Michael Douglas -magistral en su rol- interpreta a un actor (Sandy), al que sólo le ofrecen papeles de tercer orden. Mientras tanto lleva adelante una escuela de actuación donde aplica su método (de allí el título de la serie).
Alan Arkin (Norman), por su parte, fue su histórico representante y ahora está por enviudar. Su mujer de toda la vida enfrenta un cáncer terminal.
Así estos dos hombres comenzarán a transitar juntos los 70 años con sus miedos e incertidumbres. Sandy necesita rodearse de gente joven porque le tiene terror al paso del tiempo, a la muerte. Norman intentará recuperar el vínculo con su hija, luego de un largo período de ausencias y recriminaciones.
No podemos catalogar esta serie como Drama, tampoco como Comedia. Es el relato arriesgado sobre los años -o décadas- finales de la vida, contado con sensibilidad y humor ácido. Es una trama sobre las limitaciones y la capacidad que tenemos cada uno de afrontar esos momentos.
Inevitablemente se siente empatía con ambos personajes que nos atraen desde su disfuncionalidades, inseguridades y experiencia. Es una serie inteligente por donde se la mire.
Su creador es Chuck Lorre, que tiene 65 años, y recrea la vida en la década que ya se le viene encima. Párrafo aparte son los personajes secundarios, como el Danny De Vitto, interpretando al Dr. Wexler, y Lisa Eldstein ( Lisa Cuddy de Dr.House) que se pone en la piel de la despistada hija de Norman.
Vínculos, miedos, experiencias de vida. Todo eso resume El método Kominsky que intenta acercarnos a la idea de que nunca es tarde para tener proyectos cuando hay ganas de vivir.
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