Durante la semana, la actriz que interpreta a Daenerys Targaryen, Emilia Clarke, sugirió ver este episodio en una pantalla grande porque iba a ser increíble. Y los actores que interpretan a los hermanos Cersei y Jaime Lannister subieron a sus cuentas de Instagram suspiros y caras que auguraban un episodio para la historia. Y así fue.
Tan solo resta un capítulo para el final de esta historia que este domingo volvió a sorprender. Dirigida por el inglés, hijo de argentinos, Miguel Sapochnik (que también fue el responsable de La Batalla de los Muertos), esta quinta entrega mostró hasta dónde es capaz de llegar la ambición de poder.
Se podría definir este episodio como devastador. La ciudad de Cersei cayó. Se desmoronó, no quedó nada de ella. Porque la piedad, como reflexiona la madre de los dragones, "tiene que ser nuestra fortaleza". Y fue por todo. Sin opinar las opiniones ni consejos de Tyrion, su mano, ni la de su amado Jon Snow al que considera un traidor.
Daenerys Targaryen ya no tenía nada para perder. Y actuó como lo hubiera hecho Cersei si hubiese contado con dragones. Tal vez fue cuando más se asemejó a sus enemigos, porque actuó con frialdad y mostrando los dientes, Pero ¿lo hizo por un bien mayor? Ese es el dilema. A Daenerys sólo le quedaba un dragón y su ansia y hambre de poder. El resto, cartón pintado.
Si en el camino tenían que morir mujeres, niños e inocentes, no era un conflicto para ella. Ya las generaciones futuras aprenderán a someterse sensible y poderosa como esta nueva reina.
Y la pregunta que dejó este episodio es cuál es la batalla final. ¿Será el enfrentamiento de los Stark contra Targaryen? Y entonces, Jon Snow, ¿en qué bando estará? ¿Defenderá el trono que le pertenece por su árbol genealógico, irá contra sus hermanas Stark, entenderá a tu tía Daenerys?
Todo indica que Jon Snow no podrá dejar pasar esta matanza por parte de alguien que comparte linaje. Nada podrá hacer que perdone a su reina que mostró la peor cara pero la necesaria para ganar esta batalla. Y tal vez Daenerys llevó a cabo esta matanza para que finalmente Jon Snow asuma su cargo de Rey del Trono de Hierro. O tal vez no.
Pero también sobrevivieron Arya, Sansa y Tyrion. Y todavía Arya tiene que matar a alguien de ojos verdes según la sentencia de Melisandre. Tal vez esperábamos que fuera la pequeña Stark la que matara a Cersei. Pero mostraron a Cersei con miedo en un final que sólo la conducía a la muerte al lado de Jaime. Otra vez la idea del desmoronamiento, pero en este caso con estos hermanos al estilo Romeo y Julieta.
Y Arya fue salvada, de alguna manera, por El Perro que murió buscando venganza con su hermano invencible, La Montaña que por primera vez abandona a Cersei para resolver aquellos asuntos pendientes antes de morir.
Y para los memoriosos la corrida de Arya entre la muchedumbre recuerda al final de la primera temporada cuando intenta abrirse camino para ver la ejecución de su padre.
Pero aquí no vimos más que destrucción, devastación, ansías de poder y los efectos de una guerra que no entiende de códigos, pero sí de ganadores y perdedores.
A este juego de tronos ya le queda la última mano para dejar de funcionar. Hay una chance más para conjeturar y analizar qué pasará en el próximo episodio cuando el domingo 19 de mayo, Game of Thrones llegue a su fin.
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