elecciones.
Las series que llegaban desde los Estados Unidos o Inglaterra solían liderar el menú de opciones pero, con el arribo de plataformas como Netflix, el mapa se modificó. Países con idiomas con los que tenemos un contacto casi nulo, ingresaron en nuestros hogares para relatarnos historias que, irónicamente, tenían puntos en contacto con los argentinos.
Argentina, por ejemplo, es el país de América Latina que consume más ficciones europeas. De esta manera ficciones como Trapped, el policial llegado desde Islandia, Arenas Movedizas (Suecia), The Rain (Dinamarca) o Dark (Alemania) llamaron la atención de los argentinos que no dudaron en maratonearlas.
(Video: Trailer de "Arenas Movedizas" / Netflix)
¿Por qué nos atraen? Sin dudas, estas series tienen puntos en contacto con nosotros desde las historias que cuentan, no así respecto a sus costumbres. Y, lo más notable, es que estas ficciones tienen más consumidores fuera de sus países de origen.
Por ejemplo, cuando se estrenó la serie de ciencia ficción alemana Dark en 2017 ( ya se estrenó la segunda temporada) se ubicó en el Top 10 en 136 países y casi el 90% de sus espectadores no eran alemanes.
Todo haría pensar que el lugar de pertenencia de cada usuario sería una de las claves para entender este algoritmo, pero, en realidad, es más probable que los fanáticos de Dark en Alemania prefieran ver la estadounidense Stranger Things a otra serie local. Es que las temáticas terminan siendo más determinantes para las elecciones que el país de origen.
En varios casos-como el de la serie de Dinamarca The Rain– se intenta dar continuidad a los contenidos originales a través de las voces de los actores que se doblan así mismos en inglés.
El caso de La Casa de Papel por ejemplo es similar al de Dark. Con el lema de haberse convertido en la serie más vista de la historia de Netflix en un idioma que no es inglés, este policial tuvo también el 90 por ciento de su audiencia fuera de las fronteras de España.
(Video: Trailer de la tercera temporada de "La casa de papel" / Netflix)
Así podremos compartir con un ciudadano de Tokio nuestro gusto por Dark, o con un neoyorkino nuestro fanatismo por los atracadores de La Casa de papel.
Las locaciones y las fronteras parecen entonces desdibujarse y se pierden en este nuevo juego de elecciones basadas en experiencias personales y los valores para elección terminan siendo un juego de algoritmos basados en nuestras preferencias.
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